Tras la fuerte suba del dólar oficial hasta los $350 por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el tipo de cambio real multilateral (TCRM) logró alcanzar su punto máximo desde junio de 2021. Sin embargo, en las últimas semanas, el índice volvió a caer hasta posicionarse en niveles predevaluación.
Concretamente, la aceleración inflacionaria y la fijación del dólar en el nivel actual ocasionaron que este índice, que compara el peso con las divisas de los principales socios comerciales del país, pasara de los 116,5 puntos a los 95,8 puntos.
Dado que la inflación de agosto fue del 12,4%, el nivel más alto en 32 años, y se estima que los datos de septiembre mostrarán una cifra similar, se erosionó la competitividad ganada previamente por contar con un dólar anclado.
De hecho, los analistas advierten que el tipo de cambio oficial acumula un rezago del 43% en comparación con la inflación durante la actual gestión gubernamental. Además, los mercados de futuros están anticipando una posible nueva devaluación a finales de año, después del cambio de Gobierno.
A esta situación de inflación acelerada que afectó rápidamente la competitividad del peso se suma el fortalecimiento del dólar a nivel global, luego de que la Reserva Federal (Fed) expresara una postura restrictiva en relación a las tasas de interés en su última reunión de septiembre.
Como consecuencia, el índice del dólar, que compara la moneda estadounidense con una canasta de otras divisas relevantes, subió de los 103 puntos del día de la devaluación a los actuales 106,7 puntos, alcanzando niveles no vistos desde finales de noviembre del año pasado.
En este contexto, el TCRM también retrocedió hasta ubicarse por debajo del nivel acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero de 2022, que era de 102,5 puntos, el mismo rango que se mantenía en diciembre de 2021 y que se perdió en abril de 2022.