Manuel Mantilla, de Mercedes Benz: "Espero que el año que viene sea de transición hacia la estabilidad"
El CEO de Mercedes Benz marcó el contraste entre un mercado con alta demanda, que impulsa la producción, y las dificultades cotidianas que impiden maximizar las oportunidades. Dólar, importaciones y la perspectiva para 2023, sus definiciones en el marco del Coloquio de IDEA.

Aunque el consenso generalizado entre los participantes del 58° Coloquio de IDEA es que el contexto económico actual es de “mayor calma” respecto al tembladeral desatado hace menos de tres meses, lo cierto es que los empresarios y CEOs reunidos llegaron a Mar del Plata, donde se desarrolla el evento corporativo, siguen sin saber a ciencia cierta cómo operarán normalmente a partir de hoy. Nuevos tipos de cambio y un nuevo sistema de monitoreo de importaciones son, por caso, dos de las últimas medidas oficiales anunciadas esta semana que cambian las reglas de juego para quienes suelen pedir como un mantra estabilidad y normas claras. 

Manuel Mantilla, CEO de Mercedes Benz, no sabe aún, por ejemplo, a qué valor del dólar va a importar los autos que comercializa la marca, tras la creación del tipo de cambio para bienes suntuarios como embarcaciones, aviones y automóviles de alta gama. Todos los modelos de Mercedes Benz están alcanzados por el impuesto al lujo pero, otra vez, no queda todavía claro si ése será un parámetro o si regirá la misma definición del Banco Central para bienes suntuarios, aquellos que se financian a 365 días. “Hoy no lo sé, todavía no está reglamentada la medida”, dice. 

Tampoco tiene completa seguridad de cómo funcionará el nuevo sistema para importar, denominado SIRA, en pleno proceso de implementación, aunque a priori celebra la idea de apuntar a una mayor previsibilidad y transparencia. En ambos casos se trata de cuestiones críticas para el desarrollo del negocio pero, aún así, Mantilla asegura que la producción crece al 30% anual y que ya son necesarios dos turnos en la planta de fabricación de la Sprinter para lograr satisfacer la demanda de los países de América latina y también de Estados Unidos. 

"Ceder para crecer" es el lema del 58° Coloquio de IDEA.

“Estamos en una situación de fuerte contraste. Por un lado, crecen la producción y las exportaciones y por el otro no podemos maximizar todo el potencial por las dificultades que impone el contexto macroeconómico”, aseguró, al tiempo que consideró que el principal problema es político. “Espero que el año que viene sea de transición hacia la estabilidad”, dijo. 

-Un día hay un nuevo régimen para importar y al día siguiente un nuevo tipo de cambio. ¿Cómo se adapta?

-Es el desafío de esta transición de la Argentina, de una situación muy complicada a una más estable y esperemos que mejor. Por un lado tenemos esa realidad y por el otro, tenemos también la realidad de nuestra planta, que está trabajando a dos turnos, exportando el 80% de lo que produce. Es un momento único para desarrollar el perfil exportador porque el mundo tiene alta demanda. Ésa es la contracara del día a día, que tiene sus complejidades.

-¿Cómo evalúa el nuevo régimen de importación anunciado?

-Creo que va a ser más previsible, es un proceso de principio a fin: libera la importación al mismo tiempo que van a estar los dólares para el pago, hay más transparencia y no debería haber sorpresas. Lo que se ve hoy es una crítica a las prioridades de liberación de ciertos productos en el pasado que no estaban en línea con las necesidades del país. 

 

-¿Qué proyecciones permite eso para el próximo año? Muchas empresas hablan de un crecimiento “frenado” por el contexto.

-El año que viene esperamos un año igual o mejor que este, desde el punto de vista de la producción. Son esos contrastes: la planta y la producción, que es en definitiva el corazón de la compañía, andan muy bien y también está la oportunidad que no podemos capitalizar en el mercado local, que es satisfacer la demanda de autos importados por un contexto macroeconómico que no se termina de arreglar.

-¿Cuál es el principal riesgo que se advierte en el corto plazo?

-La demanda, que es el principal tractor no sólo acá sino en el mercado global, y es en definitiva la fuente genuina para la  producción está firme. Ahora, están las otras variables como la inflación, los indicadores sociales, que van a seguir siendo un desafío en la Argentina. Claramente espero que el año que viene sea un año de transición hacia una estabilidad política. Primero se tiene que arreglar lo político para que después la economía pueda crecer sobre una base sólida y confiable.  

-¿Cómo se lo explica a la matriz en Alemania?

-No es tan difícil. Si bien hay que explicar que la inflación acá es de 100%, allá tienen un 9%, que no es lo mismo pero el concepto ya está más entendido. Hay gran confianza en los equipos locales, mientras la producción no se pare, cómo lo hacemos es un tema nuestro. Argentina tiene sus problemas pero en todos lados hay problemas. Por ejemplo, hace poco Rin se quedó sin agua y no salían los barcos. Tuve que traer las piezas en avión. Si se quedara sin agua el Paraná, pensaríamos que es algo que sólo pasa acá pero no es así. Hay historias de todos los colores en todos lados.