Finalmente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó la revisión de metas del último trimestre de 2022 en la que, entre otros aspectos, se destacó la reducción del objetivo de acumulación de reservas.
De esta manera, Argentina deberá contar con US$ 5.000 millones al cierre del primer semestre, teniendo en cuenta “los menores precios de la importación de energía”.
A su vez, el organismo informó que el cumplimiento de los objetivos trimestrales por parte del Gobierno requerirá “importantes esfuerzos de política” e indicó que ahora “los riesgos del programa son más elevados debido a la situación económica menos favorable”.
No obstante, a pesar del mensaje mixto del FMI, el mercado considera que ambas partes se están esforzando por mantener las relaciones, aunque sea por objetivos propios.
“La Argentina, a través de la gestión de Sergio Massa, está mostrando su disposición a cumplir con las metas propuestas por el FMI, lo cual no es poco, ya que, por un lado, no hay otra salida, pero, aunque sea a la fuerza, trata de implementar medidas macroprudenciales, por lo menos antes de las elecciones”, comentó el economista Adrián Moreno.
“Desde el lado del organismo de crédito internacional, hay una clara intención de no soltarle la mano al país porque se ha dado una revisión de los objetivos a cumplir y, por ejemplo, en cuanto a las reservas, el FMI tuvo que flexibilizar la acumulación pedida hasta los US$ 2.000 millones para 2023 entendiendo la sequía histórica que afronta el sector agro”, agregó.
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De acuerdo al especialista, desde la economía doméstica, las señales apuntan a que el Gobierno intenta aprovisionarse de reservas que posibiliten un acatamiento de las metas del Fondo, pero que también sirvan para calmar el mercado cambiario antes de las PASO.
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Para esto, está implementando diferentes iniciativas, como el dólar agro, queriendo promover las exportaciones para fortalecer la balanza comercial a través de la aplicación de un tipo de cambio diferencial por un período limitado.
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No obstante, Moreno expresó que, “igualmente, queda pendiente el cumplimiento del compromiso fiscal de un déficit del 1,9% del PIB en 2023, lo cual podría estar viciado por algunas conductas discrecionales que puedan emplearse antes de llegar a las urnas”.
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