El nivel de actividad económica parece haber entrado en un fuerte sendero recesivo que, no es mayor, solamente gracias al dinamismo de dos sectores puntuales que están amortiguando el impacto de la sequía y el efecto negativo del recorte de importaciones por la escasez de divisas.
Vaca Muerta y la industria automotriz son los dos salvavidas del PBI argentino en este 2023 para no hundirse en una proporción intolerable en términos sociales en plena campaña electoral.
De acuerdo al último Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec, la explotación de minas y canteras -donde tiene un peso preponderante la industria hidrocarburífera- fue el rubro de mayor crecimiento interanual durante abril (9%) y, a su vez, fue el que más contribuyó a balancear la caída total del 4,16% de toda la economía gracias a un aporte positivo de 0,28 puntos porcentuales. Por su parte, la actividad manufacturera se ubicó en segundo lugar con una incidencia sobre el PBI de 0,25 puntos y un crecimiento interanual de 1,6%.
Los datos de mayo confirman esta tendencia al interior de un índice manufacturero que ya empezó a mostrar un comportamiento bajista de forma desestacionalizada (-1,5%), pero que sigue siendo traccionado por los automotores y la refinación petrolera, que subieron un 5% y 3,8%, respectivamente.
El peso de ambas actividades es tan importante en el resto de los rubros industriales que jugaron un papel protagónico en casi todas las ramas que evolucionaron positivamente. Por ejemplo, las industrias metálicas básicas presentaron un aumento interanual de 9,2% a partir de una robusta demanda siderúrgica y de fundición de metales por parte del complejo automotriz y energético. En este último, resalta la situación de la expansión del sistema de gasoductos y oleoductos que cobró tanta relevancia mediática y política durante estos días.
La incidencia positiva de la división vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes corresponde a la fabricación de vehículos automotores, que aumentó interanualmente 14,4% ese mes, según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).
De hecho, Adefa informó que la producción de su sector cerró el primer semestre del 2023 con una suba del 21,4% respecto al mismo lapso de 2022 y alcanzó el mejor inicio desde 2014. En detalle, la industria automotriz sumó los 295.777 vehículos producidos y superó las 243.698 unidades que se produjeron en el mismo período del año pasado. De ese total, el 51% o 152.044 unidades fueron destinadas para exportación.
En tanto, la producción de petróleo crudo reportó un incremento del 8,7% interanual en mayo, con la particularidad de que todas las cuencas del país se encuentran en retroceso, a excepción del shale oil neuquino con un boom de Vaca Muerta que es tan poderoso que logra revertir el efecto adverso del resto de los campos petrolíferos del país.
En esa línea, la Unión Industrial Argentina resaltó en su último informe mensual de coyuntura que la actividad sectorial presenta un desempeño dispar en los últimos meses. La casa fabril comentó que el crecimiento se concentra en ramas asociadas al sector energético hidrocarburífero y al automotor, mientras que registran caídas las ramas vinculadas al sector agrícola, a partir del impacto de la sequía, y a la construcción, que hasta ahora venía siendo uno de los motores del PBI.
Vemos un desempeño heterogéneo de la actividad económica, en donde el agro es el principal perdedor con un desplome del 36,8% interanual. Ahí jugó su papel la sequía con impacto en agroquímicos, maquinaria agrícola, molienda de oleaginosos y un contagio en transporte. Del otro lado tenemos sectores como por ejemplo oil & gas con una producción alcista, el rubro farmacéutico y la industria automotriz, comentó el jefe de research de Ecolatina, Santiago Manoukian.
En ese sentido, la consultora explica que la sequía fue el principal factor determinante para explicar el retroceso de la actividad: vale notar que, excluyendo al bloque agropecuario el EMAE se habría expandido 0,7% interanual en abril y 2,2% en lo que va del año, afirmó.
En rigor, hasta el crecimiento del complejo automotriz hubiera sido mayor de no haber sido por la sequía, que perjudicó la venta de maquinaria agrícola como tractores, cosechadoras y sembradoras; y generó una contracción del -11,4% en el sub rubro carrocerías, remolques y semiremolques.
Los servicios en general sufrieron menos el efecto de la seca, gracias al consumo que se mantuvo de pie por una propensión a consumir en el corto plazo ante la baja tasa de ahorro y los altos niveles de inflación, agregó Manoukian.
En efecto, la producción de bienes cayó 10,4% interanual, mientras que los servicios marcaron un leve crecimiento del 0,7%. Sin embargo, al excluir el desempeño negativo del sector agropecuario sobre los bienes, se observa una tendencia más homogénea entre ambos grupos (sin agro crecieron 0,9% anual en abril), precisó Ecolatina.
*Nota escrita por Agustín Maza y Fernando Heredia.