El caso se viralizó en redes durante el fin de semana e hizo furor: Mercado Libre decidió mudar su sede legal del estado de Delaware, en Estados Unidos, al de Texas. El estado típicamente petrolero ofrece hoy mayores ventajas para la radicación de empresas tecnológicas de alto crecimiento, como menores impuestos y regulaciones. La decisión de la compañía fundada por Marcos Galperín fue celebrada por el presidente Javier Milei, quien en un posteo no dudó en calificarla de "foot voting", es decir, votar con los pies.
Así se conoce al fenómeno de mudanza de empresas de una jurisdicción a otra en función de las ventajas en términos de impuestos y regulaciones para la radicación de las operaciones. En la Argentina, la cuestión se volvió candente en el último año cuando algunos municipios subieron los impuestos y motivaron, por ejemplo, la mudanza de sucursales de bancos. Por ejemplo, la sede de La Matanza del Banco Nación y también del Banco Santander al partido vecino de Tres de Febrero.
En promedio y dependiendo de la actividad, la carga tributaria en la Argentina, sumando los tres niveles de gobierno, nacional, provincial y municipal, ronda entre 40 y 50% del precio final que paga el consumidor.
El Gobierno nacional insiste en la necesidad de eliminar regulaciones y reducir impuestos y si bien aún falta mucho en ese sentido, en los últimos meses hizo punta con al menos tres ejemplos emblemáticos, el fin del impuesto PAIS el pasado 23 de diciembre, que no se prorrogó; la baja de impuestos internos a ciertos bienes y la reducción temporal hasta el 30 de junio del 20% en derechos de exportación a los principales granos y derivados, sumada a la eliminación definitiva para economías regionales.
El panorama es distinto a nivel provincial, donde pesa fuerte Ingresos Brutos, principal fuente recaudatoria y considerado un impuesto distorsivo por su efecto en cascada, que grava cada paso del proceso de producción o comercialización.
Muchas más quejas recogen incluso las tasas municipales, dado que no sólo no bajan, sino que en muchos casos suben o se crean nuevas tasas, que impactan sobre la actividad económica. Además, actúa como un impuesto porque no hay contraprestación de parte del municipio.
Para muchas empresas, especialmente pequeñas y medianas, "lo que termina definiendo los márgenes de rentabilidad son los tributos provinciales y municipales", asegura el economista Nadín Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARF).
Adiós sucursal
Las quejas por el impacto impositivo en los niveles subnacionales están a la orden del día y esta semana se conoció el caso del banco Santander, que decidió relocalizar una sucursal que estaba en La Tablada, partido bonaerense de La Matanza "por las altas tasas municipales". El destino de la sucursal será Caseros, en el vecino partido de Tres de Febrero. En febrero, el Banco Nación habpia anunciado el cierre de su sucursal de Ramos Mejía poor el mismo motivo.
El argumento es que La Matanza cobra una tasa de Inspección, Seguridad e Higiene (TISH) de 7,5%, una alícuota que baja sustancialmente en otras jurisdicciones o simplemente no existen. En este caso, la nueva localización en Tres de Febrero pagará una tasa del 0,5%.
"Santander destinó 3.700 millones de pesos en 2024 solo en la tasa de Seguridad e Higiene en La Matanza, un monto que equivale a financiar 12.000 préstamos personales o prendarios de 3 millones de pesos cada uno, o bien más de 300 préstamos hipotecarios", destacó Fernando Bautista, Head de Canales y Distribución Comercial de Santander Argentina.
El primer antecedente se dio en La Pampa, donde también el BNA dispuso proceder al cierre de nueve sucursales tras anunciar la eliminación la gerencia zonal de esa provincia por la decisión del gobierno pampeano de elevar al 15,5% la alícuota del Impuesto a los Ingresos Brutos. Finalmente, el gobierno provincial dio marcha atrás con el aumento del impuesto a los bancos.
"La relocalización de comercios por las tasas municipales es muy difícil una vez instalados, es muy costosa, pero sí es un dato que tiene incidencia al momento de decidir dónde radicarse", admite Daniel Calzetta, presidente de la Comisión de Asuntos Impositivos de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
Calzetta explica que además del impacto de las tasas municipales muchos comercios denuncian la existencia de saldos a favor en Ingresos Brutos (impuesto provincial) por retenciones y percepciones a cuenta, que al no al no ser reembolsado "lo toman como un costo y finalmente va a precio", con impacto en los consumidores.
Mudarse de municipio puede ser una opción para la sucursal de un banco, "pero en las industrias la logística es muy difícil y un comercio pierde clientes, no lo van a seguir a otro lado", destaca el tributarista Sebastián Domínguez, quien explica que tiene que haber una relación entre lo que el municipio cobra y lo que da como contraprestación, porque sino "la tasa se transforma en un impuesto".
Hay casos en los que los municipios cobran tasas viales por cargar combustible, o por servicios sanitarios en los supermercados, y a las estaciones de servicio les cobran por los surtidores y los tanques.
Domínguez aclara que mientras en los 90 las tasas se cobraban en función de la cantidad de empleados o la superficie de los locales, hoy toman como base la facturación, de manera que tiene un efecto similar a Ingresos Brutos.
Argañaraz coincide en que no todas las actividades pueden mudarse de municipio, depende mucho del sector, y aclara que en todos los casos hay que evaluar la "presión tributaria efectiva". Para bajarla no basta con que bajen impuestos nacionales, tiene que haber un acuerdo de los tres niveles. De lo contrario, el "espacio fiscal generado por la baja de un tributo (por ejemplo, el Impuesto PAIS) es usado uno provincial o municipal, y no baja la carga total".
Incentivo a invertir
Según el Vademécum tributario que elabora el IARAF hay 155 tributos diferentes vigentes en todo el país, en tres niveles estatales, pero sólo 10 de ellos explican el 92% de la recaudación. Ochenta y cuatro son municipales, contribuciones, derechos o tasas.
En septiembre pasado, el municipio de Lanús subió la tasa de Seguridad e Higiene, que es la principal fuente de ingreso de los municipios, del 2,76% al 6% para grandes cadenas de supermercados, generando airadas quejas del sector.
El argumento fue que en momentos en que se recortaban las transferencias del Gobierno nacional a las provincias y de éstas a los municipios, "son los grandes contribuyentes quienes deben hacer el esfuerzo" y por eso se les aumentó a ellos, eximiendo al mismo tiempo del tributo a los pequeños comercios de cercanía.
En contraste, el partido de Tres de Febrero, rige la exención de Patentes para quienes usen el vehículo para trabajar y las habilitaciones de comercios son gratuitas. En sintonía, ya el año pasado el municipio de Esteban Echeverría dispuso la exención de tasas municipales por 10 años a empresas que se radiquen allí.