Aunque la inflación se desaceleró en el último mes, sigue estando fuera de control. En el último año, el índice de precios al consumidor ya creció un 115%, y en lo que va del 2023, más de un 50%.
En consecuencia, los consumidores argentinos están cambiando sus hábitos de compra, tal como explicó Ximena Díaz Alarcón, cofundadora y actual directora ejecutiva de Youniversal, consultora especializada en investigación de mercado y tendencias.
En Argentina, los consumidores hemos desarrollado verdaderos 'superpoderes de supervivencia' para sentir que tenemos cierto control sobre nuestras circunstancias de consumo en medio de la incertidumbre, expresó.
De acuerdo a la especialista, se identificaron cuatro comportamientos que reflejan la forma en que los ahorristas locales se están adaptando a la suba de precios.
Priorizar lo concreto sobre un ahorro abstracto
Díaz Alarcón detalló que muchos argentinos optan por "ahorrar consumiendo" bienes duraderos en lugar de reservar o invertir. De acuerdo a una encuesta que hemos realizado, el 82% de los consumidores manifiesta que la inflación es su principal preocupación, y el 67% cree que su poder adquisitivo ha disminuido en relación a la inflación, afirmó.
Buscar descuentos
Por otro lado, se observa un aumento en las compras frecuentes y de menor tamaño y monto, así como un mayor interés en la compra en mayoristas y ferias. El uso de promociones y cuotas también ha ganado popularidad. Los resultados de la encuesta de Youniversal reflejan que el 83% de los encuestados tuvo que realizar ajustes en sus hábitos de compra.
Comprar segundas marcas
A su vez, los consumidores locales optan cada vez más por marcas propias de supermercado, buscando la mejor relación calidad-precio. No se trata solo del precio, sino de la funcionalidad y satisfacción que ofrece el producto. Los consumidores prueban primero en categorías que perciben como de menor riesgo y, si están satisfechos, continúan comprando, indicó la ejecutiva.
Diferenciar rentable de indispensable
En tanto, Díaz Alarcón mencionó que los consumidores argentinos recalculan y evalúan sus prioridades mes a mes, e incluso semana a semana, especialmente en los estratos socioeconómicos más bajos. Ajustan sus compras y consumos para optimizar sus presupuestos, "dejando en stand-by los recortables prescindibles. Se trata de un enfoque estratégico para enfrentar la incertidumbre económica y maximizar el valor de cada peso gastado.