Comenzó marzo y con el nuevo mes se levanta el telón de Expoagro 2024, Edición YPF Agro, la megamuestra de la agroindustria que durante cuatro jornadas intensivas será el atractivo principal del campo argentino, considerado por muchos como el más eficiente del mundo en el uso de los recursos, con innovación, tecnología de avanzada y un potencial de crecimiento enorme.
Tras años de cepos, controles de precios, restricciones a las exportaciones y atraso cambiario, lo que resultó un verdadero “lastre” para la producción y el empleo, en 2023 se sumó una fenomenal sequía, la peor en 60 años. El sector agroindustrial quiere dar vuelta la página y recibe este año la muestra con una mezcla entusiasmo por las oportunidades de negocios y expectativas por el giro que ya se advierte en materia económica.
Del 5 al 8 de marzo se realizará Expoagro en el predio ferial y autódromo de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, en el kilómetro 225 de la Ruta Nacional 9. En un espacio de unos 8000 metros cuadrados habrá stands para todos los gustos y necesidades, con unas 600 empresas presentando sus bienes y servicios y hasta 12 plots con cultivo en pie.
Estarán presentes productores, técnicos e investigadores de entidades del sector público y privado, fabricantes de insumos y equipamiento, entidades financieras, y hasta delegaciones de empresarios de unos veinte países, que vienen a conocer in situ al campo argentino y a comprar, si pueden. Y por supuesto la clase política se subirá a la ola, pero también recibirá demandas de acciones concretas para impulsar al sector.
Están confirmados el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Fernando Vilella, que hará foco en el desarrollo y el potencial del país en bioeconomía, también el ministro de Interior, Guillermo Francos y los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos).
La expectativa mayor es la llegada al predio de San Nicolás del presidente Javier Milei hoy a las 12, en la está prevista una charla con productores.
Señales de la economía
Uno de los grandes atractivos de Expoagro es la presencia de los “fierros”, la maquinaria agrícola que este año llega con varios lanzamientos en busca de clientes ávidos por invertir y sumar tecnología, ese “anabólico” necesario para potenciar la productividad. Las estrellas este año serán tractores, pulverizadoras y sembradoras, pero también habrá fertilizadoras, semirremolques y tolvas, todo un conjunto de implementos cada vez más necesarios en la producción.
En un paseo por los stands los asistentes también podrán ver y evaluar la oferta de las empresas en materia de fertilizantes y herbicidas, las semilleras y sus avances en genética de girasol, maíz y soja. También podrán subirse a las pickups 4x4 de las automotrices, un nicho que ha crecido de la mano del campo y, por supuesto, pasarán por los puestos de la banca pública y privada para interiorizarse sobre las líneas de crédito, diseñadas a medida de los productores.
Pero todos, expositores y asistentes a la expo, productores, industriales y clientes, tendrán un ojo puesto en las señales que llegan desde la economía. El cambio de gobierno en diciembre pasado generó una renovada expectativa, que aún espera su confirmación en la realidad.
Si bien en el sector reconocen que el Gobierno tiene una mirada pro mercado, valoran que, por ejemplo, se hayan levantado en enero las restricciones a las exportaciones de siete cortes de carne vacuna (vacío, asado, tapa de asado, nalga, falda, paleta y matambre) y ven con buenos ojos el sinceramiento cambiario, que llevó el tipo de cambio oficial mayorista de $350 a $800 (hoy ya está en $844), el capítulo impositivo es una piedra en el zapato.
Las idas y venidas con los derechos de exportación pusieron en alerta a muchos. Conceptualmente, el liberalismo libertario aboga por la eliminación de todas las trabas, “lastres” e impuestos que afecten la producción y el comercio libre. Por eso durante la campaña electoral el presidente Milei prometió eliminar los derechos de exportación y levantar el cepo cambiario.
La cruda realidad
Pero dato mata relato y tan pronto como se sentaron en sus poltronas, el Presidente y el ministro de Economía Luis “toto Caputo, de quien depende el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Fernando Vilella, debieron tragarse el sapo de mantener las retenciones e incluso proponer en el capítulo fiscal de la malograda ley ómnibus, una suba de las alícuotas de los derivados de la soja de 31% a 33% y en todo el resto de productos al 15%.
En el caso de los productos del campo, el impacto era fenomenal -por el volumen exportado- en el caso del trigo y el maíz, que tributaban el 12%, y mucho mayor incluso en la carne y los lácteos (9%) y el girasol (7%).
Los ojos estarán puestos en la posibilidad de algún anuncio específico para el sector y en que el tipo de cambio oficial, que ajusta a razón de 2% mensual con una inflación del 25,5% en diciembre, que llegó a 20,6% en enero y se presume podría estacionarse en torno al 15% en febrero, no siga perdiendo competitividad. Y los exportadores también quieren saber si continuará el dólar mix que tienen, 80/20 entre oficial y MEP, que hoy está en $882,88, menos retenciones, claro.
La buena noticia para el campo es que la sequía quedó atrás y esta campaña gruesa se proyecta una cosecha sustancialmente mayor. Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, la cosecha de soja llegaría a 49,5 Mt (millones de toneladas), un salto importante frente a los 20 Mt logrados en 2022/23. También se sembraron 1,3 millones de hectáreas más y el rendimiento será sustantivamente mayor, pasando de 16,3 QQ/ha (quintales por hectárea) a 29,9 QQ/ha.
En el caso del maíz la cosecha alcanzaría los 57 Mt, un nivel récord, muy por encima de los 36 Mt de la campaña pasada. Incluso con algo menos de superficie sembrada, el rendimiento sería exponencial, pasando de 51,7 QQ/ha a 76,9 QQ/ha. Esta mayor producción se traducirá en dólares que ingresarán al país y contribuirán a apuntalar las reservas del BCRA.