Psicología y amor: Tres formas de domar el miedo a la intimidad
Mark Travers Psicólogo estadounidense egresado de la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado Boulder.
Mark Travers Psicólogo estadounidense egresado de la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado Boulder.
Estos miedos a las relaciones suelen derivarse de experiencias pasadas que dejaron cicatrices emocionales, inseguridades profundamente arraigadas o creencias negativas sobre uno mismo y las relaciones en general. Aunque la mayoría de las personas etiquetan sus miedos e inseguridades adquiridos como "miedo a la intimidad" en general, puede merecer la pena profundizar y desentrañar las nociones que dan forma a este miedo en primer lugar.
No sólo te ayudará a ser la mejor versión de vos mismo en tu relación, sino que también podrás articular tus necesidades con mayor precisión.
Acá tenés tres miedos inherentes que podrías tener y que, con los años, podrían convertirse en un miedo mayor y más amorfo a intimar y ser vulnerable con alguien.
El miedo al rechazo puede ser una barrera formidable para construir y cultivar relaciones, y puede tener su origen en la ansiedad evolutiva y profundamente arraigada de no ser aceptado o valorado por los demás, que puede conducir a la duda sobre uno mismo. Puede manifestarse de muchas maneras, como evitando situaciones sociales, siendo demasiado consciente de vos mismo o siendo excesivamente crítico con vos mismo.
En un estudio centrado en el rechazo, el autor principal y psicólogo Mark Leary descubrió que muchas personas tienden a percibir más rechazo en sus vidas del que realmente experimentan.
"Tendemos a tener reacciones negativas, más que neutras, al enterarnos de que alguien tiene un sentimiento neutro hacia nosotros. Lo que esto significa es que la mayoría de la gente probablemente va por la vida sintiéndose más rechazada de lo que realmente es", explica.
Por lo tanto, si alguien experimenta sentimientos de rechazo o lucha por sentirse aceptado, es importante que considere si puede estar infravalorando su valor en las relaciones debido a señales sociales ambiguas o percibiendo los comentarios neutros como negativos. El paso inicial para abordar la preocupación por el rechazo es examinar objetivamente las pruebas y evitar sobreinterpretarlas con negatividad.
Otra forma de evitar que el miedo al rechazo nos controle es cuestionar nuestros pensamientos negativos y aceptar nuestra autoestima a través de la autorregulación.
La autorregulación es la capacidad de identificar y controlar sus emociones y comportamientos, lo que desempeña un papel clave a la hora de desafiar los pensamientos negativos que conducen a sentimientos de miedo e inseguridad. Una vez que sos consciente de los patrones de pensamiento desadaptativos, podés reformularlos buscando pruebas de tu creencia, practicando conscientemente la autoconversación positiva en los momentos de debilidad y tomándote tiempo para apreciarte de verdad.
El miedo a la inadecuación o la creencia de que no merecemos una relación satisfactoria puede pasarnos una factura emocional muy alta. Este miedo puede manifestarse de varias maneras, como compararse constantemente con los demás o con el ex de su pareja, o experimentar la persistente sensación de no ser nunca lo bastante bueno.
En un estudio reciente publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology, el psicólogo Gul Gunaydin, de la Universidad Sabanci de Estambul (Turquía), sugiere que reflexionar sobre experiencias románticas positivas y actos sencillos de amor y afecto puede acumularse para que ambos miembros de la pareja se sientan más seguros en una relación.
"Al rememorar conjuntamente estas experiencias positivas, los miembros de la pareja pueden intentar validarse mutuamente y validar la relación. Decir lo agradecidos que están por compartir la experiencia, revelar las emociones positivas que sintieron durante la experiencia o expresar lo mucho que esperan vivir experiencias similares en el futuro puede ser tranquilizador", afirma Gunaydin.
El miedo al abandono puede tener su origen en experiencias pasadas de sentirse abandonado o desatendido, lo que crea un miedo persistente a estar solo o a no ser querido en las relaciones. Este miedo puede manifestarse de dos maneras:
Para diluir el impacto a largo plazo que los problemas de abandono no abordados pueden tener en tu vida, podés empezar por reconocer tus desencadenantes para gestionar tus miedos. Identificá las situaciones, comportamientos o relaciones concretas que desencadenan tu miedo al abandono.
Por ejemplo, analizá si tu ansiedad aumenta durante los desacuerdos con tu pareja, o si temés ser reemplazado cuando ves que pasa tiempo con amigos o realiza actividades sin vos.
Reconocer tu miedo al abandono puede ser el paso más difícil, pero a la larga el más eficaz, hacia una vida en la que te sientas seguro en tus relaciones más cercanas.
Dejarse llevar por los miedos es posiblemente la forma más insatisfactoria de vivir la vida. Pero esto no significa que tengas que lanzarte al abismo todo el tiempo. Desmantelar poco a poco tus miedos y las cogniciones erróneas que subyacen a ellos puede suponer una enorme transformación en tu forma de ver y comportarte en las relaciones.
*Con información de Forbes US