Nuevas metas, viejos desafíos: ¿Habrá más retoques y "compasión" del FMI?
La pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía hicieron que el FMI aprobara modificaciones en los objetivos impuestos a la Argentina. Cuáles son los próximos pasos.

Lejos quedó el Fondo Monetario Internacional de la temible Anne Krueger; ese de finales de 2001 que coincidió con una crisis política en Argentina que derivó en la sucesión de cinco presidentes en 11 días y un colapso económico que propuso un default de deuda externa aplaudido en el Congreso de la Nación. 

El de ahora es otro FMI, casi opuesto, aunque también conducido por una mujer, Kristalina Georgieva. Sensible y contenedor, este Fondo no para de darle oportunidades a la Argentina. Permitió una renegociación que encaró el exministro Martín Guzmán, muy criticada por el actual titular de Hacienda, Sergio Massa, quien en cada revisión obtiene mejoras y perdones impensados en otros tiempos. 

La pandemia y la guerra en Ucrania ablandaron el corazón de hierro del más importante organismo de crédito internacional. Puntualmente a la Argentina, el fenómeno climático de la Niña dio unos puntitos extras para zafar del constante aplazo.

Kristalina Georgieva

A un año del acuerdo, la Argentina cantó pido y el Directorio le hizo los primeros retoques. “Aprobó modificaciones a la meta de acumulación de reservas para acomodar parcialmente el impacto de la sequía severa, junto con políticas más firmes para salvaguardar la estabilidad, abordar los reveses y asegurar los objetivos del programa, manteniendo al mismo tiempo la función de ancla del programa”, indicó en un comunicado que emitió el 1° de abril. Para entonces, hasta le había dejado al “encantador” Massa que no se pagaran los vencimientos de mediados de marzo.

Alcanzar el objetivo de déficit fiscal primario del 1,9% del PBI para 2023 sigue siendo esencial para respaldar la desinflación y la acumulación de reservas, aliviar las presiones financieras y fortalecer la sostenibilidad de la deuda”, comunicó el FMI tras aprobar la revisión del cuarto trimestre del 2022. Para acercarse a la meta de reservas es que Massa sacó de la galera el nuevo dólar agro a $ 300, con la intención de llegar a los US$ 9.000 millones de liquidación, un objetivo que el mercado estima se ubicará más cerca de los US$ 6.000 millones.

Sergio Massa

Un largo camino

 

¿Será el último touch que acordará la Argentina con este tierno FMI? Todo indica que no y los terrenos comienzan a prepararse. Empresarios y analistas coinciden en que la Argentina no podrá hacerse cargo del acuerdo así como fue planteado en el mediano plazo y que el FMI quiere negociarlo con el próximo presidente aunque aún no se sepa con certeza los candidatos que pelearán el round final. 

De hecho, uno de los pedidos del Fondo ya se incumplió y es el referido a la moratoria previsional. “El costo fiscal de la nueva moratoria de pensiones debe mitigarse a través de regulaciones estrictas para apuntar la entrada solo a aquellos con mayor necesidad”, declaró Gita Gopinath, Primera Subdirectora Gerente, al finalizar la reunión de directorio del 31 de marzo. Pues bien, la moratoria previsional no contempló esta recomendación y desde el Gobierno insisten en que logrará alcanzar a 800.000 personas.

Más alineado con las recomendaciones del FMI está el tema tarifas. “La implementación oportuna de medidas de alta calidad, particularmente mejorando la focalización de los subsidios a la energía y la asistencia social, ayudará a compensar los impuestos a la exportación más bajos debido a la sequía, proteger la infraestructura prioritaria y el gasto social, y asegurar los objetivos fiscales. Específicamente, será fundamental garantizar que las tarifas de energía para usuarios residenciales y comerciales de altos ingresos avancen para alinearse completamente con los costos, incluso para reducir la regresividad del sistema”. Tilde para ese tópico: los aumentos para quienes salieron del subsidio eléctrico llegarán al 80% en mayo.

Pero, antes de llegar al próximo Gobierno, hay que resolver el 2023, cuando el país se vio atravesado por la peor sequía de los últimos 70 años, lo que significa un golpe directo al PBI, a los ingresos y a las reservas.

Tarifas electricidad.

En ese camino Argentina debe pagar las cuotas de capital del acuerdo cerrado con Guzmán, más intereses. Se trata de más de US$ 2.000 millones. La opción de máxima que, según fuentes del mercado, alguna vez se llegó a escuchar como posibilidad es que Argentina acceda a ese desembolso que al comienzo de la gestión Alberto Fernández desechó.

