La naturaleza tiene un profundo impacto en cómo nos sentimos. Las formas tangibles en que la naturaleza contribuye a la calidad de la vida humana son sencillas: obtenemos alimentos, agua limpia, materias primas, etc. del exterior. Pero también hay formas "no materiales" en las que la naturaleza contribuye a nuestro bienestar.
Un artículo publicado en 2022 en Science, basado en una revisión sistemática de más de 300 estudios realizados en 61 países, descubrió que pasar tiempo en la naturaleza contribuye a nuestro bienestar de más de 200 formas no materiales. Estas "vías" únicas se clasificaron en 16 tipos distintos de conexiones a través de las cuales las personas experimentan los efectos positivos no materiales de la naturaleza.
A continuación listamos algunas de las más interesantes:
- Cohesión. Interactuar con la naturaleza contribuye a que las personas conecten entre sí.
- Intuición. Estar en contacto con la naturaleza puede influir en el instinto humano, nuestras experiencias sensuales y los sentimientos que tienen un origen espiritual o religioso.
- Satisfacción. La naturaleza puede influir en nuestros sentimientos de satisfacción y plenitud.
- Transformación. Conectarse con la naturaleza puede elevar instantáneamente nuestro estado de ánimo y provocar cambios en nuestra actitud, comportamientos, etc.
Otro estudio descubrió que había diferencias significativas en el funcionamiento cognitivo de las personas que pasaban tiempo en la naturaleza en comparación con las que lo hacían en entornos urbanos. Mientras que estar en la naturaleza se relacionaba con mejoras en la flexibilidad cognitiva, la memoria de trabajo y la capacidad de atención, estar en un entorno urbano contribuía a reducir la capacidad de atención.
Está claro que estar al aire libre ofrece muchos beneficios psicológicos. Este es el principio subyacente de la terapia de la naturaleza o ecoterapia, un campo floreciente en la terapia de la salud mental que se esfuerza por aprovechar el poder de la naturaleza para ayudar a las personas a gestionar mejor su salud mental.
Pero con tantas actividades entre las que elegir, ¿cuáles son las mejores formas de aprovechar al máximo los beneficios que proporciona la naturaleza? Acá tenés dos de las mejores cosas que podés hacer para que el tiempo que pases al aire libre merezca la pena cada minuto.
1. Practicá la atención plena en la naturaleza
Estar atento significa prestar atención al momento presente con curiosidad y apertura. Un estudio realizado en 2020 descubrió que el nivel de atención plena que se experimenta cuando se está al aire libre puede influir en dos aspectos importantes del bienestar humano: el afecto positivo y la satisfacción vital.
Seas como seas, hay algún tipo de actividad que poder hacer en la naturaleza que te va a resultar atractiva. Si vivis cerca de una colina, salí de excursión. Si te gusta estar en la playa, andá a nadar. Si sos aventurero, salí a acampar. Si preferís no hacer nada, hacelo rodeado de los frondosos árboles de tu parque favorito.
La cuestión es que siempre que vivas el momento y disfrutes de las vistas y los sonidos de la naturaleza, estar al aire libre puede tener un efecto significativo en el grado de satisfacción y plenitud de tu vida.
2. ¿Probaste el ejercicio ecológico?
Los beneficios para la salud física y mental de hacer ejercicio son infinitos. Una revisión general de 2023 meta-analizó 97 revisiones para revelar que tan sólo 150 minutos de ejercicio a la semana pueden ser mucho más eficaces para reducir los síntomas de afecciones comunes de salud mental (como la depresión, la ansiedad y el malestar psicológico) en comparación con los métodos tradicionales de tratamiento.
Una forma de duplicar los efectos del ejercicio es combinarlo con los efectos positivos de estar en contacto con la naturaleza. Podes elegir cualquier tipo de ejercicio que se adapte a tus preferencias y capacidades, pero la clave está en encontrar un entorno natural que te inspire y te haga sentir bien. Algunos ejemplos de ejercicio ecológico son:
- Hacer trotes, ciclismo o senderismo en un parque, bosque o playa
- Hacer yoga o tai chi en un jardín o un espacio verde
- Practicar deportes o juegos con amigos o familiares al aire libre.
- Cultivar un huerto en tu jardín o en un terreno comunitario.
Una vez que elegiste una actividad y un lugar, ponete a sudar. Para aumentar aún más los beneficios de hacer ejercicio en la naturaleza, tenés que ser consciente de lo que te rodea y de cómo reacciona tu cuerpo al ejercicio.
Conclusión
No hace falta volar a un destino turístico para apreciar los efectos positivos que tiene la naturaleza en nuestro bienestar. Basta con una dosis regular de espacios verdes y azules para convertirnos en personas más felices y sanas. Aunque la vida moderna nos arrastra a menudo hacia los entornos urbanos, es crucial recordar el poder curativo de la naturaleza e incorporarlo a nuestras rutinas diarias.
*Con información de Forbes US