Las provincias de Buenos Aires y Río Negro están en plena disputa para quedarse con la denominada “inversión del siglo”: la planta de licuefacción para exportar GNL que promueve YPF junto a otras petroleras asociadas.

En ese sentido, Bahía Blanca y Punta Colorada son las dos opciones portuarias que analiza la empresa que comanda Horacio Marín, quien ya avisó que decidirá la localización estrictamente en base a motivos técnicos. 

El CEO de YPF ya les envió una carta a los gobernadores Kicillof y Weretilneck con los siete puntos que precisa la compañía: cuatro de ellos son económicos y tres tienen que ver con otro tipo de incentivos y permisos. 

La premisa básica que reconoció públicamente es la adhesión al RIGI, el régimen de promoción que se aprobó con la Ley Bases. De ahí que rápidamente Río Negro aprobó el proceso tanto en la legislatura provincial como en el municipio de San Antonio Oeste. De esta manera, garantiza que no se incluirán tributos adicionales (Ingresos Brutos y Sellos son los más relevantes) ni tasas ni exigencias de contenido local durante los 30 años que dura el beneficio.

En cambio, Kicillof optó por la presentación de régimen distinto para no avalar el proyecto que fue tan criticado por su fuerza política en el Congreso Nacional. De todos modos, esto tiene que ser discutido por la legislatura provincial, lo que ya refleja una ventaja inicial de la provincia patagónica.

Además de las aprobaciones normativas, el gobernador rionegrino se está moviendo intensamente en eventos, foros y participaciones mediáticas para mostrarse en sintonía con el gobierno nacional y detallar las ventajas de su provincia.

"Por cada tres buques que deberían ingresar a Bahía Blanca, nuestro golfo permite cargar en un solo buque, lo cual lo hace muy competitivo", dijo este martes en el Club del Petróleo, donde volvió a compartir almuerzo con el CEO de YPF.

La profundidad de las costas patagónicas, que ronda los 40 metros a 7 kilómetros de la costa en el Golfo San Matías, es sin duda la principal arma de seducción con la que cuenta Río Negro al permitir una optimización de las operaciones logísticas y una reducción de los tiempos de transporte.

A su vez, el puerto de Punta Colorada tiene mayor disponibilidad de terreno, menos tráfico marítimo, buenas condiciones climáticas y cuenta con la garantía de que ya está confirmada la construcción de una gran terminal de exportación de crudo. 

Las contras de esta ubicación, para el consultor Juan José Carbajales, son la falta de experiencia de las localidades aledañas en la industria, el nulo desarrollo del entramado de proveedores, pymes y servicios asociados, la necesidad de construcción de infraestructura portuaria desde cero y eventuales obstáculos ambientales por ser una zona protegida.

En cuanto a las ventajas de Bahía Blanca, el intendente Federico Subsielles se encargó de enumerarlas en un encuentro con Marín hace una semana. “Nuestra ciudad también ofrece calidad y formación del recurso humano especializado en licuefacción y regasificación, empresas de servicios, universidades, institutos científicos y licencias sociales y ambientales vigentes”.

Ya desde un análisis político, la opción lógica indicaría no apoyar a la provincia gobernada por el principal adversario opositor y sí a aquella con la que podría traccionarse un mayor apoyo legislativo en el Congreso Nacional. Sin embargo, se supone que el Poder Ejecutivo no se metería en la decisión y que YPF actuaría bajo criterios técnicos con total independencia.