Las Islas Turcas y Caicos (ITC) son un destino de lujo famoso por sus arenas finas y agua turquesa y cristalina. Tienen uno de los promedios de precipitaciones más bajos de la región, con lo cual se aseguran muchos días soleados para disfrutar sus playas prístinas. Otro plus para los que no quieren pasar mucho tiempo arriba de un avión es que quedan a unas dos horas de vuelo de Miami.
Tras pasar meses en cuarentena, las TCI afirman que están respetando los protocolos adecuados de reapertura. Estamos tomando todas las precauciones para garantizar que las islas sean seguras y mejorar la experiencia y el cuidado excepcionales que brindan el destino y nuestros socios hoteleros de primer nivel, afirma Pamela Ewing, directora de turismo del Consejo de Turismo de las TCI. Nuestra intención es reactivar el turismo con cautela y sentar las bases para la recuperación en el corto y largo plazo. Las TCI informaron 81 casos confirmados y dos muertes de coronavirus al 20 de julio de 2020.
Para huir al paraíso hay que hacer algunos trámites. Se necesita un comprobante de resultado negativo de PCR, que se debe realizar cinco días antes de viajar o menos (excepto para los menores de 10 años) y seguro médico o de viaje (con cobertura para evacuación médica). También hay que completar un examen médico online y un formulario de autorización de viaje 72 horas antes de llegar a la isla; la aprobación sale en unas horas, afirma el consejo de turismo.
Al aterrizar, se toma la temperatura y se realiza un examen médico en el aeropuerto. También es posible que se realice un test de COVID-19.
Vacaciones con barbijo
Hay que usar tapabocas en todos los espacios públicos con ciertas excepciones, como la playa, y mantener una distancia de dos metros. También hay que usar tapabocas al entrar a un restaurante, pero se pueden sacar después de sentarse.
Muchos hoteles de las TCI están adoptando las medidas más conocidas de protección contra la COVID que implementó ese sector pero también agregaron opciones específicas, desde el tipo de alojamiento hasta las actividades.
Para quedarse en la isla principal, Providenciales (apodada Provo), hay que alojarse en un hotel, porque están cerca de la playa. Uno de Grace Bay, Wymara Resort & Villas, no toma reservas para su resort principal hasta el 13 de agosto, pero hay incentivos para esperar: estrenará alojamientos remodelados. El hotel boutique ya abrió sus siete casas de campo, que parecen diseñadas para el distanciamiento social. Estas residencias de cuatro y cinco habitaciones vienen con amenities de primer nivel (como electrodomésticos Cuisinart, mesadas Wolf y heladeras Sub-Zero), pero probablemente resulten más interesantes las dos piletas y la plataforma para nadar sobre el agua con acceso directo al océano que tiene cada una.
Más al este, el Grace Bay Club tiene su propia colección de casas de lujo, que vienen con chef y barman privado (con cargo adicional por la comida y la bebida), pero este hotel que solo tiene suites también cuenta con muchos alojamientos amplios en el resort principal.
A la hora de divertirse bajo el sol, Wymara organiza actividades para pequeños grupos de familias o amigos que viajan juntos. Según el hotel, una excursión popular es el power snorkel, en el que una unidad de propulsión portátil permite desplazarse rápidamente por el agua para apreciar vistas como una caída abrupta de 2.133 metros en el borde del arrecife. También hay tours de avistamiento de aves y Provo Ponies, paseos a caballo hasta la playa e incluso sobre el agua.
Autores: Jennifer Kester y Forbes Travel Guide
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