Argentina mostró un avance en el Reporte Mundial de la Felicidad 2025, elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU: se ubicó en el puesto 42, su mejor posición desde 2019.
El informe recopila datos abiertos de más de 140 países, que luego son analizados por investigadores de distintas disciplinas académicas para evaluar el nivel de felicidad de cada nación.
En conjunto, la región latinoamericana mostró una mejora significativa, con países como Uruguay (28), Brasil (36) y Argentina escalando posiciones en el ranking global. Por primera vez, dos países latinoamericanos lograron ingresar al top 10 del ranking: Costa Rica (6) y México (10), reflejando un avance en la percepción del bienestar en la región.
Argentina avanza en el ranking de la felicidad
En el caso argentino, el ascenso de seis posiciones respecto de 2024 representa su mejor desempeño en los últimos seis años, consolidando una tendencia positiva en los índices de felicidad del país.
Argentina se posiciona como uno de los países más felices de América Latina, superando a naciones como Chile (45), Colombia (61) y Perú (65).
Este progreso refleja una mejora en indicadores clave, como el respaldo social derivado de las interacciones entre las personas y la percepción de bienestar. Esos factores demostraron ser determinantes para equilibrar los desafíos económicos y políticos que enfrenta el país.
Finlandia, el país más feliz del mundo
Según el ranking, Finlandia se consagró una vez más como el país más feliz del mundo, manteniendo el primer puesto por octavo año consecutivo. Sin sorprender, no fue el único país nórdico en los primeros puestos: Dinamarca ocupó el segundo lugar, seguida por Islandia, Suecia y Países Bajos, que completan el top cinco.
La capital de Finlandia, Helsinki, es un claro ejemplo de por qué el país lidera el ranking. Más allá de factores como la salud y la economía, la ciudad pone el foco en la comunidad, la amabilidad, la confianza en la sociedad y el acceso a la naturaleza y los espacios verdes.
"Una de las formas en las que Helsinki refuerza su sentido de comunidad es a través de OmaStadi, la iniciativa de presupuesto participativo de la ciudad", explicó Juhana Vartiainen, alcalde de la capital finlandesa, en un comunicado de prensa. "Permite que los residentes influyan directamente en cómo se invierten los fondos públicos, proponiendo ideas y votando proyectos para mejorar sus propios barrios".
La ciudad finlandesa no solo busca una felicidad superficial o de apariencias, sino que promueve un sentimiento de satisfacción general con la vida cotidiana, una filosofía que se extiende a todo el país.
"Acá, la felicidad se construye de manera silenciosa en la vida diaria. Y aunque no siempre se refleje en nuestros rostros, está presente en la forma en que funciona la sociedad, en la manera en que las personas se relacionan y en los espacios compartidos", sostuvo Vartiainen. "Un buen ejemplo de esto es la Biblioteca Central Oodi, un espacio público donde personas de todas las edades y orígenes se reúnen para leer, trabajar, jugar o simplemente pasar el tiempo. En 2022, la biblioteca recibió cerca de 1,82 millones de visitas", afirmó.
Helsinki también muestra que el sentido de comunidad no implica una obligación constante de socializar. La cultura de la ciudad, desarrollada a lo largo del último siglo, permite que los ciudadanos sientan que pueden simplemente ser, confiando en que pueden contar con los demás y que la vida seguirá su curso.
En definitiva, el ránking demuestra que lo importante no es estar exultante de felicidad todos los días, sino de vivir con la certeza de que las cosas están diseñadas para generar estabilidad y bienestar en la vida cotidiana.
Nota publicada en Forbes US.