1. Creá pequeñas metas
Es importante que fijes objetivos diarios que puedas conseguir. Esto te hará que te mantengas motivado y alerta con el fin de alcanzar buenos resultados. Es una forma de superación que vos mismo te podés marcar para estar concentrado e implicado.
2. Pensá que cuanto antes acabes, antes te irás
Si después tenés una cena o vas al cine con los amigos, pensá en eso cuando la pereza llegue a vos. De esta forma, intentarás hacer el trabajo propuesto de forma rápida y pondrás todos tus conocimientos en él para acabar cuanto antes. Tendrás energía positiva sólo de pensar en lo rápido que podrás ser libre para llevar a cabo tus planes.
3. Motivate con algo
Buscá algo con lo que te sientas bien y te interese e intentá tenerlo siempre muy presente. Tené una razón para continuar con el trabajo de manera satisfactoria. Pueden ser tus ganas de crecer profesionalmente, de ser valorado o incluso, llegar a ser la mano derecha del jefe. Hará que no pierdas el rumbo y te centres en lo que estás haciendo.
4. Tomá pequeños descansos
No te satures demasiado. Es importante que durante la jornada laboral desconectes y salgas a tomar el aire. Son pequeños espacios de tiempo que te permitirán cambiar de ambiente y entrarás de nuevo con otros pensamientos.
5. Rompé la monotonía laboral
Hacé que cada uno de tus días sean especiales. La pereza aparece cuando la jornada laboral se convierte en una rutina y no esperás nada de ella. Por eso, tenés que, a través de pequeños detalles, poder contar algo nuevo que te mantengas expectante ante lo que pueda ocurrir.
6. Concentrate en conseguir beneficios
Ver que tu trabajo consigue los resultados propuestos hará que estés pendiente de cada movimiento y no te despistes. Tenés que conseguir que esas pequeñas metas de las que hablábamos antes se conviertan en éxitos para sentirte una pieza fundamental de la empresa.
7. Despejá tu espacio laboral
Evitá que tu puesto de trabajo esté desordenado y no encuentres con facilidad lo que necesitás. De lo contrario, sólo de pensar que tenés que arreglarlo sentirás debilidad y afectará en tu trabajo. También podés variar el decorado y así cada semana tendrás la sensación de estar en otro lugar.
8. Intentá buscar más puntos de vista
Si aún así ves que la pereza no desaparece y estás aburrido, llamá a la puerta de otros. Tus compañeros te pueden servir de ayuda a través de su forma de actuar en el trabajo y su metodología. Sus consejos pueden hacer que cambies tu idea y te impliques más en el trabajo sin que te resulte aburrido.
*Nota publicada en Forbes España