Cuando Lucia Gattella dejó Termas de Río Hondo, su ciudad natal en Santiago del Estero, para estudiar en Tucumán quería dedicarse al diseño de interiores. Sin embargo, con solo 18 años se encontró con un montón de situaciones a las que no estaba acostumbrada y que generaron un cambio en su vida.
“Como muchas personas, a mí me mantenían mis papás. Ellos se ocupaban de las cuentas y todo lo relacionado a temas económicos. Pero cuando vengo a Tucumán mi papá me empieza a pasar plata semanalmente y yo con esa plata me tenía que arreglar. Pagar las cuentas, vivir, etc”, recuerda Gattella. Y agrega: “Había veces que no me pasaba plata a la semana siguiente y entonces había que hacer malabares. Yo estaba con mi hermana más grande, que capaz era muy desordenada y se olvidaba siempre de pagar las cuentas, y nos venían a cortar la luz. Entonces yo tenía que sacar plata de algún lado para pagar la luz en ese momento y toda esa gestión la empecé a automatizar y a acomodar. Planear los gastos para llevar mis finanzas tranquilas”.
Todo este proceso provocó que Gattella cambiara de carrera y pasara a estudiar la Licenciatura en Economía. Pero no solo eso. También la impulsó a crear su propio emprendimiento: una academia para asesorar emprendedoras y ayudarlas con sus finanzas.
“Mi proyecto o emprendimiento es una escuela de finanzas. Es relativamente nuevo, llevo recién un año y medio trabajando pero este año me he enfocado en acompañar y asesorar emprendedoras mujeres”, indica Gattella a Forbes Argentina. Y agrega: “En realidad empecé asesorando a todo el mundo pero con el tiempo fui viendo que la gente que me llama en este momento son mujeres emprendedoras”.
- ¿Con qué tipo de emprendedoras trabajas?
- En este momento estoy trabajando con cuatro emprendedoras con emprendimiento físicos. Una tiene un instituto de inglés, otra tiene una confitería y así. Ellas trabajan conmigo para ordenar las finanzas de sus emprendimientos, que los números cierren y puedan gestionar ese dinero. Yo las ayudo y las acompaño mucho en el tema de pasar de lo analógico a lo digital para que la información sea más fácil de procesar y analizar. No tenemos una educación financiera real en la vida diaria o en la escuela. Vivimos toda la vida con inflación pero no a cómo manejarla. Al ver esa necesidad, quise ayudar a personas que lo necesitaran y así surge la idea de la academia de finanzas.
- ¿Con qué nivel de conocimiento financiero llegan las emprendedoras a la academia?
- Lo que sucede mucho es que ellas se encargan de su labor, que es lo que más les gusta. La chica de la confitería quiere hacer tortas porque eso es lo que la apasiona. Las finanzas se las maneja alguien más. Sin embargo, el hecho de llegar a fin de mes, tener personal a cargo, cubrir los costos o alquilar un lugar más grande para expandirse son temas que las estresan. En la academia lo que hacemos es justamente trabajar con estos temas.
Construir una red de emprendedoras latinoamericanas
A lo largo de todo su recorrido, Lucia Gattella fue encontrando distintos talleres y programas que la ayudaron con su propio emprendimiento. Uno de ellos es “Emprende Pro Mujer”, el programa que tiene como objetivo impulsar la educación financiera y las habilidades emprendedoras de las mujeres de la región, para potenciar su capacidad de generación de ingresos y planificar un futuro sostenible para sus negocios.
“Llego a Pro Mujer, el programa con el que colabora Mercado Pago, por redes sociales. Son espacios gratuitos y entré. Son ocho semanas con el objetivo de tener más herramientas para mejorar el negocio. Si bien sé de finanzas, también estoy emprendiendo y el camino del emprendedor es bastante solitario”, confiesa Gattella. Y continúa. “Es empezar de cero, no tener clientes, salir a buscarlos y un montón de cosas en las que uno está solo y con incertidumbre”.
