Sál, la exótica cocina nórdica de Buenos Aires, va por más
Ubicado en el corazón de Palermo, Sál sostiene su propuesta innovadora reivindicando la riqueza de la cocina escandinava con un enfoque contemporáneo y sostenible. Su Chef, Nicolás Díaz Martini sale de gira por las cocinas de Europa y promete traer nuevos sabores.

En el vibrante barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires -en este caso nos referimos a esas cuatro cuadras de la calle Thames y Charcas-, una fuerte referencia de la gastronomía porteña que desde hace un tiempo seduce los paladares exigentes de locales y extranjeros.

Sál -en islandés significa “alma”- es para aquellos que no solo buscan satisfacer sus ansias de buena cocina y novedades sino también de productos exquisitos y excelente atención como exige la cultura de este reducto con inspiración Escandinava y espíritu Nórdico.

Este restaurante, inaugurado hace ya dos años, le da a Buenos Aires sabores originales y distintos como los de la cocina nórdica, una tradición culinaria que, aunque rica y variada, ha estado poco representada en el mapa gastronómico porteño.

Sál, del Chef Nicolás Díaz Martini, desde 2023 entre los Recomendados de la Guía Michelin.

Un concepto único en Buenos Aires

El chef Nicolás Díaz Martini, quien ha dedicado años a perfeccionar su técnica y a conocer a fondo los ingredientes y métodos de la cocina escandinava, ha sido el artífice de esta propuesta. 

Inspirado por el aclamado “Noma”, reconocido como el mejor restaurante del mundo en varias ocasiones y poseedor de tres estrellas Michelin, Díaz Martini ha logrado adaptar recetas nórdicas al paladar argentino, incorporando productos locales y técnicas ancestrales.

La filosofía detrás de Sál se basa en el concepto "Hygge", que evoca una sensación de confort y calidez, una características de los hogares nórdicos que lo fascinó. 

El Chef Nicolás Díaz Martini, un alma inquieta formado en la escuela del Gato Dumas. Pasó por el Sucre de Trocca. En 2007 abrió su primer restaurante “El Almacén” en La Cumbre, Córdoba. Volvió creó “Fuego” y hace 2 años “Sál”.

Con una decoración minimalista y acogedora, el restaurante se ubica en una hermosa casona de principios del siglo XX, a unos pocos pasos de Plaza Italia y a metros de otros clásicos gastronómicos de la calle Thames como “La Carnicería”, “Niño Gordo” y "José, el carnicero". 

En el cálido ambiente que propone Sál, cada detalle está pensado para que los comensales se sientan como en casa, disfrutando de una experiencia culinaria que va más allá de la simple comida o un slogan publicitario.

Un menú que sorprende

El menú de Sál es un reflejo de su propuesta: ágil, variado y profundamente arraigado en la estacionalidad de los productos. 

Entre los platos destacados se encuentran el gravlax de salmón, que se presenta con una delicada crema de hierbas y gírgolas encurtidas; y el hot dog de pesca ahumada, una reinterpretación del clásico que juega con sabores y texturas, ofreciendo un deleite para los sentidos.

Además de los platos principales, la carta incluye opciones irresistibles de smørrebrød, típicos sándwiches abiertos daneses, que no solo son un festín visual, sino también una explosión de sabores. Para cerrar la experiencia, la panna cotta de chocolate blanco se alza como un postre que invita a una experiencia dulce equilibrada con su salsa de frambuesa y praliné de semillas de lino.

Cultura y comunidad

Sál no solo se limita a ofrecer una experiencia culinaria, sino que también busca educar y conectar con la comunidad. Cada martes, el restaurante organiza cursos de cocina escandinava, donde los participantes pueden aprender sobre ingredientes, técnicas y recetas que hacen de la gastronomía nórdica una experiencia única.

Con un horario de atención de jueves a sábados, Sál se ha convertido rápidamente en un destino para gourmets y amantes de la buena comida que buscan algo diferente en Buenos Aires. 

