En los últimos años, en especial después de la pandemia, la gente parece estar más interesada en tener experiencias que en poseer objetos. Sumergirse en mares lejanos; probar las comidas que reflejan el corazón de su pueblo; volar en globo aerostático sobre Luxor o ver las auroras boreales en países escandinavos. Y TeamLab sabe cómo crear una aventura deslumbrante: pequeños mundos que despiertan los sentidos.
En teamLab Planets, en Toyosu, Tokio, se pide a todos los visitantes que se quiten los zapatos y las medias, que pueden guardarse en lockers. Un corredor oscuro lleno de agua que llega hasta los tobillos invita a subir por una pendiente en el agua que fluye suavemente, llevándolos a una cascada real tenuemente iluminada para comenzar su viaje.
Un universo de luces LED crea un efecto inmersivo que parece llevar al visitante a otro tiempo y espacio. Sumergirse completamente en uno de los mundos de teamLab es la única manera de comprender realmente su genio. Es como entrar en una dimensión mágica donde los sentidos te transportan y las sensaciones no pueden ponerse en palabras. Caminar por una sala inundada con peces koi nadando a tu alrededor, ingresar en un jardín surrealista repleto de flores que flotan hacia arriba y hacia abajo para dejar pasar hacia el otro lado; transitar por un laberinto de luces interminable gracias a juegos de espejos; tirarse en el piso mientras el cielo explota con colores como un caleidoscopio; todo esto crea una experiencia extraordinaria e irrepetible.
Las obras de arte cambian bajo la presencia de personas, difuminando la percepción de los límites entre uno mismo y las obras. Otras personas también crean cambios en las obras de arte, desdibujando los límites entre ellos y las obras, y creando una continuidad entre uno mismo, el arte y los demás, describen los artistas que crearon este espacio.
Fundado en 2001 por Toshiyuki Inoko en Tokio, teamLab es un colectivo de artistas compuesto por aproximadamente 400 "ultratecnólogos". Este equipo incluye artistas, matemáticos, arquitectos, diseñadores e ingenieros que colaboran para crear experiencias artísticas inmersivas que fusionan el mundo físico con el digital. Con sedes en Singapur, Beijing, Macao y Shanghái, un nuevo sitio próximamente en Abu Dhabi y una reciente apertura en Jeddah (el más grande de teamLab hasta la fecha con 10.000 metros cuadrados y más de 80 obras de arte distribuidas en dos pisos), el propósito de este grupo es cambiar la relación entre las personas y los espacios que habitan, aprovechando la tecnología digital para expandir las posibilidades del arte y la experiencia humana.
Cuando el colectivo artístico inauguró su sede insignia en Tokio, teamLab Borderless, en 2018, su objetivo era transformar radicalmente la percepción y la comprensión del arte moderno. Su éxito comercial es innegable: sólo en su primer año, atrajo a 2,3 millones de visitantes, convirtiéndose en el museo más visitado del mundo dedicado a un solo artista, grupo o colectivo en ese momento. El segundo espacio en la ciudad japonesa, teamLab Planets, fue nombrado en 2023 por Google como el quinto museo más buscado del mundo. Una rápida búsqueda en Instagram demuestra que es uno de los sitios más concurridos por los turistas que arriban a la capital nipona.
Desde muy joven, Toshiyuki Inoko mostró una inclinación hacia las bromas creativas y las experiencias inmersivas. Un ejemplo notable de su ingenio fue cuando instaló una tabla en el suelo en su escuela que giraba al ser pisada, alterando la dirección del caminante. En otra ocasión, transformó completamente un aula utilizando madera y cartón, creando una experiencia inmersiva que atrajo a cientos de estudiantes.
Este espíritu de creatividad y experimentación se materializó en la creación de teamLab. El primer proyecto del colectivo, en 2001, fue una colaboración con un músico, donde los comentarios del público en internet durante un espectáculo en vivo se proyectaban en el espacio, creando la forma de un árbol inmersivo. Este proyecto, aunque rudimentario comparado con sus obras actuales, marcó el inicio de una trayectoria que revolucionaría el mundo del arte digital.
A lo largo de los años, teamLab ha evolucionado de presentar obras en monitores individuales a crear mundos digitales inmersivos a gran escala. El colectivo, que comenzó con recursos limitados y tecnología menos avanzada, ha crecido hasta emplear a más de 600 personas, todas colaborando para crear experiencias que fusionan arte y tecnología de manera innovadora.
Uno de los hitos significativos en su trayectoria fue en 2004, cuando presentaron una obra utilizando cinco pantallas en fila, permitiendo a las personas moverse alrededor. Aunque este avance fue un paso hacia la creación de espacios inmersivos, la tecnología de la época aún limitaba sus ambiciones. Con el tiempo, la evolución tecnológica permitió expandir sus instalaciones, creando grandes espacios llenos de arte digital que capturan la imaginación del público en todo el mundo.
El trabajo de teamLab se caracteriza por la creación de instalaciones inmersivas donde el mundo físico y digital se fusionan. Estas instalaciones no solo buscan ofrecer experiencias visualmente impresionantes, sino también cambiar la percepción y el comportamiento de los visitantes en el espacio. Según Inoko, desde los primeros días, la intención fue crear obras sin fronteras, capturando escenarios sin límites, como un lente que permite a las personas moverse libremente en el espacio de la exposición.
El impacto de este colectivo artístico no se limita sólo a sus innovaciones prácticas; también han cambiado la economía del arte con su modelo de negocios. Al cobrar tarifas de admisión, han revolucionado el mundo de las galerías tradicionales y han ejemplificado el cambio hacia una economía del arte más experiencial. En 2017, una exposición de tres sedes atrajo a 500.000 visitantes y generó más de 10 millones de dólares en ventas de boletos. No son económicos: un ticket cuesta un promedio de 24 dólares, pero el furor es tal que se recomienda adquirirlos con anticipación a través de la página web.
La creación de estas experiencias inmersivas es un proceso colaborativo que involucra a múltiples disciplinas y habilidades. Inoko describe el proceso artístico como una evolución constante, donde las ideas iniciales, a menudo vagas, se desarrollan a través de la colaboración y la integración de diversas competencias. Este enfoque permite que el equipo crezca y se adapte continuamente a medida que las ideas se concretan y se convierten en obras de arte completas.
La experimentación digital ha redefinido el valor del arte en la sociedad contemporánea. TeamLab ha estado a la vanguardia de esta transformación, creando obras que ofrecen experiencias significativas y accesibles a una audiencia amplia. Para Inoko y su equipo, el objetivo es que sus creaciones ofrezcan una oportunidad para que muchas personas experimenten, en lugar de un objeto para ser poseído por unos pocos. Un universo de sensaciones a sólo un ticket de distancia.