MacKenzie Bezos es autora, una temprana empleada de Amazon y multimillonaria. Y se mantiene callada. La vida de la mujer que donó la mitad de su fortuna.
MacKenzie Bezos no era quisquillosa, lo cual fue útil, ya que no había tiempo para planteos en la sede de Amazon a principios de 1996. Compartía su oficina con un empleado de menor rango en un espacio que también funcionaba como la cocina de la empresa. Durante 12 horas al día, mientras los trabajadores se apuraban para usar el microondas, ella manejaba la contabilidad. Por la noche se iba al galpón para empacar pedidos. “Hizo un gran aporte”, dice Mike Hanlon, el séptimo empleado de Amazon. “Ella realmente es una persona talentosa, algo que creo que se pierde cuando sos la esposa de un multimillonario”.
El misterio en torno a MacKenzie, de 49 años, parece cuidadosamente cultivado. En gran medida cayó en el anonimato después de los primeros años de Amazon y no concedió entrevistas desde enero, cuando la separación de su esposo Jeff se hizo pública. La pareja finalizó su divorcio en julio, con MacKenzie obteniendo el 25% de sus acciones de Amazon. Esa participación actualmente tiene un valor de US$ 36,1 mil millones, suficiente para colocarla en el puesto 15 en el Forbes 400 de este año. “Debería haber obtenido el 50% de la compañía”, dice Nick Hanauer, uno de los primeros inversores de se graduó un año más temprano. Estudió en Cambridge, luego en Princeton, donde se especializó en inglés; la novelista ganadora del Premio Nobel Toni Morrison fue su directora de tesis. “En general, era una presencia muy equilibrada, tranquila y brillante”, dice Jeff Nunokawa, uno de sus profesores de inglés.
Después de graduarse, tomó un trabajo en el fondo de cobertura D.E. Shaw, donde comenzó a salir con Jeff Bezos, quien se fue para fundar Amazon en 1994. Desde un principio, MacKenzie estuvo muy metida. “Nadie tenía realmente cargos específico , así que hizo casi todo”, dice Tod Nelson, otro empleado temprano.
MacKenzie se retiró cuando Amazon salió a la Bolsa, en 1997, para dedicarse de lleno en la escritura de ficción. Mantuvo un perfil bajo hasta 2005, cuando HarperCollins publicó su primera novela, The Testing of Luther Albright. Morrison lo consideró “una rareza”. MacKenzie lo siguió en 2013 con Traps.
Los capítulos más recientes de su vida son en gran parte desconocidos. En 2018, ella y Jeff comprometieron US$ 2.000 millones para combatir la escasez de vivienda y apoyar a las escuelas preescolares sin fines de lucro.
En mayo, cuando su divorcio llegaba a término, ella firmó una Promesa de Donación, comprometiéndose a donar al menos la mitad de su fortuna. Fiel a su estilo, no dijo una palabra sobre el destino de esos miles de millones.
Por Noah Kirsch