La muerte de Ratan Tata a los 86 años deja un enorme vacío en el mundo empresarial no solo de la India sino del mundo entero donde el Grupo Tata hace negocios por más de U$D 100.000 millones y en Sudamérica es reconocido como uno de los Top Employer en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay.
El magnate indio, reconocido por su liderazgo al frente del conglomerado Tata, fue el artífice de la expansión global de uno de los grupos industriales más grandes y diversificados del mundo. Su legado no solo se extiende a los negocios, sino también a la filantropía y la defensa de los derechos humanos, que marcaron su carrera y desde que se conoció la noticia el Primer Ministro de India, del Reino Unido y presidentes y personalidades de todos los continentes lamentan públicamente su fallecimiento.
La transformación de Tata bajo el liderazgo de Ratan
Ratan Tata asumió el liderazgo del Grupo Tata en 1991, en un momento clave para la economía india. Ese mismo año, el entonces ministro de Economía, Manmohan Singh, implementó reformas que liberalizaron el mercado indio, un cambio que permitió a Tata expandir sus operaciones a nivel internacional. "El éxito de Tata en el mercado global es el reflejo del liderazgo visionario de Ratan Tata", destacó el actual presidente de Tata Sons, Natarajan Chandrasekaran.
El conglomerado, fundado en 1868 por el bisabuelo de Ratan Tata, estaba compuesto en ese momento por una amplia variedad de empresas, desde el sector químico y energético hasta la aviación y la fabricación de automóviles. Bajo el liderazgo de Tata, el grupo se expandió a sectores emergentes como la conectividad digital y la tecnología, consolidando su posición en la economía global. Los ingresos del conglomerado alcanzaron los 165.000 millones de dólares en el último año fiscal, con más de 600.000 empleados en más de 40 países.
Uno de los movimientos más destacados de su gestión fue la adquisición de varias empresas clave. En 2007, Tata adquirió la siderúrgica Corus (hoy Tata Steel), y en 2008 compró las icónicas marcas británicas de autos Jaguar y Land Rover. Estas adquisiciones fueron parte de una estrategia para posicionar a Tata como un jugador global en sectores clave.
El legado de Tata en Uruguay
En mayo de 2002, Ratan Tata tomó una decisión que tendría un gran impacto en América Latina: fundar Tata Consultancy Services (TCS) en Uruguay.
La empresa comenzó con solo 15 empleados, pero hoy emplea a más de 2.800 personas en el país. TCS, cuya sede principal está en Mumbai, ofrece soluciones tecnológicas y de negocios desde Uruguay al mundo entero.
Verónica Lozano, gerenta de Recursos Humanos de TCS Uruguay, recordó que Uruguay no era la primera opción para la expansión regional de Tata, pero que finalmente fue seleccionado por su estabilidad y su capacidad para atraer talento altamente capacitado. "Uruguay nos sorprendió con su potencial. Hoy, más de 25.000 personas trabajan para TCS en América Latina", afirmó Lozano.
TCS se ha convertido en una de las empresas tecnológicas más importantes de Uruguay, ofreciendo servicios que van desde soluciones integrales en tecnologías emergentes hasta la tercerización de servicios administrativos.
Los éxitos y desafíos de Ratan Tata
El Tata Nano, presentado en 2008, es uno de los proyectos más recordados de la carrera de Ratan Tata. Con un precio inferior a 2.000 dólares, el Nano fue comercializado como el coche más barato del mundo, destinado a democratizar el acceso a los automóviles en India.
Sin embargo, este proyecto no alcanzó las expectativas y las ventas del Nano fueron decepcionantes. A pesar de ello, el coche se ha convertido en un símbolo de la capacidad de Tata para innovar en sectores tradicionales.
A lo largo de su carrera, Tata demostró una gran habilidad para identificar oportunidades en mercados globales y emergentes. En 2012, tras 50 años en el conglomerado, renunció como presidente de Tata Sons, habiendo dejado a la empresa con ingresos superiores a los 100.000 millones de dólares.
Más allá de los negocios: un compromiso con la filantropía
Después de su retiro, Tata se dedicó a la filantropía. A través de Tata Trusts, una organización que presidió hasta su fallecimiento, trabajó para empoderar y transformar comunidades en India. Tata siempre fue un defensor de los derechos de los animales, centrando su labor en la protección de los perros callejeros, una causa que apoyó durante toda su vida.
En 2008, recibió el Padma Vibhushan, la segunda condecoración civil más importante de la India, en reconocimiento a su contribución a los negocios y la sociedad.
Despedida de un líder
El fallecimiento de Ratan Tata fue anunciado por Tata Group en un comunicado que lo describió como un "líder fuera de lo común". El primer ministro indio, Narendra Modi, también rindió homenaje a Tata, calificándolo como un "líder empresarial visionario, un alma compasiva y un extraordinario ser humano". "Su legado perdurará y seguirá inspirando a las futuras generaciones", afirmó Modi.
El funeral de Ratan Tata se llevará a cabo en Bombay, su ciudad natal, donde el estado de Maharashtra ha decretado un día de luto oficial. Cientos de personas ya se han acercado para rendirle homenaje antes de la ceremonia, que contará con la presencia de altas figuras del gobierno y del sector empresarial.
La muerte de Ratan Tata marca el fin de una era para uno de los conglomerados más grandes de India y para el mundo de los negocios en general.
Su legado, que abarca desde la expansión global de Tata hasta sus esfuerzos filantrópicos, continuará moldeando el futuro de la compañía y de la India misma. En palabras del propio Tata: "El verdadero éxito no se mide por lo que logras, sino por el impacto que dejas en la vida de los demás".