La menopausia es un viaje transformador que toda mujer experimentará en algún momento de su vida. Es un proceso biológico natural, pero sigue siendo enigmático, con síntomas y experiencias que varían mucho de una persona a otra. Phenology, una marca pionera en salud femenina del líder en tecnología sanitaria Hologram Sciences, ha realizado una amplia encuesta a más de 32.000 mujeres para comprender mejor su experiencia de la menopausia por etapas.
Los resultados de este estudio proporcionan información muy valiosa sobre la compleja transición de la menopausia, ofreciendo una comprensión más profunda de sus etapas y síntomas. En este artículo, profundizamos en tres hallazgos clave que revolucionarán nuestra forma de percibir y abordar la menopausia.
Conclusión nº 1: La posmenopausia no tiene nada de "pos".
Una idea errónea muy extendida sobre la menopausia es que una vez que la mujer alcanza la etapa posmenopáusica, los síntomas más desafiantes han quedado atrás. Sin embargo, las investigaciones de Fenología revelan que la realidad es muy distinta. De hecho, algunos síntomas son más pronunciados durante esta fase de la transición.
La menopausia se define médicamente como el momento en que transcurren 12 meses desde la última menstruación de una mujer. Este momento puede producirse a distintas edades, y ser "posmenopáusica" no significa necesariamente el fin de los síntomas molestos. El estudio Phenology descubrió que, de media, las mujeres experimentan 9 síntomas diferentes simultáneamente a lo largo de la perimenopausia y la posmenopausia.
Pero cuando se desglosa la peri y la posmenopausia, las mujeres experimentan 7 y 11 síntomas, respectivamente. Una vez más, esto demuestra que la menopausia no es sólo la experiencia del final del ciclo menstrual, sino que los síntomas persisten y aumentan tras el final de la menstruación.
Los datos muestran una fuerte correlación entre la edad y los síntomas físicos y cognitivos, con la mayor incidencia de estos síntomas en la etapa posmenopáusica tardía. Por ejemplo, el 77% de las mujeres en la posmenopausia tardía experimentan niebla cerebral, frente al 70% en la perimenopausia temprana. Del mismo modo, el 73% de las mujeres en la posmenopausia tardía experimentan sofocos, en comparación con sólo el 39% en la perimenopausia temprana.
Los desafíos son reales y siguen afectando a las mujeres mucho después de la última regla. Los síntomas sexuales también alcanzan su punto álgido en la posmenopausia: el 62% de las mujeres declaran tener la libido baja y el 52%, sequedad vaginal, lo que puede provocar relaciones sexuales dolorosas.
Lo más importante de todo esto es que la posmenopausia no es el final del camino para tratar los síntomas de la menopausia. Las mujeres y sus profesionales sanitarios deben ser conscientes de los desafíos persistentes a los que se enfrentan durante esta fase y desarrollar estrategias integrales para tratarlos.
Perspectiva nº 2: La perimenopausia puede disfrazarse de salud mental
El viaje a través de la menopausia es un proceso continuo que comienza mucho antes de la última menstruación. La perimenopausia, la etapa que precede al inicio oficial de la menopausia, es una fase marcada por importantes fluctuaciones hormonales. Es en esta fase cuando las mujeres experimentan con frecuencia síntomas de salud emocional que pueden confundirse con problemas de salud mental.
El estudio de Phenology revela que los síntomas de salud emocional, como los cambios de humor, la ansiedad y la irritabilidad, son más frecuentes al principio de la perimenopausia que en las últimas fases de la menopausia. Por ejemplo, el 72% de las mujeres al principio de la perimenopausia declararon cambios de humor.
Por el contrario, los síntomas físicos como sofocos, sudores nocturnos y problemas de salud sexual se convierten en más pronunciados en las etapas posmenopáusicas. Este hallazgo desafía la idea predominante de que la menopausia consiste principalmente en sofocos y sudores nocturnos.
Estas conclusiones concuerdan con las del estudio SWAN, según el cual las mujeres son más propensas a sufrir episodios de depresión grave durante la transición menopáusica. Sin embargo, es posible que muchas mujeres y sus médicos en la perimenopausia temprana no relacionen sus síntomas emocionales con la menopausia, lo que lleva a un reconocimiento y un tratamiento insuficientes. Muchas mujeres son derivadas a psicólogos cuando en realidad necesitan tratamiento para la menopausia.
Además, la falta de una formación completa sobre la menopausia entre los profesionales sanitarios, como demuestra el hecho de que sólo el 31% de los ginecólogos obstetras reciban una formación formal sobre la menopausia, agrava este problema. Es fundamental que tanto las mujeres como los profesionales sanitarios reconozcan los desafíos específicos de la perimenopausia y respondan en consecuencia, y que dejen de externalizar la menopausia a los terapeutas como un problema de salud mental y no como un síntoma desencadenado por las fluctuaciones hormonales.
Conclusión nº 3: No hay dos menopausias iguales
Quizás la revelación más sorprendente de la investigación de Phenology es que no hay dos menopausias iguales. Las mujeres experimentan la transición a la menopausia con síntomas y plazos muy diferentes. Esto también significa que no puede haber una única solución para toda la menopausia.
En primer lugar, las mujeres entran en la menopausia a edades diferentes: algunas inician la transición a los 50 años, mientras que otras ya son posmenopáusicas.
Rangos de edad para cada etapa de la menopausia, mostrando el percentil 5 hasta el 95 en general, con énfasis en los percentiles 25-75.
El estudio mostró más de 15.000 combinaciones únicas de síntomas entre las 32.000 mujeres encuestadas. Esto hace evidente que no hay un patrón consistente de síntomas durante la menopausia; cada mujer tiene su propia "firma" de síntomas."
Una muestra aleatoria de 200 mujeres del estudio ilustra la variación de las firmas de síntomas de la menopausia.
Dado el alto grado de variabilidad individual, la innovación debe adoptar un enfoque individualizado para apoyar a las mujeres y éstas deben ser sus propias defensoras a la hora de identificar soluciones para sus síntomas específicos. Además, es desalentador saber que el 50% de las mujeres no tratan sus síntomas menopáusicos cuando existen soluciones accesibles. Esto puede deberse a que no saben que lo que están experimentando es la menopausia, a la falta de acceso a soluciones o a una resistencia a reconocer su condición debido al estigma.
Conclusión
El exhaustivo estudio de Phenology proporciona información crucial sobre las complejidades de la menopausia. Las mujeres deben ser conscientes de que los desafíos de la menopausia persisten hasta bien entrada la posmenopausia, de que los síntomas emocionales durante la perimenopausia son frecuentes y de que el proceso de la menopausia de cada mujer es único.
Con un enfoque holístico y personalizado del tratamiento, las mujeres pueden atravesar esta etapa transformadora de la vida con mayor facilidad y mejorar su calidad de vida. Además, los profesionales sanitarios deben esforzarse por comprender mejor los matices de la menopausia y proporcionar apoyo y orientación personalizados. Al adoptar estos hallazgos clave, podemos revolucionar nuestro enfoque de la salud de la mujer durante la transición menopáusica, asegurando que ninguna mujer se quede sola en este viaje.