Forbes Argentina
1102_resnick_650x455
Millonarios

El gobernador de California y una pareja multimillonaria en el ojo del huracán: ¿culpables de los incendios de Los Angeles?

Chloe Sorvino

Share

Una de las peores crisis en la historia reciente expone fallas en la infraestructura hídrica y alimenta el debate sobre el cambio climático y las tensiones políticas locales.

14 Enero de 2025 17.00

Para llevar agua al barrio costero de Pacific Palisades, en Los Ángeles, se envía agua desde las montañas del norte de California a un depósito de la ciudad. Desde allí, se bombea hacia tres tanques de almacenamiento, cada uno con capacidad para 3,8 millones de litros. Luego, gracias a la gravedad, el agua llega a las viviendas y a los hidrantes.

Sin embargo, la demanda de agua para combatir el Palisades Fire, que ya arrasó con más de 9.300 hectáreas, saturó el sistema. Los hidrantes de Pacific Palisades se quedaron secos mientras los bomberos intentaban controlar las llamas la semana pasada. Mientras tanto, con problemas de presión de agua en Pasadena, los equipos de bomberos enfrentaron más incendios, como el Eaton Fire, que quemó 5.665 hectáreas, incluyendo gran parte del histórico barrio afroamericano de Altadena.

A medida que los hidrantes del noroeste de Los Ángeles se vaciaban, la ciudad envió varios camiones cisterna con capacidad para 15.000 litros, además de una docena de camiones más pequeños, para recargar los hidrantes y asegurar el flujo de agua en las mangueras de los bomberos. Estas medidas temporales ayudaron en algo. Más de 11 millones de litros ya fueron usados para combatir los incendios. Sin embargo, hasta la tarde del lunes, el Eaton Fire estaba contenido en un 33 %, mientras que el Palisades Fire solo alcanzaba un 14% de contención.

Junto a los incendios, también arde un malentendido: la creencia de que los incendios alrededor de Los Ángeles permanecen fuera de control debido a una escasez de agua. En realidad, la falta de agua en los hidrantes expone un problema en la infraestructura de emergencia de la ciudad, que no está diseñada para enfrentar incendios prolongados a nivel barrial ni estos incendios fuera de temporada que se vuelven más intensos por el cambio climático.

No es sorpresa que el tema se politizara. El presidente electo Donald Trump culpó al gobernador de California, Gavin Newsom, por "un verdadero desastre", mientras que Newsom respondió a las críticas.

Otros señalaron a la pareja de multimillonarios de Beverly Hills que posee The Wonderful Company, el mayor vendedor de pistachos y almendras de Estados Unidos, ambos cultivos que requieren grandes cantidades de agua. Además de estas nueces, Stewart y Lynda Resnick, cofundadores y copropietarios de la empresa privada de alimentos, también cultivan naranjas, mandarinas, limones, limas y granadas. Tienen una gran influencia en el sistema de agua de California.

Los Resnicks tienen una fortuna combinada estimada en 12.600 millones de dólares y son de los mayores compradores de agua en el mercado abierto, lo que eleva su precio. También poseen la mayoría del Kern Water Bank, un valioso acuífero con una de las mayores capacidades de almacenamiento de agua en el país.

En 1994, los Resnicks negociaron un ventajoso acuerdo para adquirir el 57 % del banco de agua, a cambio de entregas de agua por parte del estado. El estado planeaba cerrar el banco, que fallaba bajo su gestión. Stewart Resnick fue contactado para rescatarlo. En reuniones que algunos críticos llamaron secretas, sus asesores más confiables negociaron con líderes de distritos de agua del sur de California y funcionarios estatales. Dos décadas después, el banco les proporciona un acceso casi inigualable al agua en el sur de California, permitiéndoles regar unas 52.600 hectáreas de tierras agrícolas en el estado.

Sin embargo, su influencia en el sistema de agua de California no tiene relación con los incendios en Pacific Palisades y otros lugares de Los Ángeles. La cruel ironía es que el agua abunda actualmente en Los Ángeles. Los embalses de la ciudad, gestionados por el distrito metropolitano de agua, están llenos. (El Eaton Fire, que dejó 16 muertes y 7.000 estructuras destruidas, está en otro distrito de agua).

