La actividad física aumenta nuestra calidad de vida, mejora nuestro estado de ánimo y ayuda a prevenir diversos problemas de salud asociados al sedentarismo y el aumento de la edad, pero ¿cómo podemos escoger el entrenamiento más adecuado para practicar en el gimnasio? ¿Cómo sabemos cuál es el tipo de ejercicio que mejor se adapta a nuestra personalidad?
La elección de la actividad deportiva que responda a nuestras necesidades no es una cuestión secundaria, sino una decisión fundamental para poder alcanzar nuestros objetivos de salud y bienestar y no abandonar la práctica física antes de tiempo, advierten desde Basic-Fit.
Ejercicio según tu personalidad
“¿Sos una persona introvertida o extrovertida, tranquila o dinámica? ¿Estás sometida a mucho estrés o necesitás activarte? ¿Te motivan las emociones fuertes o únicamente divertirte? ¡Decime cómo sos y te digo qué entrenamiento necesitás!”, señala César Simón, responsable de producto de Basic-Fit.
“Elegir un hábito de entrenamiento, en función de nuestras necesidades y gustos una vez que nos hemos informado sobre todas las opciones disponibles, también es escoger una forma de ser, porque de forma recíproca, la propia práctica deportiva también influye de manera positiva en la personalidad de cada uno, aportando entusiasmo, vitalidad y ánimo”, expresó Simón.
Partiendo de un modelo de la experta en psicología deportiva Lee-Ann Sharp, y adaptándolo al deporte en gimnasios, se describen cuatro de las prácticas más populares y los perfiles de personalidad a los cuales se adecúan más dichas actividades. Por su parte, Eloïse Cilia, especialista en contenido fitness en Basic-Fit, añade un consejo práctico para convertir cada práctica en un hábito fuerte.
Práctica individual
Para las personas independientes que quieren controlar su propio rendimiento y buscan objetivos concretos, es recomendable el ejercicio en máquinas, además del ejercicio cardiovascular. Son todos ejercicios que requieren motivación y fomentan la concentración en los objetivos, así como la constancia, la disciplina y la autoconfianza, explican.
“En el gimnasio, es bueno variar de ejercicios, tomarse cada rutina como un reto, y establecer metas alcanzables en un plazo específico”, detalla Cilia, que sugiere pensar siempre en lo bien que nos sentiremos después de entrenar.
Práctica colectiva
Para quienes encuentran la motivación en aquellos deportes de alta intensidad en los que comparten intereses y motivación con más participantes, son aconsejables los entrenamientos que permiten liberar el estrés y focalizar la atención. En esta categoría entran las clases colectivas.
“Es más divertido y llevadero hacer deporte en compañía, por lo que conviene buscar un compañero de entrenamiento para apoyarse mutuamente. Tener a un cómplice al lado ayuda a sobrepasar los propios límites y acudir al gimnasio cuando no hay ganas de salir”, señala Cilia.
Práctica lúdica
Las personas extrovertidas que buscan el lado más lúdico y divertido del deporte en compañía de otras personas necesitan disfrutar del entrenamiento. Por ejemplo, moviéndose al ritmo de la música y siguiendo rutinas de baile. También pueden practicar otras disciplinas que se desarrollan escuchando los éxitos musicales más populares, para motivar y estimular a los participantes, apuntan.
“Para muchas personas la música es un gran estimulante durante los entrenamientos y les permite disfrutarlos al máximo. Si te falta motivación, ¡dejá que suene tu música favorita en tus auriculares y vas a ver cómo te dan ganas de entrenar!”, aconseja Cilia.
Práctica suave
Los ejercicios que aportan bienestar, y que pueden practicarse con un nivel de intensidad moderado e incorporarse fácilmente a la vida diaria, suelen conectar con personas menos competitivas, más centradas en la salud en general y que buscan el equilibrio físico y mental. En esta categoría se encuentran las clases en las que se da importancia a la respiración, el equilibrio, la concentración y la postura, que también son recomendables para las personas con ansiedad y estrés, apuntan.
Cilia recomienda preparar un plan semanal de entrenamiento y aplicarlo dura un mes, sin preocuparse si un día no se cumple, pero comprometiéndose a recuperarlo al día siguiente.
*Nota publicada en Forbes México