La semana pasada, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió elevar la tasa de política monetaria desde el 78% nominal anual hasta el 81%, cuando el mercado esperaba, al menos, un 85% para poder hacerle un mayor frente a la inflación. ¿Por qué tomó esta decisión?
“La suba de tasas de apenas 3% no es que tenga gusto a poco, sino que obedece a un comportamiento prudente del BCRA ante un dato 'estacional' de inflación de marzo”, comentó Omar de Lucca, especialista en educación financiera.
Concretamente, la inflación del tercer mes del año fue del 7,7%, según los últimos datos informados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). De esta manera, la cifra interanual supera el 104%. Asimismo, en las últimas dos semanas, los dólares libres se dispararon, pasando de los $410 por unidad a los $450, aproximadamente.
“Ante la presión sobre los dólares financieros y paralelos, el mercado lo obligaba a subir la tasa de interés, claramente el mercado esperaba un 85%, pero el BCRA fue 'cauto' y la llevo al 81%”, añadió De Lucca.
“El informe del REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) proyecta el inicio de un sendero descendente de inflación desde junio en adelante. Abril debería rondar el 6%, lo cual implicaría una baja sustancial contra marzo. La inflación termina siendo un juego de expectativas futuras. Para manejar esas expectativas y hacer que la inflación no se vuelva algo 'infinito', tenés que ser prudente con la tasa de interés y no subirla demasiado si esperás el inicio de un sendero descendente”, explicó.
“Si el BCRA hubiera llevado la tasa al 85% anual, estaría 'seteando' expectativas que la inflación no va a tener control en 2023. Hay presiones del FMI para que se logre 'domar al caballo' pronto”, agregó.
De acuerdo al ejecutivo, la lectura del BCRA es que si la inflación “normal” y desestacionalizada fuera del 6% mensual, le estaría ofreciendo a un ahorrista una tasa real positiva.