Se trata de esos US$ 11.000 millones que contemplaba el acuerdo que cerró Mauricio Macri y que no llegaron a destino tras haber perdido las elecciones presidenciales de 2019. La chance fue descartada casi al mismo tiempo de mencionarse, porque era volver a eso que criticó ni bien llegó a la Rosada. “Si vos tenés un problema porque estás muy endeudado, ¿la solución es seguir endeudándote? No. Es como el tipo que ha tomado mucho y está un poco borracho. La solución no es seguir tomando vino. La solución es que dejes de tomar”, manifestó, para justificar la decisión de cortar los giros de dinero por parte del FMI en una entrevista radial apenas 10 días antes de asumir.

Massa FMI

De los US$ 57.000 millones que contempla el préstamo firmado en junio de 2018, la Argentina recibió casi US$ 45.000 millones. Ese diferencial es el que no se quiso y tampoco se solicitará al final del camino.

La posibilidad más potente que comienzan a advertir los analistas es que el FMI haga una nueva revisión de metas a mitad de año, cuando analice el resultado del primer trimestre y el efecto de la seca en las cuentas fiscales. De hecho, en el informe de perspectivas del FMI, en la reunión de primavera con el Banco Mundial que se realizó en Washington, lo contempló en las proyecciones para Argentina. 

“Massa salió a decir que tenía más de US$ 3.000 millones de organismos multilaterales (BID, CAF y otros) que de a poco suman y logran el Plan Llegar. A eso hay que sumarle que de la reunión con Biden y funcionarios del Tesoro se está buscando un apoyo adicional para en la próxima revisión de las metas de marzo, que se hace en junio, lograr un nuevo retoque”, señala un hombre de mercado. 

Sergio Massa

“Habrá que ver si dan el desembolso de junio (tras la aprobación trimestral) y eventualmente si permiten no pagar las cuotas de capital que había que afrontar este año con el acuerdo que cerró Guzmán. Es poco probable que perdonen los intereses pero no sería descabellado que se pateen para adelante las cuotas de capital comprendiendo lo que sucedió con la sequía. Un desembolso adicional del Fondo parece más difícil, tal vez uno que cubra parte del gap de lo perdido en la sequía o que agregue algo más en función de no haber accedido a la baja de tasa por los sobrecostos que sin éxito vino pidiendo Argentina”, agrega el hombre con buena llegada a Economía.

Lo que viene

 

Seguir pasando la gorra les permitirá a Massa y al gobierno de Alberto Fernández llegar a fin de año y entregar el mandato al próximo presidente, descartando la posibilidad de una reelección. Entonces, la posta le queda al mandatario entrante. “Asumimos que la deuda multilateral se va a rollear. Las condiciones pueden ser un poco más restrictivas que las de este plan, que han sido verdaderamente laxas, y cada vez que Massa va a EE.UU. se hacen más laxas aún”, explican en una consultora financiera, y agregan: “La única forma que tiene el FMI de cobrar es que Argentina tenga acceso a los mercados voluntarios de deuda”.

Alberto Fernández en Olivos

Mientras muchos economistas predicen escenarios apocalípticos, otros advierten que el escenario no es tan negativo y que la situación se puede resolver con bastante rapidez si el próximo Gobierno aprovecha ciertos drivers. Para empezar, ya se anunció el fin de La Niña y se espera la llegada de El Niño. 

Algunas proyecciones comienzan a señalar que, después de este año fatal, 2024 podría significar para el campo una cosecha récord. Por otra parte, la entrada en funcionamiento del Gasoducto Néstor Kirchner, más los desarrollos en gas licuado, darán a la Argentina la posibilidad de exportar energía en lugar de importar, mejorando la salud de las cuentas fiscales.

Además, los emprendimientos mineros, en especial de la mano del litio, suponen una posibilidad casi única en el mundo, ya que el triángulo del litio que Argentina compone con Chile y Bolivia representa el 65% del recurso mundial. 

Estos sectores, de la mano del petróleo, suponen un ingreso de divisas que, bien administrado, le darán al Gobierno entrante un oxígeno para ordenar las cuentas fiscales y salir de este círculo vicioso que ya es una costumbre argentina. “Por eso hoy los que invierten en el país están comprando Argentina, que tiene un gap de suba del 60% o 70% según se trate del candidato”, explican en el mercado.

 

*Esta nota fue publicada en la edición de abril de Forbes Argentina