Al parecer, Larry Connor, multimillonario del sector inmobiliario que previamente viajó al punto más profundo de la Tierra y a la Estación Espacial Internacional, ya tiene su próximo gran desafío en mente: sería varios kilómetros bajo la superficie del océano, en un sumergible para dos personas que analizará los restos del Titanic.
Larry Connor, un inversor inmobiliario que se inició en Ohio y que ahora tiene un patrimonio neto de 2.000 millones de dólares, subirá a bordo de un sumergible de Triton Submarines y bajará a las profundidades para ver los restos del Titanic con el CEO de la empresa, para demostrar que la industria de la exploración oceánica sigue siendo segura y goza de buena reputación; después de que el submarino Titán de la empresa OceanGate, ya desaparecida, hiciera implosión.
El multimillonario contactó al CEO de Triton, Patrick Lahey, apenas unos días después de la implosión del submarino Titan y expresó su interés por recrear la inmersión en un buque diferente para “mostrarle a la gente de todo el mundo que, aunque el océano es extremadamente poderoso, puede ser maravilloso y agradable y cambiar realmente la vida si se hace de la manera correcta”, afirmó Connor al Journal.
La pareja embarcará en el Triton 4000/2 Abyssal Explorer, que, según se informa, es seguro para sumergirse hasta 4.000 metros, 200 más que la profundidad del famoso pecio del Titanic.
Connor, de 74 años, tiene un historial de búsqueda de emociones fuertes y ha emprendido una serie de peligrosas aventuras, como saltar en paracaídas desde un globo a una altura récord de 38.139 pies, viajar a 35.876 pies bajo el nivel del mar hasta la Fosa de las Marianas y convertirse en uno de los primeros astronautas privados del mundo (voló a la ISS en la Misión Axiom 1 en 2022).
El multimillonario aplica a su vida personal la misma filosofía de peligro y oportunidad que a su vida privada: “Tenés que estar dispuesto a asumir riesgos calculados, no riesgos estúpidos”, expresó en diálogo con Forbes a principios de este año.
Connor cofundó una empresa inmobiliaria en Dayton, Ohio, en 1991 y compró a sus socios una década después; ahora invierte en edificios de departamentos de lujo en todo el país a través del Connor Group, que tiene una tasa de rentabilidad anual del 30,4%.
El Connor Group vendió propiedades por valor de más de 6.000 millones de dólares desde 1996, lo que ha proporcionado a su fundador un patrimonio neto personal estimado en 2.000 millones de dólares que lo hace ser la 1.691ª persona más rica del mundo a fecha del martes.
“Obviamente tiene un ego importante y realmente cree en sus propias capacidades”, dijo Roger Lipson, socio de Connor desde hace mucho tiempo, a Forbes, antes de que se anunciara su viaje al Titanic. “Pero es lo suficientemente comedido y tiene esa calculadora de riesgos interna que lo mantuvo en el planeta”.
Aún no se sabe cuándo tendrá lugar el viaje. Ni Lahey ni Connor confirmaron una fecha para su viaje al Titanic.
Antecedentes
Vale recordar que, el verano pasado, murieron cinco personas murieron a bordo de un sumergible no reglamentado de OceanGate. El CEO de la empresa, Stockton Rush, el explorador oceánico Paul-Henri Nargeolet, el magnate de la aviación Hamish Harding (al que algunos medios británicos calificaron de multimillonario pero que no figuraba en la lista de multimillonarios de Forbes), el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo, Suleman Dawood, de 19 años.
El sumergible no estaba regulado y se construyó parcialmente con piezas del proveedor de vehículos recreativos Camping World, informaron varios medios en su momento.
El submarino perdió la comunicación con la superficie a menos de dos horas de su inmersión y los rescatadores buscaron señales de vida durante días antes de que se descubrieran restos a unos 500 metros de la proa del Titanic hundido.
Los expertos afirman que es probable que haya implosionado debido a la extrema presión existente en las profundidades del océano, y se cree que fue casi instantánea, produciéndose en menos de 40 milisegundos.
Desde la explosión, otras personas del sector de los sumergibles se manifestaron en contra de los riesgos asumidos por Rush y su empresa.
Los fundadores de otras empresas afirmaron que Rush y su empresa utilizaron tecnología no homologada -o embarcaciones que no estaban certificadas como seguras y adecuadas al código- y que la explosión supuso un retroceso para toda la industria, según el Wall Street Journal.
Lahey y Connor dijeron al Journal que esperan demostrar que el Titan fue una tragedia evitable que no se refleja en el mundo más amplio de la exploración oceánica.
De todos modos, Connor no es el único multimillonario interesado en el Titanic. Clive Palmer, un multimillonario minero australiano, puso en marcha un plan para construir una réplica casi exacta del transatlántico de lujo.
Palmer planea empezar a construir el “Titanic II” a principios del año que viene y su empresa, Blue Star Line, pretende recrear en esencia el barco exacto que se hundió en 1912. El viaje inaugural del barco -que seguirá los pasos de su predecesor y navegará de Southampton, Inglaterra, a Nueva York- está fijado provisionalmente para junio de 2027.