China intensificó sus esfuerzos para impulsar su economía y fortalecer su moneda en medio de preocupaciones continuas de los inversores sobre las perspectivas de crecimiento.
Concretamente, el Banco Popular de China anunció recientemente una serie de medidas destinadas a apuntalar la confianza en la segunda economía más grande del mundo.
Una de las más destacadas es la reducción de la cantidad de depósitos en moneda extranjera que los bancos deben mantener como reservas. A partir del 15 de septiembre, las instituciones financieras sólo necesitarán mantener el 4% de sus depósitos en divisas en reserva, en comparación con el nivel actual del 6%.
Esto efectivamente aumentará la cantidad de moneda extranjera disponible en el mercado chino, lo que podría hacer que sea más atractivo para los comerciantes comprar yuanes.
Además, las autoridades chinas anunciaron estímulos adicionales para el sector inmobiliario, que estuvo bajo presión, así como planes para ampliar las exenciones fiscales relacionadas con el cuidado y la educación de niños y padres.
De esta forma, el plan se suma a una serie de esfuerzos para apoyar la economía china, que enfrenta desafíos como la persistente crisis inmobiliaria, la disminución de la demanda global y el aumento del desempleo.
Los movimientos generaron un optimismo moderado en los mercados chinos. El yuan extraterritorial aumentó frente al dólar, las acciones subieron y los metales, como el aluminio y el cobre, se recuperaron, ya que la inversión en la economía china puede impulsar la demanda de materias primas.
Si bien estas medidas se ven como un impulso positivo para la economía china en el corto plazo, los analistas continúan observando de cerca la situación. La economía del país asiático enfrentó desafíos considerables en los últimos tiempos, incluidos problemas de deuda y la creciente divergencia de tasas con Estados Unidos.
Sin embargo, los datos económicos recientes, como el aumento en el índice de gerentes de compras del sector manufacturero, sugieren signos de mejora. Además, las medidas destinadas a estimular el mercado inmobiliario podrían aliviar las tensiones en las ciudades más grandes y beneficiar a los compradores de viviendas.