Richard Branson, el excéntrico multimillonario a cargo de Virgin Group, recientemente dialogó con CNBC y explicó cuál es su idea para reducir los precios internacionales de la energía.
En concreto, el plan consiste en que cada ciudadano realice pequeños sacrificios de ahorro de energía para que la demanda se reduzca y, por ende, sus precios, aliviándose la crisis del costo de vida.
“Es realmente importante que nos deshagamos de nuestra dependencia del petróleo, el gas y el carbón rusos, y debemos hacerlo de inmediato”, expresó el magnate.
“Si podemos reducir la dependencia de Occidente del combustible, digamos en solo un 10%, eso liberará algo así como tres mil millones de barriles de combustible. Eso será suficiente para asegurarse de que países como Alemania no tengan que importar más”, añadió.
Según las recomendaciones de Richard Branson, habría que reducir el uso de la calefacción central y el aire acondicionado en los hogares en un 1% y la velocidad de conducción en un 10%.
“La demanda de combustible se reducirá drásticamente y, por lo tanto, el precio del combustible se reducirá drásticamente y, por lo tanto, el costo de vida también lo hará”, enfatizó.
En cuanto a los sacrificios corporativos, algunas empresas como las aerolíneas podrían eliminar las rutas menos rentables y también utilizar menos los transportes y los electrodomésticos que más consumen.
“Si lo distribuye entre todas las empresas y en todo el mundo, el precio del petróleo bajaría drásticamente y no tendríamos que seguir enviando cheques a Putin”, sostuvo Richard Branson.
El principal problema del plan del famoso empresario, que a simple vista tendría sentido, es que las personas no estarían dispuestas a hacer estos pequeños sacrificios, ya sea por egoísmo o por terquedad.