En épocas de inestabilidad e incertidumbre económica y financiera, donde hay numerosos factores que podrían poner en jaque a la tendencia alcista de los activos convencionales, como las acciones, los inversores piensan en el oro como el refugio de valor definitivo. Sin embargo, también es importante considerar al bitcoin debido a sus ventajas.
Sobre la cuestión de si bitcoin es una inversión más rentable que el oro a largo plazo, es difícil determinarlo, ya que el rendimiento experimentado por la moneda digital no es una garantía sobre el rendimiento futuro, que depende de numerosos factores externos. Además, la vida de bitcoin ha sido demasiado corta como para predecir su tendencia y estabilidad a día de hoy.
Sin embargo, bitcoin tiene dos ventajas claras respecto al oro. En primer lugar, se puede utilizar como un medio de pago, aunque para un número limitado de transacciones, mientras que el oro no resulta directamente funcional. En segundo lugar, se prevé que la oferta de bitcoin se limitará a 21 millones. La oferta de oro, en cambio, se espera que aumente en el momento que lo haga su precio, de forma que sirva de incentivo a los mineros para seguir buscando oro.
Por otro lado, el bitcoin no paga intereses, por lo que se puede almacenar durante largos períodos de tiempo. Además, la posesión corresponde a la propiedad, por lo que la confiscación de los organismos reguladores no es un riesgo. Y tampoco hay riesgo de hurto tradicional de la misma forma que el oro y otros metales preciosos.
No obstante, el oro también tiene sus propias ventajas. Puede ser utilizado como un regalo directo, para la joyería o en la fabricación de ciertos productos. Además, es un distintivo de status y prestigio y ha demostrado bastante estabilidad en su evolución. Por eso, los inversores no deben apresurarse a sustituir en su cartera el metal amarillo por la moneda digital.
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*Nota publicada en Forbes España