¿Cómo se crea valor económico y social? ¿Cómo se cambian los sistemas? El planteo parece elevado, sin embargo, ocurre permanentemente. Y se ancla en un complejo entramado de actores, instituciones, organismos, sector público, sector privado, movimientos… y la lista puede continuar. Pero también se basa en el trabajo diario de emprendedores sociales que a lo largo de los años han demostrado que actúan e inciden frente a mercados inexplorados, cambiando mindsets, generando demanda e impacto, y haciendo transformaciones estructurales.
Esos emprendedores representaban el núcleo de la teoría de cambio de Ashoka, una organización que durante sus primeros 20 años establecía que, para generar un cambio estructural, no había fuerza más poderosa que una idea que cambia sistemas en manos de un emprendedor social.
Así, durante ese tiempo, Ashoka se propuso demostrar la existencia de personas extraordinarias en todo el mundo llevando adelante estas transformaciones y, una vez que lo hizo, desarrolló el campo del emprendimiento social. Seleccionó a los emprendedores sociales más prometedores del mundo y –tal y como puede necesitarlo cualquier otro tipo de emprendedor– les proporcionó herramientas y recursos para acelerar el ritmo al que sus soluciones abordaban problemas aparentemente intratables.
¿Qué es Ashoka?
Ashoka, la organización global que está presente en más de 90 países y que hace casi 40 años fue la responsable de acuñar el término “emprendedor social” y ponerlo en la boca –y en el imaginario aspiracional– de millones de personas en el mundo, tomó los aprendizajes de estos líderes para entender qué se avecinaba en los próximos 20 años.
Uno de los grandes aprendizajes de esos años acompañando emprendedores sociales fue que la sociedad humana ha llegado a un punto de inflexión histórico en el que para prosperar y, mucho más aún, sobrevivir hay que liderar el cambio. Ante retos cada vez más complejos y ante una manera de “hacer las cosas” que hoy ya resulta obsoleta, el contexto nos desafía a pensar en clave sistémica.
Ya no vivimos en una realidad que se define por la repetición en busca de una mayor eficiencia, sino por nuestra capacidad de adaptarnos a cambios que ocurren de manera cada vez más rápida. La pandemia fue una clara demostración de ello. El escenario que se vaticinaba cuando irrumpió el Covid-19 no hizo más que cumplirse. La desigualdad se profundizó: según el Banco Mundial, la pobreza extrema aumentó en 2020 por primera vez en más de 20 años y alrededor de 100 millones más de personas viven con menos de US$ 1,90 al día. El 40% más pobre no ha comenzado a recuperar sus pérdidas de ingresos.
Generar impacto
En un importante estudio publicado por Ashoka, “The Unlonely Planet: cómo Fellows de Ashoka aceleran un mundo donde todos son agentes de cambio”, la organización que reúne a la red global de emprendedores sociales más grande del mundo describe cómo el hecho de reconocerse como agentes de cambio y apropiarse de esa identidad beneficia a la comunidad, el trabajo y la calidad de vida. El informe –que significó una encuesta a 817 Fellows de Ashoka de 32 países– identifica 11 estrategias en las que estos líderes transforman mindsets, cambian políticas y activan a otros como solucionadores.
El planteo de la publicación, por supuesto, también apela al mundo de los negocios. Más allá de un profundo compromiso con las personas como creadoras de cambios y con la colaboración, los Fellows también trabajan para reconstruir sistemas que mantengan un statu quo en el que todos ganen. El escenario –por demás complejo– para que emprendedores sociales puedan liderar y generar impacto implica la necesidad de financiamiento, inversores, empresas, intermediarios y organizaciones que los respalden y que puedan canalizar las necesidades de estos y más emprendedores.
¿Cómo trabajan los Fellows de Ashoka?
En este sentido, los Fellows de Ashoka construyen alianzas que generan otros agentes de cambio y, en definitiva, soluciones. Esta colaboración con socios a veces improbables logra permear en las estructuras, generando cambios sistémicos que perduren en el tiempo. De hecho, el estudio demuestra cómo la pandemia se ha ubicado como una oportunidad para reimaginar un capitalismo que gire en torno a resolver las necesidades de las comunidades más postergadas.
La encuesta reveló que una mayor cantidad de Fellows se están asociando más ahora que en 2018, cuando fue realizado el último reporte de este estilo. Es importante mencionar esto dado que los emprendedores de Ashoka, como muchos otros en todo el mundo, aún se encuentran navegando las consecuencias del Covid-19. Incluso (o especialmente) en tiempos de crisis, los Fellows saben que asegurar nuevas oportunidades y desarrollar nuevos agentes de cambio debe seguir siendo una prioridad.
Otros resultados de la encuesta dignos de ser mencionados refieren a cambios generados en dinámicas de mercado y cadenas de valor. El 52% de los encuestados alentó a organizaciones for profit o empresas a desarrollar dinámicas que impliquen nuevas maneras de incluir a personas que fueron previamente excluidas, el 50% desarrolló nuevas formas para que personas de bajos ingresos económicos pudieran generarlos, y el 51% condujo a cambios en el código de conducta o la política oficial de una gran organización o industria, entre otros.
La construcción de ecosistemas
Entre las 11 estrategias desplegadas, también se encuentran la de construir ecosistemas que incentiven la agencia de cambio, haciendo referencia a la data recolectada que demuestra cómo Fellows de Ashoka reúnen a fundadores, negocios, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, medios y universidades para incrementar, de manera exponencial, el potencial de abordar los temas que perpetúan la desigualdad sistémica. Pero otra de las estrategias planteadas en el reporte tiene que ver con incluso fomentar la resolución de problemas aunque sea a pequeña escala.
Darle a una persona la oportunidad de actuar y marcar una diferencia, por pequeña que sea, pone en marcha un compromiso a largo plazo para generar cambios y, a su vez, escalar hacia la construcción de redes, profundizando el impacto e involucrando actores de diversa índole. Por eso la importancia de hacer foco en el papel de los jóvenes: el 89% de los Fellows están poniendo a los jóvenes a cargo de liderar el cambio dentro de sus organizaciones.