El derrotero descendente que experimentan las grandes fortunas argentinas desde la debacle financiera local de 2018 no encuentra su piso. Los 50 integrantes de la lista acumulan US$ 46.440 millones al 31 de mayo de este año. Una cifra 19,9% menor a la que exhibieron en el Ranking Forbes 2019. El guarismo es aún más contundente si se traza un paralelismo con 2018, cuando las primeras 50 fortunas del país acusaban US$ 70.000 millones de patrimonio. Hoy, ese monto se redujo a US $23.560 millones, es decir, refleja una caída cercana a un tercio en tan solo dos años.
Asimismo, desde la última publicación en julio, salvo honrosas excepciones, las 50 familias que integran la lista ven disminuidos sus patrimonios al calor de las sucesivas devaluaciones y caídas bursátiles de los activos argentinos. Sin embargo, el drenaje no termina ahí. El presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, y el diputado nacional Carlos Heller, avanzan en la Cámara de Diputados con el proyecto de ley para crear un impuesto a las grandes fortunas o, como es denominado en el documento, un aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la Pandemia. De avanzar con el mismo, los 178 miembros de las familias que integran la lista de Forbes de los más ricos serían los primeros alcanzados con un alícuota que promete gravar los activos no productivos en hasta un 5,25% a todos aquellos que superen un patrimonio declarado de $ 3.000 millones, incluidos los bienes radicados en el exterior.
En principio, el impuesto aplicaría a los sujetos que sean considerados residentes argentinos al 31 de diciembre de 2019 lo cual pone un manto de duda sobre el real alcance del impuesto sobre los más ricos del país. Solo en base a la información pública que reunió Forbes para su última edición, miembros de 14 de las 50 familias que integran la lista de los más ricos no son residentes fiscales en la Argentina por lo cual, en la medida que esa residencia no sea en una jurisdicción de baja o nula tributación, quedarían virtualmente exceptuados.
El caso más icónico es casualmente el que experimentó el mayor salto patrimonial el último año: Marcos Galperin. El fundador de MercadoLibre expuso un salto del 68% en el año hasta alcanzar el segundo lugar en la lista local de los más ricos. Galperin, a través de un trust radicado en Nueva Zelanda, conserva poco más del 8% de las acciones de MercadoLibre, compañía que superó los US$ 60.000 millones de valuación de mercado este año. El empresario, radicado nuevamente en Uruguay, ostenta cerca de US$ 4600 millones.
Las 50 mayores fortunas de la Argentina, a través de las participaciones que tienen en sus múltiples empresas, originan alrededor del 14% del PBI y emplean directamente a, al menos, 163.000 personas. Tienen fuerte presencia en los rubros de la energía, las telecomunicaciones, el negocio farmacéutico, el retail y la intermediación financiera. El sector oil & gas explica al menos US$ 14.590 millones (un 31%) de los US$ 46.440 millones que reúnen los miembros de la lista este año. 23 fueron los que amasaron su propia fortuna y se puede estimar en al menos US$ 13.430 millones el monto líquido ("efectivo") que reúnen todos los integrantes de la lista (menos del 30%). Bulgheroni, Perez Companc y Roemmers, en ese orden, son las tres familias argentinas con mayor liquidez. Le siguen en orden de importancia los Werthein y las herederas de Amalita Fortabat. No solo tienen en común el cash, también muchos de ellos ya tienen su residencia fiscal fuera de la Argentina.