Cada una de las compañías representadas en el Coloquio de Idea que se desarrolla en Mar del Plata atraviesa la crisis económica desde su lugar particular. Para la cadena de supermercados Chango Más, que acaba de finalizar la migración de la marca Walmart adquirida por el empresario Francisco De Narváez, el contexto impone desafíos permanentes. “En una torta que se achica, todos buscamos un pedacito del de al lado y eso es imposible con precios más caros”, asegura el flamante gerente general de GDN Argentina, Martín Lemos, quien destaca que no sólo la inflación comenzó a frenar el consumo sino también la falta de financiación y la menor oferta por las dificultades para importar.
-La compleja realidad social se impone en el debate de este Coloquio y de cualquier encuentro en el que se crucen empresarios, políticos y funcionarios. ¿Qué es lo que se percibe en las góndolas?
-A diferencia del comienzo de año, que fue dentro de todo positivo, lo que estamos viendo ahora es un desgaste a partir de julio, agosto. Se nota una desaceleración que se explica por distintos factores. Esencialmente, es notorio en todas las categorías que están asociadas al financiamiento. El costo de financiación se encareció mucho en los últimos meses, los planes con cuotas largas están muy caros y ya no están tan presentes. Además, el precio de todos los productos de línea blanca y electrónica se fue muy arriba, con lo cual la única manera de acceder es financiado y ahora eso no está. Le estamos prestando mucha atención.
-¿Y en las categorías más básicas, como alimentos?
-Ahí también se empiezan a advertir cambios de hábitos como envases más chicos, otras marcas, un mix de compras distinto. Eso se termina traduciendo en un ticket más bajo.
-¿Esos comportamientos están directamente asociados a la inflación?
-Sí, en parte a la pérdida de poder adquisitivo. Pero también hay algo asociado al abastecimiento, es una pata que nos impacta a todos los que importamos, sea insumos o productos terminados. Eso termina afectando la propuesta, tenemos menos surtido. Y de cara a la industria, el flujo de entrega se ve afectado por la disponibilidad de insumos.
-¿En definitiva, se realizan menos ventas porque también la oferta es menor?
-Sí…hoy no tenemos góndolas como ocurrió en algunos momentos del año pero pasa que no se encuentra a veces algunas marcas o el producto que se está buscando. Capaz hay una sola marca de azúcar o de aceite.
-¿Cómo se midió la respuesta del cambio de marca de los Walmart en ese contexto del consumo?
-El tráfico de clientes en aquellos locales que migraron de marca, creció. Fue posible porque introdujimos cambios que no fueron radicales pero que fueron importantes para mejorar la propuesta de valor. Y estamos desarrollando nuevas líneas de negocios, como la marca textil HyG en sinergia con Tata en Uruguay que también tiene esa marca para empezar a desarrollar el negocio regionalmente, lo que es parte de esta nueva estrategia.
-¿La importación del Mercosur resulta más sencilla en el marco de los controles?
-Ahora con la ampliación de las licencias no automáticas que nos afecta en varios categorías, resulta más sencilla porque el tiempo de entrega es más corto. Una vez que está la liberación de las licencias, nos podemos hacer de la mercadería más rápido.
-¿Los últimos cambios pueden implican algo nuevo o es más de lo mismo?
-Es más de lo mismo. Todos los años con la Secretaría de Comercio se diseña un plan de cantidad y calidad, cuánto y qué vamos a estar importando. Hasta mediados de año veníamos cumpliendo el plan acordado, pero estos últimos meses tuvimos liberación para productos muy básicos pero estamos trabajando en otros casos para conseguir las licencias. Ejemplo: el surtido de Navidad. Muchas de esas cosas vienen de China y, aun con la aprobación, los tiempos de entrega ya son muy ajustados.
-Es la ventaja con los países vecinos.
-Claro. Las Hawaianas son el caso paradigmático. Requieren de licencia pero, apenas pasa, en menos de 30 días las puedo tener a la venta.
-¿Qué expectativa tenés para el año que viene?
-Estamos viendo lo mismo que todos, en base a proyecciones que se modifican semanalmente. El objetivo, con la industria y también con la Secretaría de Comercio, es articular el sistema que sea necesario para sostener el consumo. Independientemente de la inflación, necesitamos volumen.
-¿La prioridad es el volumen sobre la rentabilidad, la cuestión crítica según un amplio sector del Gobierno?
-Nosotros no ponemos los precios que queremos, son los precios del mercado. Nuestro principal costo es la mano de obra, tenemos 10.000 colaboradores y para sostenerlo necesitamos mantener el volumen. En una torta que se está achicando, estamos todos tratando de robarle un pedacito al de al lado y eso es imposible con precios más caros. Desde ese lado, se regula solo porque todos necesitamos incrementar las ventas.