- ¿Surgen muchas dudas en el proceso?
- Uno se pregunta si el modelo de negocios funciona, si a la gente le servirá el producto o el servicio, si habrá que sumar algo, si hay algo que no estoy viendo, etc. Todo eso se despierta en la cabeza al emprender. El programa Pro Mujer te va a acompañando semana a semana tanto con las clases pero también con grupos de Whatsapp, redes sociales, etc.
- ¿Qué ventajas encontraste en el programa?
- Me ayudó mucho a conectar con otras emprendedoras que están en la misma situación y que son de toda Latinoamérica. Con ese respaldo, uno sobrelleva ese día a día de otra manera y al alcanzar los objetivos o metas, eso genera motivación. Porque hay días difíciles también y tener un grupo de apoyo en esos momentos, es súper importante. En estos programas uno se alimenta tanto de la formación técnica como del grupo humano que te rodea.
- ¿Cómo rompes vos las barreras que pueden generar las finanzas?
- Yo trato de generar conversaciones, hablar de temas a los que no estamos acostumbrados. Cuando me contactan es para pedirme ayuda porque sus finanzas no están ordenadas y lo primero que hago es eso. Charlar con ellos para compartirles conocimientos que los ayuden con su dinero. Me suelen decir que es de mal gusto preguntar cuánto cobras o cuánto te cuesta el alquiler pero yo lo vivo preguntando (risas).
- En el caso de las emprendedoras, ¿cómo se insertaron los nuevos medios de pago digitales?
- El tema medios de pago se pide y se necesita al momento de diversificar. Sin embargo, se sigue usando mucho el efectivo. Yo trabajo mucho con el costo de oportunidad del efectivo. Con la inflación, cada día cuenta. Entonces con las emprendedoras trabajamos mucho en guardar el dinero en herramientas digitales que de rendimientos y no perder tanto, como pasa si tenés el dinero sin hacer nada. Las billeteras virtuales y los fondos comunes de inversiones son herramientas que ayudan mucho en este sentido y además tienen el beneficio de ser líquidos, a diferencia de un plazo fijo. En Santiago todavía hay cierto recelo a las nuevas tecnologías. Se usan, sobre todo para ofrecer a los clientes que lo pidan, pero no tanto como en otras provincias.
- ¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan?
- En Argentina hay mucha plata en negro y es el mayor problema de los emprendedores. Muchos son monotributistas y como hay una presión impositiva muy grande, no quieren salir de ese categoría. Entonces, saben que las herramientas están buenas y le pueden ganar a la inflación, pero si eso genera que tengan que declarar más dinero y dejar de ser monotributistas, no lo ven como conveniente. Hay una resistencia, que no está en el desconocimiento sino en la presión impositiva que tenemos como país.
- ¿Cuál es tu objetivo con la academia?
- Mi idea es poder democratizar de alguna manera el acceso a la educación financiera. Que la gente tenga más acercamiento a las finanzas personales. Mi expectativa personal es llegar a la mayor cantidad de personas posibles. Tanto en Argentina como en América Latina. Porque los problemas son de la región también. En Argentina solo una de cada 100 personas tienen una cuenta comitente. En Estados Unidos esa cifra aumenta hasta 50. Y esa diferencia tiene mucho que ver con la educación financiera y el desconocimiento, que nos hace perder aún más. Mi idea es que cada vez más personas y emprendedoras puedan mejorar su calidad de vida a través de una mejora de sus finanzas.
- ¿Cuánto ayuda la tecnología en ese proceso?
- El avance tecnológico que permiten estas plataformas nos ayudan tanto a las personas como también los programas que apoyan para capacitarnos y crecer económicamente hablando. Antes para invertir había que ir a la Bolsa de Valores que está en Buenos Aires y hoy lo podes hacer con dos clicks desde el celular. Y a su vez, promueven crecimientos en las economías locales y regionales.