Hace casi 20 años, tres socios europeos se propusieron crear una bodega sustentable. Y así lo hicieron en Mendoza, con Alpamanta, palabra que en quechua significa amor por la tierra.
Alpamanta es una bodega boutique orgánica, biodinámica y vegana situada en Ugarteche, Luján de Cuyo, que emplea a 25 personas. Nuestro modelo de negocio se encuentra principalmente basado en vinos premium: el 70% de la producción es destinada para el mercado externo y el 30% para la Argentina. Asimismo, estamos adentrándonos en nuestra nueva unidad económica con un vermut inspirado en la biodinamia, comparte Christophe Chartier, Gerente General de Bodega Alpamanta.
La compañía produce cerca de 150.000 botellas al año y destina el 40% de sus exportaciones a mercados como Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega. Detrás de estos países se encuentran Estados Unidos, Canadá, Japón, Tailandia y también algunas plazas de América Latina.
El contexto actual es desafiante en Argentina, creemos que siempre hay que devolver lo que uno recibe, por lo que, a pesar del contexto inflacionario, tratamos de ser fieles a quienes representan nuestra marca dentro del país y más aún en quienes beben y disfrutan nuestros vinos. Nuestra estrategia se basa en desarrollar nuestras operaciones en diferentes mercados y países, funcionando como una red de contención, donde si una economía se desacelera, contamos con otras que siguen en crecimiento. Esta es la filosofía que nos permitió ingresar a los mercados latinoamericanos como una apuesta al desarrollo local, reconoce Chartier.
La bodega, fundada en 2005, elabora vinos orgánicos (Ecocert), biodinámicos (Demeter) y veganos (Liaf control) certificados. Además, cuenta con el protocolo de sustentabilidad de Bodegas Argentinas y buenas prácticas de manufacturas, ambos certificados por la consultora francesa Ecocert.
Desde el comienzo en Alpamanta, el objetivo, cuenta Chartier, fue dejar un lugar mejor del que encontramos, por lo que Andrej Razumovsky, uno de los socios fundadores, decidió hacerlo bajo la filosofía biodinámica. Esta propone una perspectiva un poco más amplia a la hora de hacer agricultura, donde se busca un equilibrio en el ecosistema y en la salud de los cultivos, proponiendo prácticas conscientes, participativas y responsables tanto para la tierra, la flora, la fauna, como así también para las personas.
La sustentabilidad es, por tanto, parte del ADN de la firma. Somos un proyecto de agricultura regenerativa, nos destacamos por nuestra reducción de la huella de carbono gracias a nuestras coberturas vegetales. Dejamos crecer la vegetación espontánea entre las hileras dentro de nuestros viñedos, lo que nos permite fijar la materia orgánica, evitar la erosión y la oxidación, manteniendo la humedad del suelo, sin romper el pan de tierra. Además, no utilizamos ningún tipo de sustancia de síntesis química, preservando las especies nativas y promoviendo el pastoreo de animales, quienes poseen un rol clave a la hora de producir nuestro compost orgánico, explica Chartier.
La compañía cuenta con 250 paneles solares dentro de la finca, los cuales producen alrededor del 50% de la energía eléctrica que utilizan. Ello se suma a los green rooftops, techos verdes, que contribuyen a la biodiversidad, a la captación de CO2 y a la eficiencia energética.
En el manejo de agua, Alpamanta recicla el 100% de las aguas industriales, reincorporándolas al ecosistema y utiliza riego por goteo.
Además, tienenuna estación de manejo de materiales, donde separan todos los residuos: los orgánicos conforman parte del compost y los secos, como papeles, cartones, vidrios, metales y plásticos, son reintroducidos a la economía circular.
Las apuestas de Alpamanta
Actualmente, la bodega cuenta con un vino tope de gama llamado Alpamanta Respect Malbec, ubicado en el puesto 11 de los mejores Malbecs de la Argentina y el mejor Malbec orgánico y biodinámico sustentable según el reporte de Alejandro Iglesias y Joaquín Hidalgo, quienes los galardonaron con 96 puntos. Asimismo, fue destacado por Patricio Tapia en su Guía Descorchados de este año con 97 puntos, destaca Chartier.
Por otro lado, Alpamanta Breva - Pet Nat Criolla es un producto relevante en el portfolio, ya que pone en valor una variedad ancestral como la uva criolla grande, elaborada con técnicas ancestrales.
Además, dentro de la línea Breva, encontramos Breva Sauvignon Blanc, Breva Rosé-Syrah y Breva Blend tinto, línea insignia de vinos naturales de su portfolio.
Nuestra proyección de crecimiento para este año no solo cuenta en el ingreso de nuevos mercados en Latinoamérica y mayor penetración dentro de Estados Unidos, sino también en la búsqueda de nuevos consumidores que ingresan al mundo del vino. Nuestra propuesta cuenta con vinos aptos para veganos, vinos con menos contenido de sulfitos y alcohol e iniciándonos, próximamente, dentro del universo del vermut para personas con un paladar descontracturado, cierra.