De pasar de ser uno de los motores del ajuste fiscal, los subsidios energéticos se convirtieron en un serio problema para mantener el superávit acumulado en este primer cuatrimestre. La marcha atrás a los aumentos tarifarios anunciados se sumó a un encarecimiento del costo del sistema que no estaba proyectado producto de las bajas temperaturas.
Según Cammesa, en mayo la temperatura se ubicó unos 3,9 grados centígrados por debajo del mismo mes en 2023. Eso llevó a que el gas contractualizado tenga que cederlo a los usuarios residenciales y comprar gasoil y fueloil para abastecer al parque térmico. En consecuencia, el costo monómico del sistema subió un 40% para llegar a los 84 dólares el MWH y seguiría subiendo unos diez dólares más de acuerdo a las previsiones de la consultora Economía & Energía.
Como en 2023 el costo de la electricidad había sido incluso más alto debido a los elevados precios internacionales a raíz de la guerra en Ucrania, los subsidios por MWH pudieron reducirse un 22% en dólares en lo que va del año.
No obstante, el precio pagado por los usuarios se redujo un 14% en dólares en el mismo periodo, es decir, las tarifas están más baratas en términos reales que bajo la gestión de Sergio Massa el frente de Economía.
Respecto a mayo del 2023, las tarifas de los usuarios de altos ingresos son un 35% más baratas en dólares, las de ingresos medios un 55% y las de ingresos bajos un 69%. Las únicas que son más caras son las de usuarios comerciales: un 43% más en dólares. Así, los subsidios a Cammesa pasaron de 1.641 millones de dólares en los primeros cinco meses del 2023 a 1.971 millones en lo que va del 2024.
En el caso del gas, se dio un fenómeno distinto. El costo de abastecimiento del sistema fue un 4% más bajo que en 2023 en lo que va del año y el precio pagado por la demanda un 47% más bajo. Eso provocó que el subsidio unitario por millón de BTU sea un 47% más alto que el año pasado.
En la comparación con marzo del 2023, los N1 pagan un 37% menos, los N2 un 45% y los N3 un 35%. En cambio, los industriales sufrieron un salto de casi el 50%.
Con todo este panorama, desde Economía & Energía proyectaron un escenario de continuidad de congelamiento tarifario donde los subsidios llegarían a 6.769 millones de dólares, un cuadro que implica fuertes aumentos para llegar a un nivel de gasto de 5.000 millones y un escenario medio de 5.773 millones.
En cualquiera de ellos se registraría una reducción fuerte respecto a los 9.683 millones pagados en 2023 que permitiría cumplir la meta del FMI de bajar este componente del 1,5 al 1% del PBI. La salvedad es que gran parte de esta baja estaría explicada por un viento de cola internacional de menores precios de importaciones y no por un sendero de incremento real de las tarifas.