Doce horas después de interrumpir el noticiero de la noche con un cartel contra la guerra, Marina Ovsyannikova recuperó la libertad. La productora había aparecido en la televisión rusa con un cartel que rezaba "No a la guerra" y "No te creas la propaganda. Aquí te mienten". Las autoridades se la llevaron detenida, le impusieron una multa y ahora es investigada por difundir información falsa. "Quería mostrar al mundo que la mayoría de los rusos están en contra de la guerra en Ucrania", dijo Ovsyannikova a la CNN. Si es condenada por desviarse de la "verdad" diseñada por el Gobierno, podría pasar quince años de prisión.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se cierne como una sombra oscura sobre la represión de la información. Por ejemplo, prohíbe el uso de la palabra "guerra" en los medios de comunicación rusos (se trata de una "operación militar especial" cuyo objetivo es librar a Ucrania de los nazis). El general de Putin en la guerra de desinformación es Yuri Kovalchuk, el oligarca de 70 años que la Casa Blanca describe como "asesor cercano" y "banquero personal" de Putin.
Los dos hombres han sido "casi inseparables" en los últimos dos años, según un observador del Kremlin. Kovalchuk, a través de su holding National Media Group, controla las noticias que ven y escuchan los rusos. Posee participaciones en el Canal Uno y en varias de las señales de televisión más influyentes de Rusia. En diciembre, su empresa adquirió una parte de VK, la mayor empresa de redes sociales en el país.
Kovalchuk y Putin son muy unidos. Ambos poseen casas en la exclusiva dacha de Ozero. Kovalchuk fue el anfitrión de la boda de la hija de Putin en 2013, según los Papeles de Panamá. En los últimos dos años se "consolidó como el segundo hombre de facto en Rusia, el más influyente en el entorno del presidente", según el periodista ruso Mijail Zygar, autor de un libro sobre el círculo íntimo de Putin.
"Cuando la gente dice televisión estatal rusa, se refiere realmente a la televisión de Kovalchuk" -dice Anders Åslund, experto en la oligarquía rusa-. Putin no confía lo suficiente en el Estado. Quiere que su hombre más cercano controle la televisión".
Kovalchuk, que según Forbes tiene una fortuna de US$ 1.300 millones, creó National Media Group en 2008 en sociedad con otro oligarca, Alexei Mordashov. Alina Kabaeva, considerada la novia de Putin, preside la empresa. Además de Channel One, National Media Group controla los populares canales de televisión rusos 5TV, REN-TV (antigua cadena de la oposición a Putin) y el canal de entretenimiento CTC, así como participaciones en diarios, medios digitales y estudios de contenidos.
El National Media Group es "uno de los dos mayores actores del mercado mediático ruso", junto con la empresa estatal VGTRK, afirma Ilya Yablokov, profesor de periodismo de la Universidad de Sheffield, Reino Unido. National Media Group y Kovalchuk no respondieron ante las consultas de Forbes.
Desde la invasión de Ucrania el 24 de febrero, la cobertura mediática de las cadenas de televisión rusas se reprodujo la narrativa de Putin. Esta semana, expertos y presentadores impulsaron teorías conspirativas sobre el desarrollo de armas biológicas por parte de Ucrania con el apoyo de Estados Unidos. Ucrania y el gobierno de Biden han negado esas acusaciones.
Kovalchuk es "conocido por sus opiniones antiliberales y antioccidentales" y su pensamiento "conspirativo", dice Tatiana Stanovaya, académica no residente en el Centro Carnegie de Moscú y fundadora del sitio de noticias R.Politik. "La gente como Kovalchuk entiende las prioridades y los objetivos de Putin", dijo. "Pueden sentirlo y tratan de adaptar la política de los medios de comunicación a esas necesidades", agregó.