La propuesta incluye un enfoque en el "slow food", valorando la calidad y procedencia de cada ingrediente, lo que resuena con los principios de sostenibilidad que cada vez tienen más relevancia en la cocina contemporánea.

Con la fuerza de los iniciados, un presente sostenido

Con una carta de vinos cuidadosamente seleccionada que complementa cada plato, Sál se posiciona como el lugar ideal para aquellos que buscan adentrarse en los sabores del norte de Europa, sin salir de Buenos Aires. La combinación de un chef apasionado, un concepto innovador y un ambiente acogedor convirtió la propuesta de Sál en una referencia en la escena gastronómica porteña.

Para sostener ese estándar, Díaz Martini tiene un sólido equipo tanto en la cocina como en la sala, con Agustina Leiva, jefa de cocina, (ex Mishiguene) en los fuegos y Alice Samzun, oriunda de Francia y con Diplomatura en WSET cursada en ese país, comandando el servicio de sala y vinos.

 Sál sostiene con calidad y firmeza su presencia marca un hito en la oferta gastronómica de Buenos Aires, reivindicando una cocina que, aunque distante geográficamente, se siente más cercana que nunca gracias a su interpretación local. 

En 2024 celebrando los 2 años de vida de Sál, varios platos nuevos se incorporaron a la carta llevando la propuesta a un recorrido donde las proteínas tienen un trato de respeto al producto y la constante búsqueda de creatividad de Nicolás y su team de cocineros.

En Septiembre viajará a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Alemania para buscar inspiración y nuevas tendencias en esta cocina de la cual es el exponente en Argentina.

En un mundo donde la gastronomía sigue evolucionando y fusionándose, Sál se erige como un faro de la cocina nórdica, invitando a todos a descubrir sus encantos.

Los elegidos de la Carta

Entrada

Huevo de codorniz marinado en café, soja, eneldo y vinagre de sidra, ahumado en nogal y heno, y fermentado en su salmuera (amuse bouche de Sál)

Texturas de zanahoria, eneldo, ricotta de cabra. emulsión de ajo negro, avellanas, un plato exquisito e inolvidable.

Uno de los conceptos presentes es el de Mar y Tierra, la arriesgada combinación de productos meramente terrestres con los productos que podemos encontrar en nuestras costas. Acá te mostramos nuestra Carrillera con Chipirón (su jugo, cremoso de papa y naranja, pesto de eneldo y cebollas encurtidas)

Principal

Sinfonía de Otoño, risotto de hongos

Bolletus ahumados, shitakes, hongos negros fermentados en una fuga perfecta con las peras, cuál Bach y las suyas, instrumentos que se suman en una armonía que queremos que disfrutes.

Lomo Bleu

Uno de los nuevos platos emblema de la carta. 46º C en el centro, previamente curado, acompañado de puré de papas trufado, langostino crujiente y una delicada espuma de bearnesa. La sal de charqui con su sabor ahumado y salado, equilibra el resultado del plato.

Postre

Risalamande, un postre que se puede y debe compartir, es ideal para comentar cada una de la variedad de sabores que propone una preparación exótica hecha con especias del norte y otros sabores más locales, crean una experiencia gastronómica. Dulce y salado a la vez, un umami que busca la perfección en las técnicas e ingredientes para resaltar sus cualidades únicas. Desde el helado de cereza al Glögg, hasta la espuma de tofee de ajo negro al cucurucho con eneldo.

La Carta de Vinos

Una buena elección de tintos -la Criolla de Cadus y el Barbera de Stella Crinita, ideales con la carta- pero una mucho mejor elección de blancos donde destacan el Albariño de Trapiche Costa y Pampa, el Assemblage Lágrima Canela de Bressia y el Riesling de Luigi Bosca.

 

El precio promedio por comensal -entrada, principal y postre- es de 70.000 pesos sin vino. Está en Thames 2450, casi Charcas, abre de martes a sábados de 20 a 23:30 hs. y en la web (www.salbuenosaires.com.ar) se puede reservar y encontrar la carta completa, el menú, la carta de vinos y los precios actualizados.