Los desastres causados por las fuertes lluvias en varias zonas de la provincia de Buenos Aires también se podrán ver reflejados en el impacto a nivel económico, en particular en lo que tiene que ver con el agro, y con los efectos sobre la soja. Según cifras oficiales, en apenas 10 días (entre el 10 y el 17 de mayo pasados) muy buena parte de las 1,26 millones de hectáreas que todavía se encuentran sin cosechar se encuentran en condiciones muy delicadas, aunque las dudas sobre su utilidad se da para toda la superficie.
La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), dependiente del Ministerio de Economía, afirma incluso que el 50% del territorio bonaerense se encuentra en una situación compleja debido al exceso de agua con el que cuenta, lo que impide que sean trabajadas, y posiblemente tampoco sean productivas por un tiempo.
En el norte bonaerense aún faltaban por levantar unas 250.000 hectáreas de soja, y el panorama es incierto no solo por los efectos del último temporal sino también porque la cosecha ya venía retrasada por las fuertes precipitaciones anteriores.
Para empeorar la situación, las fuertes lluvias y el anegamiento de las tierras se dieron en varias de las zonas más importantes del país a nivel agrícola como Chivilcoy, Chacabuco, Rojas y San Antonio de Areco. Allí las precipitaciones estuvieron por encima de los 400 milímetros, dejando los suelos en una situación realmente mala.
De la zona núcleo, el noreste de la provincia de Buenos Aires fue el sector más golpeado, con lluvias que oscilaron entre 120 y 380 mm. Otras localidades afectadas fueron Baradero (228 mm), General Pinto (190 mm), Lincoln (172 mm) y Rosario (130,8 mm), según datos relevados por la Bolsa de Comercio de Rosario.
De las casi 1,3 millones de hectáreas donde todavía se pone en dudas la viabilidad de las plantaciones, la situación es dispar, aunque en todos los casos las perspectivas son malas. Hay zonas que ya llevan anegadas desde el fin de semana, y otras que si bien no llegan a ese estado sí es cierto que el nivel de humedad que se registra en el suelo impide avanzar con las tareas de recolección.
La gravedad de la situación depende de cada localidad. Una de las zonas más complicadas es Chacabuco, donde llovieron 378 milímetros, aunque también se destacan los escenarios de Rojas (con 250mm) o Junín (con 192 mm). Más allá del caudal y de la situación que ahora se genera por el exceso hídrico, en algunos casos había suelos que ya mostraban cierta saturación antes del temporal.
Todo esto ya está llevando a que el escurrimiento del agua, y la mejora en las condiciones del suelo, se vea como un punto cada vez más lejano. Solo con cuatro días de estancamiento -un plazo que en muchos lugares ya se cumplió-, en los mejores casos la calidad de los granos se pierde, aunque la situación empeorará si incluso los granos no pueden ser trillados.
Hoy parte de los ojos están puestos sobre lo que pueda ocurrir con el maíz, que según los especialistas muestra un panorama menos negativo. Esto tiene que ver, sobre todo, con que la cosecha del grano ya llegó al 90%, por lo que quedan unas 120.000 hectáreas en las que todavía restan realizar estos trabajos, y que ahora están en dudas en cuanto a su rinde.
