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El poder de un documento de viaje radica en ciertos factores determinantes. Cuáles son, según los datos del Henley Passport Index 2024.

21 Septiembre de 2024 15.15

"Yo sólo soy argentino. Ya he leído en varios lugares que dicen que soy ítalo-argentino. Sólo tengo el pasaporte". La frase que recorrió el país es de Franco Colapinto, el piloto de 21 años que debutó en la Fórmula 1 el domingo 1 de septiembre, y que llegó en el puesto 12 de la carrera en Monza tras partir del 18° lugar de la grilla. Él, como tantos otros argentinos, es poseedor de la ciudadanía italiana por descendencia, y con ella del tan deseado pasaporte, que hoy ocupa el puesto número 2 en el ránking de los pasaportes más poderosos del mundo.

Y no es un hecho menor, con el pasaporte argentino, que se sitúa en el puesto número 16 del Henley Passport Index 2024 (actualizado en agosto), tiene acceso a 172 países sin necesidad de visa, mientras que con el italiano puede acceder a 192. 

El impacto de tener un pasaporte poderoso es inmenso, tanto para los ciudadanos como para la economía de un país, y se convierte en un indicador clave del potencial económico y la estabilidad política de una nación. 

En un mundo cada vez más globalizado, donde la movilidad internacional se ha convertido en una necesidad tanto para individuos como para economías nacionales, el poder de un pasaporte adquiere una relevancia crucial. No se trata únicamente de un documento de identificación; un pasaporte poderoso es una llave que abre puertas a oportunidades económicas, educativas y culturales. Este poder, sin embargo, varía enormemente entre países, y el impacto de tener un pasaporte considerado "poderoso" puede ser inmenso.

El Henley Passport Index 2024, considerado la referencia más autorizada y completa en cuanto a la movilidad global de los ciudadanos, ofrece una clasificación que mide cuántos destinos pueden visitar los titulares de cada pasaporte sin necesidad de obtener una visa previa. Según este índice, en su clasificación más reciente, el pasaporte de Singapur ocupa el primer lugar, permitiendo a sus ciudadanos acceder a 195 destinos sin necesidad de visa.

Este índice se basa en datos exclusivos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), y se complementa con investigaciones del equipo de Henley & Partners. La información incluye datos históricos que abarcan 18 años y se actualiza mensualmente, proporcionando una visión detallada y confiable de la movilidad global para 199 pasaportes y 227 destinos de viaje.

Un pasaporte se considera más poderoso en función de la cantidad de países que sus titulares pueden visitar sin la necesidad de solicitar una visa con anticipación. En el Henley Passport Index, se asigna un puntaje de 1 a cada destino al que se puede acceder sin visa, mediante un visado a la llegada, un permiso de visitante o una autorización electrónica de viaje (ETA). Si se requiere una visa previa, el puntaje es 0. Así, el puntaje total de cada pasaporte es igual al número de destinos sin visado disponible.

Una de las distinciones importantes que hace el Henley Passport Index es entre las autorizaciones electrónicas de viaje (ETAs) y las visas electrónicas (e-Visas). Mientras que las ETAs suelen procesarse automáticamente y requieren información mínima, las e-Visas tienden a ser más complejas y requieren una revisión manual por parte de funcionarios gubernamentales, lo que las hace más similares a las visas ordinarias. Por lo tanto, el índice considera las ETAs como equivalentes a una entrada sin visa, mientras que las e-Visas se tratan como un requisito de visa.

La posición de un pasaporte en este índice no solo refleja la capacidad de viaje de sus ciudadanos, sino también la estabilidad política y el poder económico de la nación que lo emite. Singapur, por ejemplo, lidera el ranking con acceso a 195 destinos, un testimonio de sus políticas exteriores efectivas y sus relaciones diplomáticas sólidas. Este acceso amplio sin visado es una ventaja significativa para los ciudadanos de Singapur, facilitando la movilidad para negocios, turismo y educación, lo que a su vez impulsa la economía y refuerza la posición internacional del país.

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En segundo lugar, con acceso a 192 destinos, se encuentran naciones como Francia, Alemania, Italia, Japón y España, todas ellas con políticas exteriores robustas y alianzas internacionales sólidas que les permiten mantener un alto nivel de acceso sin visado. Este nivel de movilidad es un reflejo de la influencia global de estos países y su estabilidad política.

Por otro lado, países como Afganistán, Irak y Siria se encuentran en los últimos puestos del índice, con acceso a solo 26, 31 y 28 destinos respectivamente. Estas naciones enfrentan desafíos significativos en términos de estabilidad política y seguridad, lo que se traduce en una movilidad internacional muy limitada para sus ciudadanos. Este hecho no solo afecta la capacidad de viaje, sino también las oportunidades económicas, educativas y de desarrollo personal.
 

La clave: los acuerdos de exención de visados

En el centro del poder de un pasaporte se encuentra una intrincada red de acuerdos de exención de visados entre naciones. Estos acuerdos son fundamentales para la movilidad global y la interconexión económica. La capacidad de viajar sin visa tiene un impacto directo en las oportunidades económicas y de negocios. Según Juerg Steffen, director ejecutivo de Henley & Partners, la solidez del pasaporte de un país se ha convertido en un indicador crucial de su influencia global y su potencial económico. 

Y los gobiernos pueden mejorar estratégicamente el poder de su pasaporte, abriendo oportunidades sin precedentes para sus ciudadanos y sus economías. Un claro ejemplo es el de Emiratos Árabes Unidos. En los últimos 18 años, el país ha ascendido desde una modesta posición 62 en el índice hasta el noveno lugar en la clasificación de julio de 2024. Este ascenso es el resultado de esfuerzos deliberados por parte del gobierno para forjar fuertes lazos diplomáticos y negociar acuerdos favorables de exención de visados.

Los países que ocupan los primeros puestos del Henley Passport Index comparten varios factores comunes. Uno de los más importantes es su estabilidad política y económica, lo que les permite establecer y mantener relaciones diplomáticas fuertes. Las naciones con puntajes más altos en exención de visa tienden a disfrutar de un mayor Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, mayor inversión extranjera directa y relaciones comerciales internacionales más sólidas.

Además, las políticas exteriores proactivas y la diplomacia económica juegan un papel fundamental en la mejora del poder de un pasaporte. La capacidad de un país para negociar acuerdos bilaterales y multilaterales que faciliten la libre circulación de sus ciudadanos es un indicador de su influencia global.

En América Latina, el país con el pasaporte más poderoso es Chile, que ocupa el puesto 15 en el índice, con acceso a 176 destinos sin visa. Este logro refleja los esfuerzos del país por fortalecer sus lazos internacionales y su estabilidad política y económica. 

En contraste, los países latinoamericanos con los pasaportes menos poderosos son Haití, Cuba, República Dominicana, Bolivia y Ecuador. Haití, en particular, ocupa el puesto 84, con acceso sin visa a solo 53 destinos, lo que refleja las limitaciones que enfrentan sus ciudadanos en términos de movilidad internacional debido a la inestabilidad política y económica del país.

La clasificación de los pasaportes no solo es un indicador de la movilidad global, sino también de la estabilidad política y el potencial económico de una nación. Un pasaporte poderoso abre puertas a oportunidades internacionales que pueden impulsar el desarrollo económico y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Por el contrario, un pasaporte débil puede ser un reflejo de problemas internos, como la inestabilidad política o la falta de relaciones diplomáticas efectivas.

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