Este martes, el exCEO de Microsoft y filántropo multimillonario, Bill Gates, calificó a la Inteligencia Artificial en una publicación de blog como el "avance más importante" en tecnología desde el desarrollo de las computadoras y los teléfonos inteligentes. Según el empresario, la IA representa oportunidades pero también responsabilidades. Tal es así que afirmó que puede ayudar a mejorar el acceso a la sanidad y la educación en todo el mundo,
Gates deslizó que los avances de la IA mejorará la productividad en el lugar de trabajo, ayudará a reducir las muertes infantiles evitables en el mundo y mejorará la desigualdad en la educación no solo en los Estados Unidos sino en el mundo.
Asimismo, el multimillonario anticipó que la IA reducirá la carga de trabajo del personal sanitario, completando tareas por ellos, y ve en él un potencial para reducir la tasa de mortalidad infantil -cinco millones de niños menores de cinco años mueren cada año-, especialmente en los países pobres; donde la IA podría ayudar a los pacientes a determinar si necesitan buscar tratamiento y, los dispositivos vinculados a la IA, como los ecógrafos, podrían ayudar a los trabajadores sanitarios a ser más productivos.
Una de las prioridades de la Fundación Gates será garantizar que los avances en IA se utilicen para ayudar a las personas más pobres del mundo, incluidas las que luchan contra problemas de salud como el sida, la tuberculosis y la malaria, afirmó el multimillonario.
La IA también podría revolucionar la educación en los próximos cinco a diez años, dijo Gates, mediante la creación de herramientas que comprendan los intereses y el estilo de aprendizaje de un individuo y adapten el contenido educativo a esas necesidades; aunque advirtió que las herramientas deben ser igualmente accesibles para todas las escuelas.
La IA ha llegado a los consumidores en los últimos meses a través de los chatbots que pueden simular una conversación humana, con Microsoft -que Gates cofundó hace casi 50 años- invirtiendo en OpenAI, la empresa que está detrás de ChatGPT. Microsoft ha integrado ChatGPT en su motor de búsqueda Bing, y el martes, Google anunció su respuesta al frenesí de la IA con el lanzamiento de su chatbot Bard.
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Gates reconoció las deficiencias actuales de la IA, como su falta de comprensión del razonamiento abstracto, su capacidad para crear algo ficticio cuando se lo piden los usuarios y su incapacidad para entender el contexto de las peticiones humanas.
Sin embargo, argumentó que ninguno de estos problemas son "limitaciones fundamentales" de la tecnología y dijo que los problemas, en cuya resolución están trabajando los desarrolladores, "habrán desaparecido antes de que nos demos cuenta".
Gates también señaló la preocupación de que la IA pueda utilizarse con fines malignos, pero dijo que "los gobiernos y el sector privado deben trabajar juntos para limitar los riesgos”.
De todas formas, aunque el post del martes es el respaldo más firme de Gates al futuro de la IA, no son los primeros comentarios que hace al respecto. El mes pasado, en una entrevista exclusiva con Forbes, Gates describió los avances de la IA como "bastante asombrosos" y, de forma similar a la carta del martes, los comparó con los desarrollos del PC e Internet.
"La IA cambiará la forma en que la gente trabaja, aprende, viaja, recibe asistencia sanitaria y se comunica entre sí", afirmó Gates. "Industrias enteras se reorientarán en torno a ella. Las empresas se distinguirán por lo bien que la utilicen".
Gates dijo que el programa de inteligencia artificial OpenAI, respaldado por Microsoft, funciona mejor que otros en el sector, y calificó la amplia disponibilidad de ChatGPT como algo "muy impresionante".
A finales del año pasado, Gates también dijo que su fundación estaba trabajando para desarrollar una herramienta de ultrasonidos para el mundo en desarrollo utilizando software de IA.
La sonda, que según Gates podría ayudar a reducir el número de muertes durante el periodo neonatal, se conectaría a un teléfono móvil o a una tablets y podría distinguir si el embarazo es de alto riesgo o si la madre podría necesitar un parto por cesárea. Si la tecnología resulta útil en los lugares donde se está probando actualmente -Kenia y Sudáfrica-, Gates afirmó que podría estar ampliamente disponible en dos o tres años.
