A 100 años de la génesis de la compañía Disney, creadora de un imaginario infantil que tiene algunas de las animaciones más taquilleras de la historia, la muestra Walt Disney y el grupo: un viaje por Latinoamérica exhibe hasta el 30 de abril en el porteño Arte x arte, un centenar de fotos, la mayoría inédita, y proyecciones del recorrido emprendido en 1941 por nueve países, que derivó en un intenso intercambio con el argentino Florencio Molina Campos, la invención personajes emblemáticos como el loro Zé Carioca o el gauchito Nemo y versiones que van de Goofy tomando mate al pato Donald con boleadoras.
Con tres espacios interactivos -desde el fuselaje de un avión donde el público puede sentarse y ver lo que Disney vio de Latinoamérica hace más 80 años, hasta escritorios de dibujo donde cualquiera puede calcar a algunos de los personajes más famosos de la historia de la animación- la muestra montada en el espacio de Lavalleja 1062 reúne además reproducciones de afiches y bocetos originales de las películas Saludos Amigos (1942-1943) y Los Tres Caballeros (1944-1945), ambas producto de este viaje iniciático, ambas accesibles los próximos meses, fragmentadas, en la cinemateca de esta muestra.
El recorrido por las tres plantas del edificio -que es gratuito y cuenta con audioguías, rampas y ascensores, señalización en braille, interpretación en lengua de señas, un espacio de estímulos reducidos y señalética descargable a través de la Web para personas con discapacidad visual y auditiva, neurodivergentes y de movilidad reducida-, invita a conocer a los escritores, artistas gráficos y músicos que acompañaron a Walt Disney (1901-1966) en ese viaje legendario por Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Perú, Chile, Ecuador, Guatemala y México.
Ese viaje fue proverbial por varios motivos, por un lado fue el primero que se hizo desde los estudios Disney con la finalidad de conocer nuevos terrenos, buscando inspiración en culturas ajenas y desconocidas para los creativos, una práctica hoy absolutamente instituida para sus producciones. 'Luca' es uno de los muchísimos ejemplos -dice a Télam Ariana Fernández, directora del área de experiencias en vivo de Disney Latinoamérica - los productores viajaron a Italia para captar el espíritu del lugar.
Estas imágenes históricas cuentan con una cronología única, nunca antes expuesta de esta manera, que puede funcionar como bitácora de viaje. Muestran una época pero además a un Walt distendido, poco representado en el imaginario popular, conociendo nuevos lugares, gentes y costumbres cuando ya era director y productor, trabajando y divirtiéndose a la par, tirado a ras de suelo haciendo él mismo las tomas fotográficas y filmaciones que necesitaba para su investigación o caminando por las playas cariocas, intentando bailar cueca y comiendo asado con las manos, describe Fernández.
Por otro lado, este viaje tuvo un capítulo aparte en su momento para la prensa argentina. Interesado en las costumbres y folclore de la región y como parte de la misión diplomática "Política del buen vecino" que impulsaba Franklin D. Roosevelt, Disney visitó el rancho Los estribos de la localidad bonaerense de Moreno, donde vivió una temporada Florencio Molina Campos, el artista plástico más popular de Argentina, que caricaturizó las fisonomías, poses y costumbres del gaucho en un intento de recrear la totalidad de su vida. Molina Campos viajó un año más tarde a los estudios Disney de California, como asesor de las animaciones que darían cuenta del gaucho argentino en tres filmes que finalmente no existieron.
El relato cierra con un fin de colaboraciones a raíz de un Molina Campos insatisfecho con el trabajo interpretativo y con acusaciones de intenciones político económicas -para asegurar un mercado que en la Europa de la Segunda Guerra Mundial estaba desintegrado-, desactivadas una vez que se empezó a avizorar el triunfo Aliado.
De esa visita hay documentación imperdible recuperada del Walt Disney Archives fundado en 1970, que guardan desde guiones originales, utilería y vestuario de películas, hasta correspondencia, notas, grabaciones, fotografías, artefactos, merchandising y pertenencias personales del propio Disney.
Así es que en pleno corazón de Villa Crespo puede verse el escritorio de dibujo que el creador utilizó en el hotel Alvear donde paraba en su visita a Buenos Aires, pero también fotos del equipo compartiendo mateadas, asados y chacareras con María Elvira Campos -Elvirita-, que funcionó de anfitriona porque su marido paradójicamente se encontraba haciendo ilustraciones en Estados Unidos.
Nosotros nos encargamos de la parte artística de todo ese archivo histórico que se había generado con ese viaje, seleccionamos unas 100 fotografías sobre más de 200 y las organizamos en ejes temáticos como Música y danza; Diversión, comida y festivales; Explorando el campo; La aventura y la gente; Artistas en el trabajo; Un mini estudio Disney, Estrenos y proyecciones especiales; y Las películas, detalla a su turno Gastón Deleau, de Arte x arte.
Una de las decisiones cruciales que tomó el equipo en este viaje por Latinoamérica fue la de alejarse de las grandes ciudades y visitar pueblos pequeños, para tener cabal conocimiento de las costumbres de cada sitio, interactuando con ciudadanos anónimos y de a pie. Así es que puede verse a Disney fotografiando a un guanaco, viendo domas de caballos en la pampa o rodeado de jóvenes en zunga en las playas cariocas, o a uno de sus dibujantes posando frente a un auto volcado en Tupungato.
O a don Liborio Sosa, un gaucho de 85 retratado por el equipo en Mendoza, que tenía buen humor, cuenta Disney en uno de los documentales que se proyectan en la muestra, y se divertía con el interés que a los dibujantes les despertaba su atuendo, que incluía botas de potro, hechas sin costura, con una única pieza de cuero de caballo.
Se trató de un viaje inspiracional del que salieron personajes como el famoso Zé Carioca, que en 2022 cumplió 80 años, o el avioncito Pepe, diseñado en pleno viaje sobre la Cordillera de los Andes desde Argentina hacia Chile, remarca Deleau.
Lo que buscamos desde Disney es que los visitantes puedan ver, a través de ese viaje y de ese equipo, una parte importante de la historia de la animación y su evolución: desde cómo pintaban con las acuarelas, a cómo hacían la investigación, los traslados, cómo filmaban y sacaban fotos en cada lugar, cómo se mezclaban con la gente y la decisión de escapar de las grandes ciudades para dar con las costumbres más locales en pueblos pequeños, concluye Fernández.
La exposición se puede visitar de martes a domingos de 14 a 20 con entrada gratuita. Más información en https://artexarte.com.ar.
- Por Dolores Pruneda para Télam