El 7,8% de inflación en mayo evitó que el Gobierno alcanzara una racha negativa de seis meses consecutivos de aceleración, algo que no sucedía desde la hiperinflación de 1989. De todos modos, la variación fue la más alta para ese mes en los últimos 33 años, el acumulado de 2023 es de 42,2% y de 114,2% en el último año. Hacia adelante, las consultoras anticiparon que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría moderarse, aunque se mantendrá por encima del 7% mensual, niveles que ponen en jaque las aspiraciones electorales del Frente de Todos, que ahora competirá bajo el sello de Unión por la Patria.
El IPC de abril, que marcó 8,4%, hizo que las consultoras elevaran sus proyecciones para el mes pasado al 9%, tal como arrojó el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Sin embargo, en el Ministerio de Economía que conduce Sergio Massa habían dejado trascender en las últimas horas que el organismo estadístico iba a confirmar una desaceleración, en línea con el informe que presentó al titular del Palacio de Hacienda su secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein.
La consultora Econviews había explicado que si la inflación de mayo quedaba por encima de la de abril el Gobierno acumularía una racha de seis meses consecutivos de aceleración. Eso implicaba un récord desde la híper, cuando subió 8 meses consecutivos entre noviembre de 1988 y julio de 1989.
Lo cierto es que la moderación de la inflación tuvo que ver fundamentalmente con la dinámica de alimentos y bebidas no alcohólicas, por su incidencia en el IPC. La consultora C & T Asesores Económicos detalló que ese rubro tuvo una merma desde el 10,1% de abril hasta el 5,8% del mes pasado. El movimiento estuvo fuertemente influido por la baja de las frutas y la moderación de las carnes, ya que en otros componentes los aumentos siguieron siendo muy fuertes, resaltaron.
La consultora ACM destacó, en segundo plano, la relativa calma del mercado cambiario respecto a un abril que estuvo signado por las corridas cambiarias. Este punto es uno de los activos que plantea Massa al FMI para conseguir un adelanto de desembolsos y la posibilidad de usar esos fondos para contener los dólares paralelos.
El segmento de mayor suba fue vivienda (11,9%), impulsado por los aumentos en las tarifas de electricidad y gas derivados de la quita de subsidios para los hogares de mayores ingresos. En segundo lugar quedó restaurantes y hoteles (9,3%), seguido por salud (9%), equipamiento y mantenimiento del hogar (8,8%), recreación y cultura (8,4%) y transporte (8,1%).
La sensación que quedó en el equipo de Sergio Massa es que la tendencia a la baja se sostendrá en los próximos meses. Según comentaron a Forbes Argentina desde la Secretaría de Comercio, el relevamiento semanal que realiza la dependencia de Matías Tombolini mostró un freno en los aumentos de los alimentos.
Los datos de la primera quincena de junio del relevamiento de precios de C&T para el Gran Buenos Aires sugieren que hubo una moderación respecto de mayo, tanto porque no hubo aumento del gas como porque los alimentos están creciendo a menor ritmo debido a bajas en las verduras. Con esta evolución, la inflación del mes podría reducirse a cerca de 7%, comentó la consultora.
En ese sentido, la consultora LCG destacó que las expectativas de inflación continúan en niveles muy altos. Ni los programas de controles de precios, ni una actividad empujando muy débilmente, ni salarios perdiendo poder adquisitivo ayudan a frenar la inercia y la remarcación de precios que se dan en una economía cerrada, advirtieron.
Más allá del dato puntual de un mes en particular no creemos que vaya a observar un cambio de tendencia durante este año. Proyectamos una inflación en torno a 135% anual a diciembre, consistente con una suba promedio del 118% en todo el año. Sobre estos niveles, deberán correr los ajustes de precios relativos que todavía están desalineados (pe. dólar y tarifas), estimó LCG.
Al respecto ACM proyectó: Si se continúa bajo este escenario y los precios de los alimentos mantienen la relativa desaceleración registrada hasta ahora, el sexto mes del año puede presentar una dinámica más 'relajada' que los últimos meses. Aunque esperamos un importante factor explicativo por parte de los precios regulados, dado que ya están pactados los aumentos en transporte (para el AMBA), cuotas de colegios privados, medicina privada, combustibles entre otros, la evolución de los demás factores va a ser crucial para determinar la dinámica de precios final del próximo mes. De igual forma, no hay que tomar esto como una señal positiva, dado que no implicaría un cambio de tendencia en el corto plazo, ya que mantenemos un piso de inflación anual posible del 130%.