La increíble vida de Jorge Brito: De un préstamo de su madre para su primera empresa a ser el banquero más poderoso de la Argentina
El ex presidente del Banco Macro falleció a los 68 años en un accidente aéreo en Salta. La historia de un hombre que se hizo a sí mismo.

El pasado 23 de julio celebró sus 68 años, en el medio del confinamiento producto de la pandemia por el COVID-19. Nunca pensó que sería el último. Este porteño con fuertes lazos con la provincia de Salta, donde finalmente murió, es uno de los auténticos self-made-man argentinos. 

Su origen de clase media mutó con el paso del tiempo hasta convertirse en uno de los hombres más ricos y poderosos de la Argentina. 

Hamburgo fue el nombre de la primera financiera que fundó de la mano de su socio de la vida, Jorge Ezequiel Delfín Carballo (68). Fue a mediados de la década del '70 y a partir de un préstamo de US$ 10.000 que le otorgó su madre. Al poco tiempo, la sociedad pasó a llamarse Anglia y sería la semilla del futuro Grupo Macro

Junto a sus socios compraron el Banco Macro, cuando uno de sus dueños era Mario Brodersohn, secretario de Hacienda del Presidente Raúl Alfonsín. Sin embargo, no fue hasta 1987 que la entidad recibió la autorización del Banco Central de la República para operar como banco comercial. 

En la década del 90 los negocios de la familia Brito se multiplicaron. Primero hizo su incursión en el negocio agropecuario y luego, en 1996, amplió sus dominios financieros con la primera compra de un banco provincial, el de Salta. No sería el único. Sumaría el de Jujuy y el Mayo en los siguientes tres años. Pero faltaba más, mucho más. 

Cuando el Siglo XX llegaba a su fin, Jorge Horacio Brito aún era un joven ambicioso de 48 años y su apogeo como banquero aún estaba por verse. Mientras tanto, en la city porteña el dominio estaba en manos de Eduardo Escasany del reciente creado Grupo Financiero Galicia.

Según el libro  Los Patrones de la Argentina de Estebán Rafele y Pablo Fernández Blanco, cuando el banquero conoció a Néstor Kirchner, y luego de algunos cruces mediáticos, le dijo: "Mire, Presidente, no lo conozco, yo no lo voté, pero necesito que le vaya bien. Porque si a usted le va bien, a mí me va a ir bien". 

En el libro también detalla que fue uno de los pocos que ganó dinero en el 2003 mientras el sector daba perdidas: ganó $ 199,8 millones, algo así como US$ 63 millones. Cerró 2012 con resultado en pesos 7,5 veces mayor, llegando a US$ 305 millones de ganancias. En una década el banco de Brito embolsó ganancias por más de $ 6.667 millones, lo que equivale a US$ 1.734 millones. Su valor de mercado creció a fuerza de esa expansión y en 2012 alcanzó los $ 7.000 millones.

Clase media de origen, Brito fundó su primera empresa con un préstamo de US$ 10 mil que le pidió a su madre. 

Brito nunca se consideró amigo de Kirchner pero supo entablar una buena relación con él. Hablaban por teléfono al menos dos veces al mes y compartían reuniones en la Casa Rosada y en Olivos.

Con el paso de los años Brito se convirtió en el vehículo por el cual el gobierno canalizaba sus inquietudes al sector financiero. "El banquero entendió el juego de Kirchner como pocos". Tal era su relación con los Kirchner que funcionarios estadounidenses describían a Brito como un asesor cercano del ex presidente. 

En 2006 el Macro dio otro paso: el banco que ya cotizaba en la bolsa porteña desde 1994 abrió su capital en la Bolsa de Valores de Nueva York el 24 de marzo, lo que significó la primera oferta pública inicial de una empresa argentina desde 1997.  Según se relata en el capitulo dedicado al banquero, una nueva emisión de 75 millones de acciones y una venta de los socios mayoritarios: Brito, Carballo y Fernando Sansuste, en ese entonces director de la entidad, hicieron que los accionistas recaudarán en conjunto US$ 276 millones.

Luego de la operación retuvieron en conjunto el 40% de las acciones del banco, entonces valuado en US$ 1,212 millones. Una gran porción de las acciones quedó manos de la administración de fondos de jubilaciones y pensiones las AFJP. En 2009 cuando el gobierno estatizó el sistema se convirtió en el principal socio minoritario del banco con el 30,97% de las acciones Brito quedó segundo con poco más del 20 % y tercero Carballo con otro 18,75 %.

Hasta marzo de 2016 fue presidente de ADEBA y se mantuvo como CEO de su banco excepto entre 2018 y 2020. Brito fue miembro del Ranking Forbes 2020 con una fortuna personal estimada en US$ 360 millones.