¿Sin Mercosur y con aranceles en EE.UU.? Industriales, en alerta por un negocio de US$ 1900 millones
Las empresas advierten que ambas medidas podrían generar problemas a varios sectores, mientras el Gobierno argentino sueña con la idea de la administración de Donald Trump tenga un tratamiento especial con los productos que lleguen desde este mercado.

La industria en general, y sobre todo algunas en particular, comenzaron a encender algunas luces de alarma. Mientras el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no deja de repetir que se aplicarán aranceles a todos aquellos productos que lleguen desde otros países, su par de este lado del mundo, Javier Milei, vuelve a amenazar con salir del Mercosur.

Esta situación, desde ya, no pasa desapercibida para los empresarios argentinos. Tanto los Estados Unidos como el Mercosur -y sobre todo Brasil- son demasiado importantes como para tener complicaciones en esos mercados.

Si se toma en cuenta el volumen de exportaciones argentinas que van a los diferentes países, ambos están en el top 5. Brasil es, por lejos, el primer destino de las ventas de la industria local (con u$s 1270 millones, según el último informe difundido por el Indec, en diciembre de 2024), mientras que los Estados Unidos ocupan el cuarto lugar, con u$s 611 millones.

Para algunas industrias los mercados externos son clave y en algunos casos representan más del 60% de sus ingresos. Entonces, ante la posibilidad de que comiencen las complicaciones con dos de los países más importantes a nivel comercial, genera inquietud.

 

Dentro de este segmento, por ejemplo, aparece el agro. Solo si se toman las ventas externas de trigo, se observa que el 10% va a parar a Brasil. Sin el Mercosur de por medio -y a menos que se implemente un sistema en particular- esos mismos granos deberían pagar algún tipo de arancel, lo que seguramente pegaría en el caudal.

Ignacio Labaqui, analista internacional, explica parte del impacto que podría tener una virtual salida del Mercosur por parte de la Argentina. "Una medida de este tipo tendría también, y más allá de lo económico, implicancias políticas. Estamos hablando del 16% de las exportaciones argentinas en 2024, y con un impacto importante en la industria automotriz, justamente un sector bastante sensible al punto que o está liberalizado el comercio dentro del Mercosur", sostiene.

Si la situación es mirada con atención por industrias de primer nivel, entre las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) la cuestión es más delicada, en momentos en los que se da una mejora en sus ventas externas: durante el año pasado exportaron por US$ 10.032 millones, un 17,3% por encima de la marca de 2023, según las últimas cifras de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Para este grupo de firmas América del Sur fue en 2024 el principal destino de las exportaciones, con el 33,1% del total, equivalente a US$ 3320 millones.

Dentro de ese contexto, Brasil fue el principal destino de las ventas de las Pymes locales en el exterior, con una participación del 14,1%, un número importante pero más aún si se repara en que se dio un crecimiento interanual de 20,2% en dólares.

La viabilidad  de las hipótesis

Pero más allá de las alertas, lo que se debe analizar también es qué chances reales hay de que Estados Unidos comience a aplicar aranceles y que la Argentina de un portazo al Mercosur.

En la primera de las hipótesis, la realidad es que todo dependerá de lo que pretenda hacer el presidente Donald Trump; aunque el Gobierno ya comenzó a prender algunas estrategias para que los efectos de su política arancelaria tengan el menor efecto posible -o ninguno- sobre la industria argentina.

En el arranque de la semana el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, mantuvo un encuentro oficial con la Encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en la Argentina, Abigail Dressel, y allí se empezaron a tejer las primeras estrategias.

 

El Gobierno de Javier Milei pretende que Estados Unidos tenga una suerte de tratamiento especial con la Argentina. Sabe que Trump repite la implementación de aranceles como un mantra, y la idea del oficialismo es que los productos locales queden fuera de esa política.

"Trump está enamorado de la palabra aranceles; con eso en el medio no hay nada más alejado que un posible tratado de libre comercio. Más allá de la relación cordial que pueda haber entre el presidente estadounidense y Milei, Estados Unidos ya dejó claro que no le interesa América latina", apuntó Ponce.

En una línea similar va Labaqui. "Negociar un acuerdo de libre comercio es una tarea compleja y hacerlo con Estados Unidos es más complejo. La nueva gestión apunta justamente a subir aranceles, y de hecho no planea exceptuar de esta medida ni a México ni a Canadá con los que justamente sí tiene un acuerdo de libre comercio. Por esto, pensar en algo especial para la Argentina es muy difícil".

Pero llegado el caso de que sí se diera esta variable, lo que habría que ver es cuál es la reacción de China, el segundo socio comercial de la Argentina y hoy el gran competidor de los Estados Unidos a nivel del comercio internacional.

"En otras circunstancias no debiera ser un problema, pero en el mundo actual la cuestión es algo diferente y si eventualmente se negociara algo, aunque es poco probable, habría que ver qué pide Estados Unidos a cambio por fuera de lo estrictamente comercial", dice Labaqui.

Ponce, incluso, abre otras puertas en este sentido. "Si nos alineamos de manera incondicional con los Estados Unidos vamos a tener dificultades crecientes con otros países, ya que hay varios en la región que están en conflicto con Estados Unidos".

La otra pata a analizar es la de la salida de la Argentina del Mercosur. Aquí a Milei le vuelve a aparecer el fantasma del Congreso, ya que para poder tomar esa medida debe lograr su visto bueno, algo que al menos hoy no le resulta simple.

 

La constitución dice en el artículo 75 inciso 24 que la denuncia de los tratados de integración con estados de América Latina requiere la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara.

De todos modos, los analistas entienden que Milei podría insistir en ese camino, en caso de que note que el bloque regional se puede convertir en un obstáculo para negociar acuerdos de libre comercio.

"Si algo así ocurre, estaríamos peleándonos con Brasil, que es nuestro principal socio comercial, al cual deberíamos entrar pagando aranceles, con lo que perjudicaríamos el destino del 80% de las manufacturas argentinas. Suena a un absurdo absoluto pelearse con el principal socio comercial y se verían afectados casi todos los sectores que hoy están involucrados en el intercambio comercial", resumió Ponce.