Hace algunos años, si un inversor argentino quería colocar su dinero en renta variable, lo más sencillo era comprar acciones de empresas locales, ya que participar del mercado estadounidense era muy costoso y poco accesible.
Sin embargo, en la actualidad, gracias a los Cedears, cualquier individuo, sin importar el tamaño de su patrimonio, puede directamente invertir en grandes corporaciones e índices internacionales.
Este cambio de paradigma despertó una pregunta muy frecuente entre el público que quiere ir más allá de los bonos, el dólar y el plazo fijo: ¿conviene invertir en acciones argentinas teniendo un Cedear del propio S&P 500?
Rendimiento del S&P 500
El índice S&P 500, caracterizado por nuclear las 500 compañías más grandes e importantes del mercado estadounidense (y, por ende, del mundo), acumula un retorno en dólares del 17% en el último año.
En los últimos cinco años, la cifra asciende al 80%. Y en los últimos veinte, el total es del 320%. De esta forma, en promedio, el rendimiento anual nominal fue del 16%. Teniendo en cuenta la inflación en dólares, el crecimiento del periodo fue del 155%, es decir, casi un 7,8% al año.
Rendimiento del Merval
Por su parte, el índice Merval, que, teóricamente, engloba las empresas cotizantes más relevantes de Argentina, creció un 97% en dólar CCL en el último año.
En tanto, en los últimos cinco años, la mejora fue del 21%, mientras que, en las últimas dos décadas, la revalorización nominal fue de aproximadamente el 155%, lo que da un retorno anual promedio del 7,8%. Ajustando las cifras por inflación, la suba fue de apenas el 3% por año.
Volatilidad
El Merval y el S&P 500 no sólo gozaron de diferentes retornos a lo largo del tiempo, sino que también divergieron en cuanto a volatilidades.
En el periodo analizado, el índice argentino colapsó gravemente en tres ocasiones: de octubre de 2007 a octubre de 2008 (-65%); de diciembre de 2010 a octubre de 2012 (-61%); de enero de 2018 a septiembre de 2020 (-84%); y durante agosto de 2019 (-61%).
Evidentemente, tras fuertes bajas, hubo contundentes recuperaciones: de octubre de 2008 a diciembre de 2010 (+240%); de octubre de 2012 a enero de 2018 (+418%); y de septiembre de 2020 hasta la actualidad (+247%).
Por su parte, en el mismo lapso de tiempo, el S&P 500 también tuvo tres grandes caídas: de octubre de 2007 a febrero de 2009 (-52%); de enero a marzo de 2020 (-20%); y de diciembre de 2021 a septiembre de 2022 (-25%).
En el medio, existieron sólidas tendencias alcistas: de febrero de 2009 a enero de 2020 (+335%); de marzo de 2020 a diciembre de 2021 (+84%); y de septiembre de 2022 hasta la actualidad (+32%).
Dividendos
Ahora bien, otra de las principales diferencias entre ambos índices es la distribución de dividendos. De las 500 compañías que conforman al S&P 500, más de 400 reparten dividendos.
Trimestre tras trimestre, los inversores gozan de una renta que anualizada da un 1,4%. Gracias a esta estrategia, el 320% de rendimiento de los últimos veinte años se convierte en un 508% (25% al año, en promedio).
Desafortunadamente, no se puede decir lo mismo del Merval, ya que sus menos de treinta empresas que le dan forma no suelen tener una consistente política de dividendos capaz de alterar positivamente el retorno.
Simpleza
A pesar de que se tome como referencia el índice Merval para analizar el desempeño de todas las acciones argentinas, lo cierto es que no es posible invertir directamente en un vehículo financiero que replique esta métrica como sí sucede con el S&P 500.
Los inversores que quieran comprar partes de empresas argentinas deberán optar por un fondo común de inversión gestionado activamente o bien adquirir acciones de manera individual, tratando de armar una cartera que sea lo más parecida posible al índice.
En cambio, el fondo cotizado del S&P 500 (SPY) puede adquirirse muy fácilmente gracias a su respectivo Cedear que cotiza con el mismo nombre, lo que hace que la operatoria sea muchísimo más sencilla.
¿Acciones argentinas o estadounidenses?
La respuesta a si conviene comprar renta variable local o directamente invertir en el Cedear del S&P 500 es la de siempre: depende.
Por la alta volatilidad de las acciones argentinas, con fuertes bajas y explosivas subas en cortos periodos de tiempo, se podría decir que son activos idóneos para operadores que busquen beneficios en el corto plazo, comprando y vendiendo activamente y prestándole mucha atención al mercado.
En cambio, por la estabilidad y accesibilidad del S&P 500, se trata de una opción más sensata para los inversores de largo plazo que simplemente quieren proteger e incrementar su capital a largo plazo sin “vivir” dependiendo de las fluctuaciones periódicas y cobrando una pequeña renta en dólares de forma trimestral.
Evidentemente, también se pueden combinar ambas estrategias, teniendo una porción de solidez con el S&P 500 y otra parte con el frenetismo, que puede llegar a ser rentable, del Merval. Todo dependerá de los conocimientos del individuo, de sus ganas de estar “conectado” a la bolsa y de su tolerancia al riesgo.