El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, advirtió este jueves que si el próximo Gobierno decide eliminar el cepo cambiario de inmediato, sin antes aplicar un fuerte ajuste fiscal que corte la emisión monetaria, el resultado será una explosión hiperinflacionaria, costosísima desde el punto de vista social y demoledora desde el punto de vista político.
El economista publicó en su blog un texto titulado La oposición tiene que ser cautelosa con sus promesas. En el mejor de los casos, un buen plan de estabilización podrá ponerse en marcha recién a principios de 2025. Allí realizó una crítica a la gestión económica del Frente de Todos, un diagnóstico sobre la coyuntura y detalló los pasos que deberá seguir a partir del 10 de diciembre la próxima administración si es que quiere acabar con la inflación.
Puede parecer paradojal, pero si para evitar la inercia inflacionaria que crea el cepo cambiario, el nuevo gobierno decide eliminarlo de inmediato para todo tipo de transacciones, sin que haya habido tiempo para implementar un ajuste fiscal y la economía haya digerido toda la excesiva emisión monetaria anterior, el resultado puede ser una explosión hiperinflacionaria, costosísima desde el punto de vista social y demoledora desde el punto de vista político, alertó Cavallo.
El ex titular del Palacio de Hacienda de Carlos Menem y de Fernando de la Rúa sostuvo que con la dolarización de facto que tiene la economía local no es posible pensar en una reducción significativa de la inflación sin una liberalización de las restricciones vigentes en el mercado de cambios que permita estabilizar el precio del dólar oficial.
En ese sentido, afirmó que será necesario que quien se siente en el sillón de Rivadavia luego de las elecciones presidenciales aproveche la desaceleración en la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para profundizar algunas reformas estructurales para conseguir la apertura plena del comercio internacional y las inversiones externas e internas necesarias para explotar los recursos naturales y humanos.
Un descontrol inflacionario tipo Rodrigazo de 1975 o hiperinflación de 1989 puede acortar o alargar los plazos para que pueda aplicarse un buen plan de estabilización, dependiendo de si se produce antes o después del cambio de Gobierno. La razón de esta diferencia radica en el enorme costo social y el efecto demoledor del poder político que tiene la hiperinflación, destacó Cavallo.
En su texto, el dos veces ministro de Economía también cargó contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el ministro de Economía, Sergio Massa: La estrategia política que tiene en mente Cristina Kirchner, seguramente basada en los razonamientos económicos de Kicillof, consiste en evitar a toda costa que se desate una hiperinflación antes de la entrega del poder pero que sea inevitable en el transcurso del próximo mandato. Sólo así se puede entender por qué apoya la gestión de Massa como ministro de Economía mientras reitera su adhesión al socialismo del Siglo XXI de inspiración chavista. Seguramente ella sabe por el gobernador que, si el ministro de Economía no consigue apoyos externos suficientes, el descontrol inflacionario extremo se puede producir en los próximos meses. Pero, al mismo tiempo, no quiere que se implementen ajustes fiscales y de precios relativos que puedan facilitar la gestión económica del nuevo gobierno.
En este contexto económico y político, los candidatos de la oposición tienen que ser muy cautelosos con sus propuestas y acciones iniciales para sortear la trampa que quedará activada sobre todo por la existencia del cepo cambiario, advirtió.
Cavallo además comentó que si el actual Gobierno finaliza su mandato sin un episodio traumático, la nueva gestión podrá evitar una hiperinflación demoledora del poder político sólo si lleva adelante una serie de iniciativas. Algunas de ellas son: Ajustar las cuentas fiscales mediante la reforma del estado, las privatizaciones y la apertura de la economía para eliminar el cepo cambiario del mercado comercial, recién cuando esas decisiones hayan llevado a una fuerte apreciación del tipo de cambio en el mercado libre.
Si en lugar de hacerlo con esa metodología decide eliminar de inmediato el cepo cambiario con la ilusión de producir el ajuste fiscal recurriendo a una fuerte devaluación que licue deudas, salarios y jubilaciones, al estilo de enero de 2002, no encontrará régimen monetario alguno capaz de derrotar a la inflación en un mandato presidencial, concluyó Cavallo.