Una pareja rusa en Buenos Aires crea el primer estudio de autorretratos del país
Elena Koroleva-Mikhailova y Artem Mikhailov encontraron en Buenos Aires el lugar para reinventarse y dar vida a Luma, el primer estudio de autorretratos de la ciudad.

En mayo de 2024, Elena (Lena) Koroleva-Mikhailova y Artem Mikhailov, una pareja rusa de 28 años, inauguraron Luma, el primer estudio de autorretratos en Buenos Aires. Ubicado en el barrio de Belgrano, a pocos metros del Barrio Chino, el emprendimiento propone una experiencia innovadora y personal que transforma la forma de capturar imágenes. 

La pareja, oriunda de Moscú, llegó a Buenos Aires hace casi dos años, dejando atrás su vida en Rusia. Elena estudió Economía en la HSE de Rusia, una de las principales universidades del país, mientras que Artem se graduó en Innovaciones en la Universidad Técnica Estatal Bauman en la capital rusa. "Elegimos Argentina y realmente nos enamoramos del país. Decidimos que estábamos dispuestos a invertir nuestra energía y pasión en construir un negocio aquí, a pesar de la inestabilidad económica", comparte Lena.

Elena Koroleva-Mikhailova y Artem Mikhailov crearon Luma estudio.

Antes de llegar a nuestro país, la pareja había experimentado el formato de autorretratos en su país natal, donde este tipo de estudios empezaba a ganar popularidad. "El formato de los autorretratos nos permitió disfrutar del proceso sin compromisos: nos divertimos y jugamos durante 45 minutos, pero además conseguimos fotos geniales para nuestro archivo familiar. Estábamos muy satisfechos con las imágenes, incluso más que con las fotos tradicionales hechas por un fotógrafo. Ahora entendemos que esto se debe a que sabíamos exactamente qué esperar: podíamos vernos en el espejo y, si era necesario, ajustar nuestra pose o apariencia al instante", recuerdan.

Cuando se asentaron en Argentina, la idea de replicar este modelo de negocio quedó temporalmente en pausa, ya que debían afrontar otro desafío: el nacimiento de su hija, Maya. Durante ese tiempo, trabajaron en un plan de negocios detallado, pero esperaron hasta que su hija cumpliera un año para abrir Luma. 

Elena Koroleva-Mikhailova y Artem Mikhailov crearon Luma estudio.

El concepto detrás de Luma es simple, pero poderoso. En una sala diseñada cuidadosamente, el cliente se encuentra a solas con un espejo que oculta una cámara. Armado con un control remoto, puede capturar imágenes auténticas y espontáneas. La propuesta combina tecnología y minimalismo. Inicialmente, ofrecían solo fotografías en blanco y negro, pero se adaptaron rápidamente a las preferencias de sus clientes y ahora entregan también versiones a color. Además, incorporaron un sistema que garantiza la confidencialidad de las imágenes: las fotografías se procesan automáticamente y se envían directamente al cliente, sin que nadie más las vea.

Montar el estudio en Buenos Aires presentó varios retos, como encontrar un espejo unidireccional adecuado, fundamental para el concepto del negocio. "Hubo un momento en el que pensamos que no podríamos abrir el estudio porque no encontrábamos un espejo unidireccional adecuado. Llegamos a considerar traerlo desde Bolivia, pero era muy caro, tardaría mucho y era arriesgado porque el espejo es un material frágil. Por suerte, encontramos un espejo en un depósito de una tienda en CABA", recuerda Elena.

 

Otro desafío fue establecer precios en un mercado sin competidores directos. "Analizamos las tarifas de alquiler de estudios y el costo por hora de los fotógrafos, pero nos dimos cuenta de que no era completamente apropiado comparar una sesión en nuestro estudio con una sesión con un fotógrafo. Así que decidimos modelar los ingresos basándonos en el gasto promedio de una cena para dos personas en un restaurante", señala Artem, quien combina su trabajo en una corporación con su rol en el negocio familiar. "También fue importante encontrar un equilibrio entre la inversión inicial y la calidad del producto. Las metodologías clásicas de startups, como Lean Startup, sugieren lanzar el producto al mercado lo más rápido y barato posible, recolectar comentarios de los clientes e implementar mejoras. Sin embargo, decidimos desviarnos un poco de este enfoque. Construimos un estudio más costoso y atractivo de lo que habríamos hecho al principio, pero no nos arrepentimos".
 

De la teoría a la práctica

La formación profesional de ambos fundadores jugó un rol importante en la creación de Luma. Elena, economista con experiencia en marketing en una empresa tecnológica, y Artem, ingeniero en innovación y consultor estratégico, lograron integrar sus habilidades para diseñar un negocio sostenible. "Aunque nuestra experiencia corporativa nos ayudó, emprender fue un desafío completamente distinto. No contábamos con el respaldo financiero de una gran empresa, pero eso nos obligó a ser más creativos y resilientes", comenta Artem.

 

Al llegar a la Argentina, ambos tuvieron que familiarizarse con las particularidades locales de hacer negocios. Artem tuvo que entender el sistema tributario, los requisitos para contratar empleados, el procesamiento de pagos y otros aspectos específicos. Otro gran desafío fue profundizar en los aspectos técnicos de la fotografía. "Aunque tuvimos un consultor que nos ayudó a seleccionar y configurar el equipo, Lena y yo tuvimos que entender los detalles para tomar decisiones informadas sobre qué comprar", comparte Artem. Lena, por su parte, tuvo que aprender muchas habilidades que antes delegaba a su equipo, como configurar campañas publicitarias en redes sociales, crear contenido visual y trabajar con Photoshop.

Actualmente, Elena se encarga del marketing, la promoción y la interacción con los clientes, mientras que Artem maneja los procesos operativos, la planificación financiera y el soporte técnico. "Aunque nuestras funciones están claramente definidas, colaboramos en decisiones estratégicas importantes", agrega Elena.

El modelo de negocio de Luma también incluye una visión a largo plazo. Además de las sesiones de autorretratos, planean desarrollar herramientas basadas en inteligencia artificial para recomendar poses y seleccionar automáticamente las mejores fotos. Asimismo, consideran expandir el concepto a otras ciudades de Argentina y países de América Latina.

 

Para Elena y Artem, el éxito del negocio no solo se mide en números, sino en la capacidad de conectar con sus clientes. La pareja tiene grandes expectativas para el año que viene, enfocadas en aumentar el conocimiento del formato de autorretratos y consolidar su presencia en el mercado. "Nuestro principal objetivo para 2025 es crear conciencia sobre qué es un estudio de autorretratos, a quién está dirigido, cómo es el proceso y qué resultados se pueden obtener. Queremos establecer una sólida presencia en Buenos Aires y, luego, expandirnos a otras ciudades de Argentina y países de América Latina", adelantan.