Fuera de China pocos oyeron hablar de Zhong Shanshan, el multimillonario que se convirtió en el hombre más rico de Asia amasando una fortuna con el agua embotellada y, ahora, con los tests de COVID-19. Con fama de rudo, solitario y discreto, Shanshan es conocido por las omnipresentes botellas de tapón rojo en China, donde pocos se atreven a beber agua del grifo sin hervirla.
Al frente de la marca Nongfu Spring, el empresario, que este año cumple 67 años, posee más de una cuarta parte del mercado nacional de agua embotellada. Su fortuna está valorada en US$ 85.000 millones y se transformó séptimo hombre más rico del mundo.
El año pasado, Zhong Shanshan colocó su agua mineral en la Bolsa de Valores de Hong Kong y, en la de Shanghái, su laboratorio Wantai Biological Pharmacy Enterprise, que invirtió en un nicho prometedor: los tests de detección del Covid-19. Reforzado por estas operaciones financieras, su ascenso es una de las acumulaciones de riqueza más rápidas de la historia, según la agencia financiera Bloomberg.
De albañil a multimillonario
Una evolución espectacular para alguien que, como millones de sus compatriotas, tuvo que dejar la escuela a los 12 años, durante el caos de la 'revolución cultural' maoísta. Zhong Shanshan trabajó como albañil, carpintero y periodista, según los medios de comunicación chinos. En 1996 fundó Nongfu Spring, de la que aún posee el 84%. La marca se diversificó en bebidas azucaradas.
Ahora vendió más de diez millones de pruebas de detección del coronavirus, cuyo resultado se conoce en 75 minutos, según la página web de la compañía. Además, su laboratorio trabaja en el desarrollo de una vacuna anticovid que se administraría mediante un aerosol nasal. La prensa china lo apodó como 'el lobo solitario' por sus escasas apariciones públicas y su alergia a las entrevistas, algo llamativo teniendo en cuenta que trabajó como reportero.
Zhong es el anti-Jack Ma, el excéntrico fundador del grupo de comercio en línea Alibaba, que durante mucho tiempo fue el hombre más rico del país y que sufrió últimamente un duro revés por parte de las autoridades chinas. Las compañías de ambos están radicadas en Hangzhou, en la región de Shanghái, pero Zhong Shanshan evita las reuniones con los círculos de negocios de la ciudad, declaró un empresario local al China Economic Weekly.
No me gusta el contacto con la gente ni los banquetes en los que se bebe, reconoció Zhong Shanshan en una entrevista con la prensa china. No tengo por costumbre halagar a los demás. Esto quedó patente en una conferencia: Subió al podio para pronunciar un discurso. Ofendió a todo el mundo en cuanto abrió la boca, contó uno de sus ex socios en la prensa.
Con información de Forbes Colombia.