A menudo se nos dice que la fuerza de voluntad y la motivación son factores críticos para crear un gran trabajo. Si bien eso puede ser cierto, existen factores externos, como nuestra estación de trabajo, que tienen el poder de encender nuestra mente o inhibir nuestro potencial.
La verdad es que nuestro entorno tiene un impacto considerable en la calidad y cantidad del trabajo que producimos. Si estamos trabajando en un entorno de trabajo subóptimo, es posible que tengamos que usar el doble de fuerza de voluntad o concentración (ambos son recursos limitados) para producir la misma cantidad de trabajo.
Si creés que puede haber formas de mejorar tu estación de trabajo, acá hay tres pasos para comenzar el viaje:
1. Elegí tu espacio sabiamente
Internet y los simpatizantes nos inundan con excesivos consejos sobre lo que hace que la productividad sea óptima. A algunas personas les gusta trabajar al aire libre, mientras que otras se encierran en sus cabañas o estudios. Algunas personas juran por la productividad de trabajar antes del amanecer. Los noctámbulos prefieren la soledad de la noche.
Lo más importante que debés recordar al recibir tales consejos es que todos somos diferentes, por lo que es posible que sus ideas sobre el entorno de trabajo perfecto no se apliquen a vos. Según una investigación publicada en el Journal of Research In Personality, diseñar tu espacio de trabajo ideal es una cuestión de alineación de la personalidad.
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Por ejemplo, si sos introvertido, una oficina abierta podría afectar negativamente tu productividad. Lo contrario podría ser cierto para un extrovertido.
2. Dejá entrar la luz
La luz del sol tiene más poder sobre nuestra productividad y estado de ánimo de lo que creemos. Si bien puede haber valores atípicos a los que les gusta trabajar en la oscuridad, la luz solar contribuye a mejores niveles de energía, lo que tiende a aumentar la productividad.
Un estudio publicado en Cognition and Emotion señala que los países que reciben más horas de exposición solar al año reportan mayores niveles de felicidad. El investigador Satoshi Kanazawa explica que esto se debe a que la respuesta natural diseñada por la evolución es sentirse seguro, protegido y feliz cuando se expone a la luz solar.
Para garantizar un estado mental enérgico, motivado y concentrado, intentá configurar tu espacio de trabajo en un lugar iluminado por el sol en tu casa u oficina o asegurate de que tu espacio de trabajo esté bien iluminado con luz artificial para promover la claridad y la vigilia.
3. Cortá el desorden
Un espacio de trabajo despejado debería ser una obviedad. Sin embargo, la mayoría de las personas tiene una cantidad excesiva de objetos e información esparcidos dentro y alrededor de su espacio de trabajo. Esto es especialmente cierto para los 'creativos' cuyo trabajo podría implicar aprovechar el pensamiento divergente y unir fragmentos de información aparentemente no relacionados.
Desafortunadamente, la desventaja de tener desorden es que puede ponerte ansioso y agitado. Más importante aún, llena tu entorno de trabajo con distracciones o, como dice el psicólogo Asaf Mazar, "fricción". Esta fricción figurativa creada por un entorno sobreestimulante y que distrae puede reducirse eliminando las distracciones menores que obstaculizan el comportamiento positivo.
*Con información de Forbes US