El nuevo gobierno a cargo de Javier Milei tendrá que enfrentar una serie de importantes desafíos económicos, políticos y sociales que afectan a millones de argentinos, dentro de los cuales se destacan los vinculados al ámbito tributario.
En primer lugar, uno de los principales problemas es que hay cerca de 150 impuestos dando vueltas, siendo muchos de ellos insignificantes en cuanto a recaudación, pero molestos para los contribuyentes y sus contadores.
Los emprendedores enfrentan una alta presión fiscal a la hora de llevar adelante su negocio. La obligación de pagar una gran cantidad de tributos a nivel nacional, provincial y municipal obliga a los empresarios a incrementar precios para hacer frente a estos costos, sostuvo Agustín Sosa, director ejecutivo en Tributo Simple.
El impuesto a las ganancias y al valor agregado son los más comunes a nivel nacional y son muy conocidos por ser elevados. En tanto, el impuesto a los ingresos brutos es muy nocivo para la cadena de producción y termina impactando en gran parte en el precio final de los bienes y servicios, agregó el especialista.
Por otro lado, todo el sistema impositivo es sumamente complejo, lo que genera aún más rechazo en la sociedad. Tanto para el contador como para los contribuyentes, la cantidad de modificaciones, nuevas medidas, diferentes organismos de control, digitalizaciones y cambios de plataformas (no necesariamente mejores) que se lanzaron estos últimos tiempos llevan a una carrera por la supervivencia de tratar de saber todo que implica un desgaste para las dos partes, resumió Francisco del Amo, titular en Estudio del Amo.
La otra pata de esto es que esa misma cantidad de modificaciones afecta también a quienes tienen que controlar y llevar a cabo la recaudación, añadió.
A su vez, las micropymes y los medianos emprendedores también son tratados injustamente porque las categorías tributarias no son progresivas.
El salto de Monotributo a Responsable Inscripto representa una carga tributaria considerable, pasando de pagar un monto fijo según una tabla establecida para el monotributo (abonando en una sola cuota IVA, impuesto a las ganancias, aportes a la jubilación e ingresos brutos) a pagar todo por separado, detalló Patricio Piaggio, responsable en Estudio Contable Piaggio.
El salto al Régimen General representa abonar 21% de IVA, aproximadamente un 30% de la ganancia neta en impuesto a las ganancias y de 3% a 5% de ingresos brutos provinciales sobre lo facturado, generando de esta manera una carga tributaria del 45% sobre lo que factura un emprendedor, relató.
La solución a gran parte de todos estos inconvenientes se compone de tres partes: simplificación, reducción y planificación.
Ante esta situación, está el Proyecto de Ley de Simplificación Tributaria, en el cual el emprendedor que supere los parámetros del Monotributo y pase a Responsable Inscripto tenga una instancia intermedia, donde el emprendedor paga como impuesto un porcentaje de lo facturado directamente, simplificando todos los impuestos y facilitando la transición de crecimiento, comentó Piaggio.
Ante la complejidad fiscal actual, se debería desarrollar una reducción gradual de impuestos con un enfoque claro para alcanzar un equilibrio sostenible en el sistema tributario. También abogamos por simplificar el sistema aligerando la carga administrativa. En muchos casos, hay trámites y presentaciones que se terminan haciendo dos veces, sugirió Sosa.
Por su parte, Del Amo propuso que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) se actualice a la situación actual del país. Tanto en capacitación como en sistemas y herramientas necesarias, el organismo es un equipo chico frente a las grandes empresas y la cantidad de contribuyentes y herramientas digitales existentes. La tributación debería ser más simple y el control más férreo, concluyó.