El distrito financiero de Manhattan está cambiando y en sus edificios monumentales ahora se ubican las residencias más lujosas de la ciudad. Los millennials quieren vivir en Wall Street.
Durante años, el Downtown neoyorquino fue bipolar. Vertiginoso, estresante, vivaz, estimulante durante el día. Vacío y silencioso de noche. Se podría decir que la capital del capitalismo global todavía queda en Wall Street, pero los tiempos están cambiando. Desde el 11 de septiembre de 2001, el Distrito Financiero se ha transformado notablemente, debido principalmente a la relocalización de importantes instituciones financieras al Uptown de Manhattan y otras ciudades. Desde entonces, la población residencial en esta pequeña porción de suelo con los rascacielos más imponentes del mundo se triplicó hasta superar los 60.000 habitantes. Una nueva generación se siente atraída por el estilo imponente de estos edificios monumentales que respiran historia y atraen a 14 millones de turistas anualmente. Es también la zona que eligieron empresas como Condé Nast. Spotify, GroupM y Time Inc., para las cuales la creatividad e inspiración de sus empleados es vital.
Uno de los proyectos más ambiciosos que está remodelando la fisonomía del Downtown es One Wall Street. Este edificio de 1931 es una histórica torre de Art Déco de piedra caliza de 55 pisos que ocupa una posición distintiva en el skyline de Nueva York, ocupando una cuadra completa en la esquina de Broadway y Wall Street y al este de la Bolsa de Nueva York. Fue construido originalmente para la Irving Trust Company por el arquitecto Ralph Walker, figura clave del Art Decó americano y responsable de algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Ampliada en 1963, la propiedad tiene aproximadamente 100.000 metros cuadrados de superficie y preside la esquina de Wall Street y Broadway, a metros de la Bolsa de Nueva York y de la Reserva Federal.
One Wall Street
One Wall Street albergó oficinas hasta 2014, cuando fue comprado por Macklowe Properties. Hoy representa la mayor conversión de oficinas a departamentos residenciales en la historia de la ciudad de Nueva York, ya que ofrecerá 566 condominios de cuatro habitaciones con 9.000 m2 para amenities y 16.000 m2 de espacios comerciales. Buena parte la ocupará Whole Foods, la cadena de supermercados de Jeff Bezos.
One Wall Street
El vecindario es ahora como una ciudad antigua con toques de ultramodernidad. Además de una arquitectura memorable, instituciones educativas de primer nivel, 33 hectáreas de los mejores parques y espacios verdes de la ciudad, cercanía al río, tiendas y restaurantes, el Downtown ahora ostenta The Oculus, la estación donde confluyen el metro y el tren ubicada en el World Trade Center, una de las nuevas construcciones en Ground Zero. Una estructura de vidrio y acero diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava para parecerse a una paloma en vuelo, cuyo diseño despliega la luz sobre el andén y el centro comercial. Pero, más que una estación o un shopping, el Oculus es ya un destino turístico en sí mismo.
“Con One Wall Street, Macklowe le inyectará una nueva vida a esta icónica estructura arquitectónica, albergando a un nuevo grupo demográfico de profesionales que se desplazan al centro. Esta será una de las residencias más codiciadas de Nueva York, porque además va a acelerar el renacimiento de la zona”, dice Harry Macklowe, fundador y Chairman de Macklowe Properties. En efecto, los precios de las lujosas unidades de One Wall Street parten desde US$ 960.000.
El Downtown está en plena transformación, y otros edificios emblemáticos como el Woolworth (el más alto del mundo entre 1913 y 1930) o la exsede de la New York Life Insurance Company ofrecen ahora los departamentos más lujosos de la ciudad. “El dinero nunca duerme”, decía Gordon Gekko en Wall Street. Al distrito ya le llegó la hora. Y ahora todos quieren dormir en Wall Street.