Donald Trump nunca dejó los negocios. Es cierto que les delegó la administración diaria de sus empresas a sus hijos, como muchos magnates que quedan absortos en otras cosas cuando llegan a la vejez. Pero el presidente retuvo la propiedad de sus activos después de asumir y así siguió facturando desde la Casa Blanca. Entre 2017 y 2019, sus empresas percibieron la cifra estimada de US$ 1.900 millones en ingresos.
Es una suma importante por donde se la mire. Documentos de diversas fuentes ?entidades de préstamo privadas, Gobiernos locales, funcionarios del Gobierno federal de EE.UU. y entes reguladores del exterior? muestran de dónde viene la plata y aproximadamente qué parte se convierte en ganancias. Un análisis basado en esos documentos y conversaciones con expertos de la industria se presentará en el libro White House Inc., que se publicará próximamente y ofrecerá un repaso inédito por las finanzas del presidente, esas que tanto se esforzó en ocultarle a la opinión pública.
En líneas generales, el imperio de licencias, administración y hoteles de Trump está decayendo, pero sus negocios con campos de golf y clubes compensan el bajón. Su principal fuente de ingresos siguen siendo sus edificios comerciales.
El golf
La cartera de campos y clubes de golf de Trump produjo la mayor parte de los ingresos: cerca de US$ 753 millones en tres años. El que más facturó fue el Trump National Doral, en Miami, que aportó US$ 228 millones entre 2017 y 2019, unos tres cuartos del total aportado por los otros 10 campos de golf de Trump en EE.UU. En Europa, uno llamado Trump Turnberry generó US$ 70 millones; otros dos en Doonbeg, Irlanda y Aberdeenshire, Escocia, aportaron US$ 53 millones. El famoso Mar-a-Lago percibió US$ 69 millones.
Pese a esto, el golf no es la principal fuente de ganancias de Trump. Los estados financieros de la Trump Organization y conversaciones con miembros de la industria del golf sugieren que los campos tradicionales del presidente tienen márgenes operativos de aproximadamente 20%. Sus resorts rinden inclusive menos: en 2017, el Trump National Doral ganó solo US$ 4,3 millones sobre US$ 75,4 millones en ingresos. Ninguno de los europeos registró jamás ganancias anuales, según los datos financieros más recientes disponibles.
Los alquileres
La segunda principal fuente de ingresos de Trump son sus propiedades comerciales. El centro sigue siendo Nueva York: el presidente es dueño del espacio comercial dentro de la Trump Tower, en la Quinta Avenida, una propiedad para alquiler en Wall Street 40, en el distrito financiero, y una participación del 30% en Avenida de las Américas 1290, uno de los edificios anchos que definen el centro geográfico de Manhattan. Estas propiedades generaron la cifra estimada de US$ 461 millones en ingresos entre 2017 y 2019. El interés de 33% de Trump en California Street 557, un rascacielos en el corazón de San Francisco, aportó US$ 114 millones más.
A diferencia de sus campos de golf, las propiedades comerciales de Trump transforman un 50% de sus ingresos en ganancias. Son mucho más rentables que los campos y clubes de golf: en los primeros tres años de Trump en la Casa Blanca, aportaron la cifra estimada de US$ 313 millones en ingresos con operaciones. También plantean más conflictos. El golf genera menos plata de muchas personas, mientras que las propiedades comerciales cobran sumas mayores de menos personas. Por eso, por mucho que se hable de la posible influencia de los socios de los clubes de Trump, los clientes que sí pueden afectar su fortuna son los que alquilan espacios en sus edificios.
El flujo de dinero probablemente haya desacelerado en 2020 por la pandemia, pero no se cerró la canilla. Es difícil precisar todo sin ver más documentos (que recién estarán disponibles el año que viene), pero parece seguro que las empresas de Trump recibirán más de US$ 100 millones en 2020. Es decir, aunque se vaya de la Casa Blanca en enero de 2021, Trump será el primer presidente en ganar miles de millones de dólares en ejercicio.
Autor: Dan Alexander
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Traducción: Santiago Farrell