"Son temas completamente no relacionados", afirma el Dr. Mark Gold, director de Soluciones para la Escasez de Agua y Salud Ambiental del Natural Resources Defense Council. "Tenemos más agua almacenada en esta época del año que en cualquier otro momento en la historia de la agencia. En el contexto de la catastrófica pérdida de vidas y propiedades, es insensible", remarca.

Estos incendios serán registrados como los peores y más costosos que haya enfrentado el condado de Los Ángeles. Esto se debe a una "tormenta perfecta" de factores contribuyentes, explica Gold, quien también es miembro del directorio del Metropolitan Water District, que supervisa el agua municipal para 19 millones de personas en el sur de California, incluyendo Los Ángeles.

Después de dos años muy lluviosos, la vegetación en las laderas de Los Ángeles creció significativamente, convirtiéndose en una gran cantidad de material inflamable. Esto se sumó a la casi total ausencia de lluvias —menos de medio centímetro desde mayo de 2024—, lo que convierte este período en el segundo más seco registrado en Los Ángeles en los últimos 150 años.

El fuego también necesita aire, además de combustible, y una masiva tormenta de vientos Santa Ana comenzó el martes, aportando el oxígeno necesario. Los vientos —los peores en al menos 15 años— alcanzaron ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora. Esto hizo imposible combatir el incendio por aire con aviones y helicópteros para arrojar agua y repelente de fuego desde arriba.

Gratis Talo Liekeissä Foto de stock
 

"Todo está completamente seco. Si no podés combatirlo con recursos aéreos, no tenés ninguna chance", afirma el Dr. Mark Gold. "No se combaten este tipo de incendios con hidrantes, mangueras y camiones de bomberos", señala.

Gold agregó que, además de replantear cuánta capacidad de almacenamiento de agua se necesita, en el futuro la ciudad y el condado podrían explorar otras maneras de reducir el riesgo de incendios, como desenergizar las líneas eléctricas antes de eventos de fuertes vientos o utilizar sensores remotos de forma más eficiente para detectar incendios y predecir su comportamiento.

"Estamos viendo extremos climáticos tan tremendos que la forma en que pensamos la seguridad y la protección de las personas tiene que cambiar completamente", dice Gold. "El área de Palisades casi desaparece del mapa. Es peor que la peor pesadilla de cualquiera", completa.

Por su parte, The Wonderful Company afirmó que los ataques contra los Resnick en relación con los incendios son antisemitas. Según Seth Oster, director de asuntos corporativos de la empresa, "la rueda del absurdo alcanzó un nuevo nivel".

"No es verdad que alguna persona o empresa, mucho menos la nuestra, posea o controle la mayoría del agua en California. Tampoco es cierto que tengamos algo que ver con el suministro de agua a Los Ángeles. El agua destinada a uso municipal no se desvía para fines agrícolas ni de producción de alimentos", asegura Oster.

"Las preguntas correctas no deberían centrarse en un sector o empresa en particular, sino en qué podría haber hecho diferente el gobierno y en reconocer los desafíos del cambio climático, en lugar de perder tiempo con discursos de odio y afirmaciones extrañas de teóricos de la conspiración extremos y aburridos", añade Oster.

Los problemas de agua en Los Ángeles no tienen soluciones simples. Estos datan de principios del siglo XX y se agravaron con el crecimiento implacable de la ciudad. Rediseñar los sistemas regionales de agua en zonas donde los incendios son frecuentes podría ser un buen punto de partida. Sin embargo, Kathryn Sorensen, directora de investigación del Kyl Center for Water Policy de la Universidad Estatal de Arizona, sostiene que no se trata solo de repensar estructuras antiguas. 

Por ejemplo, los barrios de Los Ángeles podrían necesitar más almacenamiento de agua para abastecer sus hidrantes, pero aumentar la capacidad de almacenamiento suele implicar el riesgo de problemas de calidad del agua, ya que habría más agua estancada en los tanques. Además, debido a las exigentes regulaciones de la Ley de Agua Potable Segura de Estados Unidos, "hay muy poca flexibilidad".

"Sabemos el valor del agua cuando no la tenemos", señala Sorensen. "Es relativamente fácil mirar hacia atrás y decir que hubiera sido beneficioso aumentar el almacenamiento, pero generalmente hay resistencia cuando estas utilidades intentan subir las tarifas para financiar la infraestructura envejecida. Es importante apoyar estos sistemas de forma constante para que puedan funcionar cuando se los necesita", concluye.

Nota publicada por Forbes US

 

10