En diciembre de 2021, el National Media Group de Kovalchuk adquirió al oligarca Alisher Usmanov una participación mayoritaria en el gigante ruso de las redes sociales VK. Tras el cambio de propiedad, VK despidió a gran parte de sus directivos y promovió a los familiares de Kovalchuk, según el sitio de noticias independiente ruso The Bell. En la actualidad, VK está siendo utilizada por el Kremlin para reclutar mercenarios para la guerra de Rusia contra Ucrania, informó la BBC.
"VK está desempeñando un papel enormemente influyente para mantener a la población bajo control, difundiendo las narrativas favorables al Kremlin y castigando a quienes utilizan la red social por difundir opiniones alternativas", afirma Yablokov, el profesor de periodismo. "VK está ahora tan abierta como podría estarlo a los servicios de inteligencia domésticos rusos".
Guerra informativa en Ucrania: Cuando la mentira es la verdad
Kovalchuk y Putin se conocieron en San Petersburgo durante la década de 1990, cuando el Banco Rossiya de Kovalchuk apoyó el ascenso político de Putin. Entonces, como ahora, Kovalchuk operaba entre bastidores.
David Lingelbach, profesor de la Universidad de Baltimore, trabajó en Rusia durante la década de 1990 en la banca y el capital de riesgo. En varias ocasiones, Lingelbach se reunió con Putin en su calidad de primer teniente de alcalde de San Petersburgo para facilitar las inversiones extranjeras. "Conocí a la mayoría de las otras personas que Putin incorporó a su círculo íntimo -Igor Sechin, Dimitri Medvedev, Alexey Miller-, pero ni una sola vez vi o tuve conocimiento de Kovalchuk", dice Lingelbach. "En retrospectiva, Putin llevaba una segunda especie de vida económica privada, que desarrollaba con Kovalchuk", agregó.
Una vez que Putin fue elegido presidente en 2000, Kovalchuk utilizó el Banco Rossiya para construir su imperio mediático, impulsado por el implacable impulso de Putin de acabar con la prensa crítica. En 2000, Putin detuvo al barón de los medios de comunicación Vladimir Gusinsky acusado de fraude y le obligó a vender sus medios de comunicación, incluida su joya de la corona REN-TV, a la empresa estatal Gazprom (Gusinsky, que negó todos los cargos, ha desaparecido desde entonces de la vista pública). A continuación, Putin dispuso que Gazprom vendiera esos activos, así como su negocio de seguros Sogaz y otros activos financieros, al Banco Rossiya a un precio de ganga.
Estas transacciones formaban parte de una transferencia de riqueza más amplia que tuvo lugar durante la década de 2000, desde los oligarcas y el Estado ruso a los bolsillos de Putin y sus compinches. Más de US$ 60.000 millones en activos estatales fueron canalizados a través de Gazprom al Rossiya Bank de Kovalchuk y a compañías de otros aliados de Putin, los hermanos Rotenberg y Gennady Timchenko, entre 2004 y finales de 2007, según una investigación realizada en 2008 por los opositores rusos Vladimir Milov y Boris Nemtsov. Nemtsov fue asesinado a tiros en un puente de Moscú en 2015, tras convocar y liderar protestas masivas contra el mandatario.
"En el mandato inicial de Putin, el debate era que todos los activos no esenciales de los monopolios, incluido Gazprom, debían ir a los mercados abiertos para crear un entorno competitivo", dijo a Forbes Vladimir Milov, que abandonó Rusia. "Sin embargo, Putin dio un giro completo a ese camino y transfirió esos activos a su entorno. Gazprom no recibió nada, los contribuyentes no recibieron nada, y en lugar de la reforma se pasó a establecer un sistema de control bajo un puñado de compinches de Putin", denunció.
A medida que la guerra no provocada de Rusia contra Ucrania continúa, la importancia de Kovalchuk está creciendo. Los oligarcas con activos en Europa y Estados Unidos se tambalean bajo las sanciones occidentales, y se dice que Putin está cerrando filas, purgando a algunos de sus principales espías y oficiales militares en respuesta al vacilante esfuerzo bélico de Rusia.
Kovalchuk es alguien con quien Putin "puede compartir realmente su vida, sus visiones", dice Stanovaya. "Y confía en él".