El sueño de la casa propia se encuentra cada vez más lejos para los argentinos, quienes viven condicionados por la pérdida del poder adquisitivo, una economía que no para de acumular desequilibrios y que siempre está al borde de la inestabilidad. Tal es así que el crédito hipotecario al sector privado cayó 65,8% durante el gobierno de Alberto Fernández y se encuentra en mínimos históricos.
Así surge de un informe realizado por la Fundación Libertad y Progreso (LyP) a partir de los últimos datos publicados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Allí consignaron que el crédito hipotecario al sector privado pasó de US$17.094 millones en marzo de 2001 a US$1.557 millones en junio de 2023 al tipo de cambio oficial, y a US$947 millones al tipo de cambio paralelo. Eso quiere decir que hubo una caída de 89,1% y de 94,5%, respectivamente, señaló la casa de estudios.
En términos de stock estos préstamos de la economía argentina llegaron a $464.276 millones. Desde LyP indicaron que ese nivel representa un desplome del 20,5% respecto a diciembre de 2022, descontando el efecto de la inflación, y del 65,8% contra diciembre de 2019 cuando asumió como presidente Alberto Fernández.
Si se compara con el pico de la última década, alcanzado en julio de 2018, la caída es del 79%. Mientras que si se compara con el máximo de toda la serie (marzo de 2002), la baja es del 92,6%, advirtió la Fundación.
El trabajo recordó que a principios de los 2000 el crédito hipotecario representaba 33,1% del crédito total al sector privado, participación que cayó de manera casi ininterrumpida hasta alcanzar apenas 4,4% en junio de este año. Si se analizan los últimos 10 años, el máximo sólo llegó a representar 10,5% del crédito al sector privado (enero de 2019). Desde diciembre de 2019, su participación pasó de 9,6% a 4,4% del crédito total al sector privado, concluyó LyP.
Al respecto, el economista en jefe de la casa de estudios, Eugenio Marí, mencionó: El crédito de largo plazo, como el crédito hipotecario, requiere de estabilidad macroeconómica y reglas que incentiven el ahorro en el sistema financiero local. El cambio constante de reglas de juego, como la que se pretende en el Congreso con los créditos UVA, lo único que hace es golpear los recursos disponibles en el sistema financiero y, en consecuencia, dejar sin crédito a los argentinos.
Por su parte Lautaro Moschet, economista de LyP indicó que gran parte de la responsabilidad la tienen las malas políticas en materia monetaria. La inestabilidad de precios en Argentina provoca una mayor incertidumbre y riesgo que se traduce en un aumento de tasas por parte de los acreedores. Los créditos UVA, funcionan como un seguro que le garantiza un mínimo de ganancia, que ante la ausencia de este mecanismo quedaba expuesto a shocks inflacionarios. La contrapartida, claro está, es que, ante la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, cada vez son menos las personas que pueden acceder a los mismos y esto explica buena parte del descenso de los créditos hipotecarios, apuntó Moschet.