El acuerdo que se encaminan a firmar este martes la Argentina y Brasil incluye excluir al dólar como moneda de pago del comercio exterior. De esa manera, las compañías importadoras argentinas podrán pagar en pesos sus compras y el Gobierno de Brasil los convertirá a reales.
Esto aliviará la exigencia de reservas, en momentos en que el Banco Central argentino se encuentra casi sin divisas de utilización inmediata.
En las últimas horas, el Ministerio de Economía y el Palacio del Planalto en Brasil intensificaron las negociaciones, en la previa del viaje de Sergio Massa y un grupo de funcionarios a ese país.
El secretario de ejecutivo del Ministerio de Hacienda brasileño, Gabriel Galípolo, confirmó este lunes los avances en esas negociaciones.
El nuevo esquema prevé dejar entre paréntesis la utilización de moneda norteamericana para comprar insumos desde Brasil, a través de un mecanismo de financiamiento desde el sistema bancario brasileño hacia empresas exportadoras que trabajen con clientes argentinos.
"Llevamos algún tiempo discutiendo lo que llamamos crédito a la exportación. De hecho, es financiamiento para empresas brasileñas que venden a la Argentina, y son estas empresas las que importan servicios y bienes de Brasil", explicó Galípolo.
Señaló que "en los últimos cinco años, por la ausencia de mecanismos en Brasil para financiar las exportaciones brasileñas y las importaciones argentinas, perdimos aproximadamente US$ 6.000 millones de espacio en la balanza comercial con Argentina a China, lo que ha ido posibilitando mecanismos de financiamiento en alternativas en medio del pago".
Consideró "importante que estas líneas de exportación son financiaciones que pagan directamente a las empresas brasileñas. El riesgo y la complejidad de la situación es siempre menor que el riesgo financiero tradicional, cuando financias una empresa y no sabes si la empresa podrá vender o no, porque la demanda de sus productos existe".
La aclaración del funcionario tiene que ver con que una de las dudas que surgió en el sector privado brasileño cuando se conoció sobre la negociación de este esquema de financiamiento estaba relacionada con el riesgo que podría implicar para el prestamista y para el tomador del crédito, la fragilidad económica y financiera argentina.
Según detalló el viceministro de Hacienda, alrededor de 210 empresas brasileñas comercian con Argentina, a quien las autoridades del vecino país consideran “un importante socio comercial, principalmente en productos industriales, que tienen mayor valor agregado”.
Las negociaciones son llevadas adelante por Massa junto al jefe de asesores del Ministerio de Economía, Leonardo Madcur; y el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri, mientras la contraparte brasileña está compuesta por Fernando Haddad, Galípolo y el vicepresidente Geraldo Alckmin.
"El problema que existe es la convertibilidad de la moneda. Va a vender en pesos en Argentina, y cuando tenga que pagar ese préstamo acá, lo que va a pasar es que tiene un problema de convertibilidad. ¿Será suficiente el volumen de pesos obtenido de la venta, cuando se convierta a real, para pagar la deuda? Toda la complejidad de la estructura es como logro resolver el problema de la convertibilidad en un comercio que hoy se realiza con una moneda de un tercer país que no participa en ese comercio”, dijo Galípolo, en referencia al dólar estadounidense.
Según explicó, el BNDES (Banco Nacional de Desenvolvimento Económico e Social) jugaría un rol decisivo en ese esquema.
“El BNDES tiene mucha experiencia en eso, el financiamiento de exportaciones. El papel del BNDES es fundamental en ese proceso, pero obviamente hay toda una gobernanza interna del BNDES desde el punto de vista de las garantías, requisitos que deben ser cumplidos y el BNDES viene apoyando y participando de esas discusiones”, dijo Galípolo.
Sostuvo que "todos los bancos multilaterales hoy hemos tenido un diálogo sobre el tema de Argentina. En el caso del Nuevo Banco de Desarrollo, tiene un peso adicional porque estamos hablando de un segundo país, que actualmente es el principal socio comercial, que es China. Tener un socio como China junto en este diálogo es muy relevante y ayuda mucho".
El esquema permitiría acelerar el ritmo de importaciones: la gran mayoría de estas autorizaciones en el sistema SIRA demoraban 180 días.
Con los yuanes pasarían a ser autorizados en 90 días. El plan oficial incluye programar un volumen de importaciones en yuanes por más de USD 1.000 millones a partir del mes que viene, que reemplazan el uso de dólares del Banco Central.
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